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Marruecos planta a España en plena crisis por el Sáhara Occidental y la inmigración

El encuentro se iba a celebrar el 17 de diciembre. El espaldarazo de Trump con el Sáhara, clave en la decisión del Gobierno marroquí.

Una imagen de archivo de Pedro Sánchez y Mohamed VI | EFE

La cumbre hispano-marroquí ha quedado suspendida. La pandemia de coronavirus ha sido la excusa que aparece en un comunicado conjunto emitido por los gobiernos de España y Marruecos para dar una patada hacia adelante en el calendario a un encuentro de alto nivel que estaba plagado de temas candentes. La crisis sanitaria ya estaba cuando se planificó el encuentro y ninguno de los dos países ha empeorado su situación desde entonces.

Lo que sí ha aumentado desde entonces es el clima de tensión. Por un lado, provocado por la avalancha de inmigrantes que el país norteafricano está permitiendo que lleguen hasta las costas de las Islas Canarias. Desde el pasado mes de octubre, han llegado al archipiélago más de 20.000 inmigrantes sin papeles, pulverizando las cifras de la crisis de los cayucos de 2006. Algo que no habría podido ocurrir sin el beneplácito de las autoridades marroquíes.

La propia embajadora marroquí en España, Karima Benyaich, se mostró la pasada semana muy molesta por los comentarios que hay contra su país en este sentido: "A mí lo que me ofende son declaraciones para hablar de que Marruecos hace chantaje a España, de que somos oportunistas, no lo somos. Eso me ofende como embajadora porque con estas declaraciones dan una imagen de mi país a la opinión pública que no es realista".

Por el otro lado, en plena tensión por los enfrentamientos en el Sáhara Occidental y por las palabras del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, apoyando la convocatoria de un referéndum en la antigua colonia española, que lleva más de cuarenta años ocupada por el régimen alauí. En Marruecos no sentaron nada bien las palabras del líder de Podemos. No en vano, no permiten que nadie cuestione la marroquinidad del Sáhara.

Las tensiones por este asunto han sido muy visibles en los últimos días. En un primer momento estaba previsto que el propio Iglesias formara parte de la delegación española que iba a viajar hasta Rabat, pero la negativa marroquí hizo que el Gobierno español se echase para atrás y anunciase en las últimas horas que el dirigente morado se caía de la lista de miembros del Gobierno español que iban a acudir al país vecino.

Fuentes diplomáticas consultadas por Libertad Digital apuntan a que ha sido el Gobierno de Marruecos el que ha decidido aplazar el encuentro y el que ha utilizado como excusa la pandemia de coronavirus para retrasar el encuentro hasta el próximo mes de febrero. Las mismas fuentes plantean que Marruecos se siente fuerte después del espaldarazo que minutos antes había recibido de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

El presidente estadounidense ha mostrado este jueves por la tarde-noche su apoyo a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental –algo que ya han hecho otros inquilinos de la Casa Blanca– pero que ahora se produce en un momento en el que la comunidad internacional volvía a girar sus ojos sobre este territorio saharaui tras las últimas escaramuzas entre miembros del Frente Polisario y el ejército marroquí.

Un apoyo que esta vez no ha sido gratuito, ya que de forma paralela el propio Mohamed VI había hablado por teléfono con Donald Trump para asegurarle el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el país alauí e Israel, algo que ya han hecho en los últimos meses otros países árabes como Qatar o Emiratos Árabes Unidos, y que supone un nuevo éxito para la política internacional de Trump en Oriente Medio.

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