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Exhibición de fuerza en Moncloa del núcleo duro de Sánchez para orillar al "solista" Iglesias

La guerra sigue. El vicepresidente publica un vídeo criticando el decreto de desahucios antes de la explicación de Ábalos: "No es la panacea".

EFE

La guerra interna en el Gobierno ha dado este martes un salto cualitativo en el día de la esperada aprobación del decreto de los desahucios por el Consejo de Ministros. Minutos antes de que se iniciara la rueda de prensa posterior, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, publicaba un vídeo en la red social Twitter con la intención de dejar clara que la paternidad de la iniciativa es suya, pero el texto, no: "No es la panacea", decía minutos antes de que el ministro del ramo, José Luis Ábalos, explicara el texto del decreto desde Moncloa.

La contraprogramación de Iglesias a la reunión del Consejo pretendía asumir la autoría de lo que, en las últimas semanas, ha sido el principal escollo de las negociaciones del Ejecutivo entre Ábalos, Iglesias y la vicepresidencia cuarta de Transición Ecológica, Teresa Ribera: la prohibición de los cortes de suministros —luz, agua y gas— a las personas en situación de vulnerabilidad hasta el final del estado de alarma.

Un punto que se anota Iglesias frente a la victoria del ala socialista, que ha conseguido incluir compensaciones a los propietarios de viviendas y que la prohibición de los desahucios se haga en unas condiciones más restrictivas que las inicialmente previstas. Motivo por el cual, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se ha visto en la obligación de editar el vídeo de Twitter para decir que "este decreto seguramente no es la panacea y tendremos que seguir trabajando, pero creo que es una muy buena noticia porque va a ayudar a muchísimas familias".

Una imagen que trascendía con creces al contenido de sus palabras, como también lo hacía la otra imagen que ofrecía el Gobierno de forma simultánea. En el complejo de la Moncloa, los hombres fuertes de Pedro Sánchez, el núcleo duro del ala socialista del Ejecutivo, hacía su particular exhibición de fuerza. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la portavoz, María Jesús Montero; y el de Fomento, José Luis Ábalos, comparecían con una sola voz compartiendo las explicaciones públicas de la acción del Ejecutivo.

La lectura política es indudable tras semanas de peticiones de disparos constantes de Podemos y peticiones de alto el fuego del PSOE: exhibición de fuerza de los hombres y mujeres de confianza del presidente. Los puntales de Pedro Sánchez dejaban claro que la "cabezonería" personal de Iglesias "residen en un segundo plano" frente al trabajo "coral" del ala socialista del Gobierno, cuyo enfado y quemazón por las filtraciones y desplantes públicos de los morados es notable.

De puertas para adentro, se critica abiertamente la "degradación de la vicepresidencia segunda"; de cara a la galería, se hace de tripas corazón intentando mirar para otro lado, como hicieron este martes las mujeres con más peso en el palacio de la Moncloa. Primero, la ministra portavoz, María Jesús Montero, haciendo un alegato en defensa de "la política de las cosas y no las cosas de la política, que tiene que ver con elementos de si alguien sale antes que otro o que si hay o no discusiones que en cualquier Gobierno se tienen que producir, para que el producto que sale sea equilibrado".

Y añadió: "Este Gobierno está a tiempo completo, a full time, dedicado a resolver los problemas de los ciudadanos en su día a día (...) Estamos trabajando más allá de que alguien se haga padre o madre de la medida" porque lo importante es que "aquí no sobra nadie y todas las manos son necesarias".

Mensaje que acompañó la vicepresidenta, Carmen Calvo, quien presidió este martes el Consejo de Ministros ante la ausencia del presidente Sánchez en cuarentena por el contacto con el presidente francés, Emmanuel Macron. "El trabajo de un Gobierno es coral. En muy pocas ocasiones hay un elemento del Gobierno que sea producto de una actuación de solista. Es así como funciona, como ha funcionado siempre en cualquier Gobierno del mundo". Toque de atención al solista Iglesias para que, en lugar de dar la nota, se armonice con el coro gubernamental que cada vez suena más desafinado.

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