Los agentes de la Guardia Civil destinados en el sur de Gran Canaria denuncian los graves altercados que están protagonizando los inmigrantes ilegales que desde hace meses se alojan en los hoteles de la isla y, especialmente, los llamados menas.
El pasado lunes, un grupo de menores alojados en los apartamentos Tamanaco de la localidad de Puerto Rico apedrearon literalmente a los policías y guardias civiles que acudieron al complejo tras la agresión a uno de los educadores.
Cuatro agentes y 150 menas
En un primer momento, fue una patrulla de la Policía Local la que se presentó en el edificio, pero el creciente número de llamadas de vecinos al 112 alertando del peligro que corrían los agentes hizo que varias patrullas de la Guardia Civil acudieran en su auxilio. "Eran cuatro frente a 150. Al final, entre ocho conseguimos reducirlos, pero la situación no fue fácil", relata a Libertad Digital uno de los agentes.
El complejo hotelero se encuentra ubicado en una carretera de un único sentido, por lo que los inmigrantes veían llegar los refuerzos y se preparaban para recibirles con todo lo que tenían a mano. "Empezaron a tirar de todo por los balcones: piedras, sombrillas, hamacas… No sabías de dónde te venían las cosas —denuncia el guardia civil—. Hasta arrancaban los pasamanos de cerámica de los pasillos que había entre los distintos edificios y nos los tiraban desde arriba para evitar que entrásemos".
Los últimos agentes llegaron preparados con "chalecos antibalas y escudos" para evitar daños, pero "el peligro era evidente, porque lo que querían era lesionar a alguien". Finalmente, uno de los menas fue detenido por atentado contra la autoridad y por los daños causados. La Fiscalía ha decretado su ingreso en un centro de internamiento de menores de Las Palmas, aunque los agentes están convencidos de que ronda los 20 años. Sin embargo, éste es otro de los grandes problemas que presenta la llegada masiva de inmigrantes a las islas: "Llegaron en noviembre y todavía no les han hecho la prueba de la muñeca para ver si efectivamente son menores".
"Cabezazos" para protestar por la comida
Desde la benemérita alertan de que esto no es un hecho aislado, sino que "estos incidentes ya empiezan a ser habituales". El pasado 30 de diciembre, por ejemplo, un grupo de inmigrantes alojados en otro hotel del sur de Gran Canaria "la emprendieron a cabezazos contra la cristalera del comedor porque no les gustaba la comida".
La Guardia Civil acudió hasta el lugar de los hechos. El resultado: la luna delantera del coche destrozada de otro cabezazo —tal y como se puede ver en las fotografías a la que ha tenido acceso LD— y tres agentes de baja desde entonces. "A uno le condenaron a indemnizar a un agente por los daños y a otro a sufragar los gastos por la rotura del cristal, pero les da igual porque saben que no les va a pasar nada", denuncian.
"Cualquier día va a haber un fallecido"
Ante esta situación, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) reclama que les envíen refuerzos del Grupo de Reserva y Seguridad de Tenerife —los antidisturbios de la benemérita—, ya que los agentes de esta unidad son los que realmente están preparados para entrar en edificios y enfrentarse situaciones de este tipo. La propia alcaldesa de Mogán —el municipio en el que se están produciendo la mayor parte de los altercados— se sumó el martes a esta petición en los micrófonos de La noche de Dieter.
Las fuentes consultadas por Libertad Digital aseguran que Canarias ya pidió la activación de este grupo, pero el Gobierno se negó. "Cualquier día va a haber un fallecido y después se van a echar las manos a la cabeza preguntándose por qué no les mandaron antes", advierten.