El 22 de octubre de 2020 marcó un antes y un después en la relación entre el Partido Popular y Vox. Pablo Casado anunciaba desde la tribuna del Congreso que sus diputados iban a votar no a la moción de censura contra Pedro Sánchez, promovida por Santiago Abascal.
Lo hacía entre ataques personales al líder de Vox. En Génova consideraron entonces que esa moción buscaba más "minar a Casado que acabar con Sánchez". Por ello, aseguran, el presidente del PP protagonizó un discurso tan duro contra Abascal.
"Casado explotó tras meses en los que Vox se refirió al PP como la derechita cobarde", recuerdan fuentes populares. Desde ese momento, la relación entre los dos partidos de derechas no ha hecho más que empeorar conforme han pasado los días.
Eso sí, las diferencias entre ambas formaciones no han afectado a los gobiernos del PP en Madrid, Andalucía o Murcia, apoyados por Vox. Sin embargo, los de Abascal han respondido a los ataques de Casado elevando aún más el tono de la confrontación política.
Así lo confirmaba el propio líder de Vox apenas unas horas después de la moción de censura, en una entrevista en Es la Mañana de Federico, de esRadio, al asegurar que el PP "había pateado de forma inmisericorde y brutal a su único socio", al tiempo que se reconocía "agredido personalmente" y "traicionado en la amistad".
Lo sucedido en el Capitolio también enfrenta a PP y Vox
El penúltimo capítulo de la guerra abierta entre ambos partidos se ha producido a cuenta del asalto al Capitolio en EEUU, que los dirigentes de PP y Vox han utilizado como arma arrojadiza.
"Tengo que condenar rotundamente lo que pasó en el Capitolio y no entiendo cómo en España aún hay partidos que lo intenten justificar". Pablo Casado utilizó el jueves estas palabras para distanciarse de la postura de Vox, que tardaba en condenar lo ocurrido y lo hacía arremetiendo más duramente contra Podemos y los separatistas que contra los asaltantes.
No fueron tan sutiles otros dirigentes del Partido Popular. El número dos de la formación, Teodoro García Egea, recriminó a Vox que no tuviera la "valentía" de condenar el asalto al Capitolio. "No hay nada más parecido a un populista de izquierdas que un populista de derechas", añadió, comparando a los de Abascal con los de Pablo Iglesias.
En una entrevista en Cuatro, García Egea criticó también que Vox hubiera "pedido el Premio Nobel de la Paz para Donald Trump", en referencia a una iniciativa secundada por los de Abascal en la Eurocámara, hace tres meses.
Críticas a las que respondía el vicepresidente político de Vox, Jorge Buxadé, que se quejaba de que el secretario general del PP no haya condenado los ataques a su partido en Cataluña. "Esperando tu condena al acoso separatista a Vox", escribía en Twitter el también eurodiputado, que le devolvía el calificativo a Egea: "¡Venga, valiente! ¿O es que Eva Parera y Gay de Montellá no te dejan? ¡Qué pena este constante equivocarse de adversario!", se quejaba Buxadé.
En esta misma línea que Egea, el vicesecretario de Política Territorial del PP, Antonio González Terol, alertó este viernes contra los "populismos" de izquierdas y de derechas que, a su juicio, representan partidos como Vox y Podemos y que, dijo, son "igual de nocivos".
Pero el que elevó el tono contra Vox fue el portavoz popular en el Ayuntamiento de San Sebastián. Borja Corominas aseguró en su Twitter que "Trump, Iglesias y Abascal" eran "la misma mierda".
Vox equipara al PP con el PSOE
Críticas a las que el líder de Vox respondía equiparando al PP con el PSOE y Podemos, como ha venido haciendo en los últimos meses, al incluir a los de Casado en lo que llama "consenso socialdemócrata", o emplear el lema "Sólo queda Vox" para reivindicarse como el único partido que hace oposición al Gobierno.
"Muchas familias pasarán frío porque no pueden pagar la electricidad, que ya era una de las facturas más caras de Europa, y ahora ha subido un 27%. Pero el gobierno (y el PP) hablarán del Rey, de Trump, o de indultar a golpistas", aseguraba Abascal en Twitter, afeando a los de Casado que centraran su discurso en analizar lo que está ocurriendo en EEUU, en lugar de hablar de los problemas de España.
Elecciones catalanas
Así las cosas, la relación empeora a las puertas de las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero, determinantes no sólo para el futuro de Cataluña, sino para el resto del país. A las nulas esperanzas de que gobiernen los constitucionalistas, se suma el hecho de que PP, Vox y Cs, han protagonizado en los últimos días un cruce permanente de declaraciones a cuenta de los fichajes de uno y otro partido, en lugar de dirigir sus críticas más feroces hacia los separatistas.
Pablo Casado sabe que ese día se la juega. Los comicios autonómicos medirán el apoyo a la estrategia del presidente del PP de romper con Vox. Uno de los grandes temores de Génova es que los de Santiago Abascal consigan acercase a los resultados del PP, como empiezan a recoger algunas encuestas que prevén un empate entre ambos partidos de 5 o 6 escaños. Lo que sí que descartan, basados en sus encuestas internas, es el sorpasso de Vox en Cataluña.