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"Iglesias escuchaba Barricada mientras los agentes que custodian su chalé se congelaban a la intemperie"

La manía persecutoria del Gobierno contra Madrid alcanza la categoría de desalmados.

La manía persecutoria del Gobierno contra Madrid alcanza la categoría de desalmados.
Agentes custodiando el casoplón de los Iglesias-Montero. | Twitter

El Mundo

"El PP advierte a Pedro Sánchez: 'Madrid es un caso palmario de zona catastrófica'". Y es que el Gobierno no tiene problema en sobrepasar cualquier límite para dañar a la capital. Como sea. Caiga quien caiga, ya sea por la covid, ya sea por la nieve, ya sea por el hielo. A Madrid ni agua.

"Una vez más hemos sido testigos del efecto perverso del cálculo político en la gestión, sobre todo cuando Madrid anda por medio", dice el editorial de Rosell. "Las consecuencias de Filomena han sido y son peligrosas, con multitud de daños públicos y privados. Por eso Ayuso y Almeida, a pie de calle desde el minuto uno y conocedores de primera mano de la situación —en contraste con el desaparecido Sánchez— solicitaron el domingo que se declarara la zona catastrófica en Madrid para poder allegar recursos extraordinarios a los ciudadanos. Sin embargo, el ministro Marlaska se negó a ello sin siquiera haber estudiado la propuesta, basándose en razones partidistas". Menudo malaje ha resultado ser el antaño respetado juez. "El Ejecutivo está tan acostumbrado a practicar el frentismo que no ha sido capaz de aparcar su sectarismo. Nada nuevo tras lo visto en la pandemia". Pues no, nada nuevo. Puro ensañamiento.

Jorge Bustos tira de humor. "En cuanto salió el sol, Sánchez asumió personalmente el combate contra Filomena. Confrontada por él, no tardó mucho la medrosa borrasca en salir huyendo del país. 'No dejaremos a nadie húmedo atrás' promete el líder, y según avanza pareciera que el hielo se retirara a su paso". ¡Que viene Su Sanchidad! Que se traiga a Simón, si eso.

Rafa Latorre se mete en el debate sobre si los ciudadanos deben contribuir a paliar el desastre o dejarlo todo en manos del Estado. "Este fin de semana decenas de plumillas urbanitas renovaron su odio al liberalismo cuando vieron a la gente limpiando la acera como si fuera suya. ¿Qué será lo siguiente? ¿Privatizarla?". Escolar y compañía, como siempre. Qué boda sin la tía Juana.

"Yo sí creo en el valor testimonial de un político manejando, ufano y torpe, una pala. Una de las formas más elementales de preservar la libertad es mantener al dirigente ocupado el mayor tiempo posible. En lo que sea menos legislando, ya sea moviendo nieve de un lado para otro como en un gulag". Yo lo que me pregunto es de dónde ha salido tanta pala.

El País

"La ola de frío paraliza media España tras el paso de Filomena". También dice que hace un frío de narices. Y nos deja con la incógnita de la valla de Gibraltar. La información da todo el protagonismo a Marlaska, que si pidió a la gente que se quedara en casa, que si cuidado que el hielo es muy peligroso. Eso sí, apareció a eso de las dos de la tarde, varias horas después de que estas mismas advertencias las hicieran Ayuso, Almeida y el director del 112 en Es la mañana de Federico. Claro que a esas horas Marlaska y Abalos dormían a pierna suelta.

"Sánchez se plantea declarar Madrid zona catastrófica" dice un subtítulo en la edición de papel. Misteriosamente, esa afirmación desaparece de la versión online.

Solo una mención en una entrevista al director general de Protección Civil que el periodista ni siquiera lleva al titular.

P. ¿Es necesario declarar Madrid "zona catastrófica"?

R. Eso se hace siempre después de una catástrofe o después de la emergencia, porque se trata de articular medidas de apoyo económico para quienes hayan podido sufrir daños personales o materiales.

También nos cuenta Florenci Rey la historia del "republicano que libró del hielo a la Barcelona franquista", ni un día sin una chispa de memoria histórica.

ABC

"Gobierno congelado". "Advierte de que la alerta persiste pero se resiste a declarar la capital zona catastrófica". Hay que pagar los votos de los nacionalistas y no hay para todos.

"El Gobierno por fin se abrió ayer a declarar a Madrid, y quizás a otras provincias, zona catastrófica. Pero por el momento sigue declinando hacerlo", dice el editorial. Están ganando tiempo, no tienen ninguna intención de hacerlo.

"Jurídicamente, el Gobierno aún no declara zonas catastróficas porque no quiere, no porque haya impedimentos de ningún tipo". Porque es Madrid, no le deis más vueltas.

"Sánchez huye de la asunción de daños cuando ya es posible tomar conciencia de su entidad. Si no incurre en una dejación de funciones, al menos lo parece". Y el moñas, en fin. "Pablo Iglesias literalmente desaparecido y con su demagogia limitada solo a intoxicar en las redes sociales, esta es la segunda gran crisis en la que Iglesias desaparece como si no fuese vicepresidente del Gobierno". Oye Pablo, ¿qué vas a hacer con la subida de la luz?

Rosa Belmonte también opta por el charco de si sacar la pala, el que la tenga, claro. "Hay personas a las que no les parece bien que se pida la colaboración ciudadana, no sé, para abrir un caminito en la puerta de tu casa y poder ir a por el pan de masa madre. Que eso lo tienen que hacer los servicios públicos. Defender la sanidad pública es una cosa, defender que el ciudadano se tiene que tocar los cataplines mientras papá Estado (de las autonomías o no) le saca las castañas del fuego, otra". Y luego nos quejamos de que nos tratan como a niños.

Isabel San Sebastián rinde homenaje a los "ángeles uniformados" que nos solucionan todos los marrones sin rechistar y aguantando encima que el gobierno socialcomunista les acuse de golpistas.

"El presidente Sánchez debía de estar librando batallas de bolas con sus hijas en la Moncloa, porque no se le ha visto el pelo durante todo este fin de semana dantesco. Y en cuanto al vicepresidente, Iglesias, él mismo nos ha informado de que escuchaba embelesado en su casa canciones de Barricada, mientras los agentes de la Benemérita destinados a custodiar su chalé se congelaban a la intemperie". Y encima tienen que soportar sus insultos.

La Razón

"El liderazgo de Robles levanta ampollas entre los ministros". "La titular de Defensa se pone en primera línea y se reavivan sus diferencias con Marlaska. En el ala socialista se preguntaban ayer: ¿Dónde están ahora los de Podemos?". Escuchando a Barricada, ya lo dijo amito Pablo.

"Moncloa evita el choque público con Almeida pero no declarará Madrid zona catastrófica". Dice el editorial que "la comparecencia ayer de los ministros de Interior, Transporte y Defensa indica que sólo se actuó cuando la borrasca estaba en marcha, pero sin más previsión, salvo la UME, que, por su propia estructura y función, está preparada para intervenir con rapidez. Nada, por supuesto, podría hacerse cuando las carreteras estaban bloqueadas y el transporte pesado a la merced de la nieve en cualquier paraje. Sobre la diferente apreciación de los efectos de Filomena está el hecho de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska había minimizado su alcance en Madrid, cuando el alcalde José Luis Martínez-Almeida había pedido que se declarase 'zona catastrófica', mientras que José Luis Ábalos no se cerró a aplicar esta medida y, en todo caso, a evaluar los daños. Sólo basta recorrer las calles de la capital para comprobar que son evidentes". Pero ¡ay!, es Madrid.

José Antonio Vera pone de manifiesto ese viejo dicho español de uno currando y varios mirando. "Algunos han salido a la calle con la pala y otros se han quedado en casita viendo pelis y series, o mayormente enredando, que es a lo que se dedican. Ayuso y Almeida han estado al pie del cañón desde el primer minutos mientras Sánchez, Iglesias, Marlaska y Ábalos se dedicaban a comentar el trabajo de los demás". "Ábalos y Marlaska", con sus perros mediáticos, "están a ver cómo se la pega Ayuso, qué risa". Mientras unos curran, "el gobierno central está para mirar". Y tocar las narices. Casado, que así no se coge una pala, hombre, pero Ayuso, tontaina, esa rama un poco más a la derecha, Almeida, torpe, para empujar un coche hay que poner un poco más de énfasis. Por Twitter, eso sí, no vaya a ser que se les enfriaran los pies saliendo a la calle.

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