Torra equipara su inhabilitación con la detención y encarcelamiento de Albert Boadella en 1977
Entrega la pancarta de los golpistas presos al Museu d'Història, que alberga piezas como la pluma con la que Mas firmó el primer referéndum ilegal.
El inhabilitado Quim Torra se cree una víctima del Estado y un héroe de la libertad de expresión y no tiene reparo alguno en compararse con el dramaturgo Albert Boadella, que fue detenido, encarcelado y sometido a un consejo de guerra en 1977 por la representación de "La Torna", una obra sobre la muerte de Heinz Chez, el vagabundo ajusticiado en 1974 por el asesinato de un guardia civil. Chez murió el mismo día que Salvador Puig Antich, un 2 de marzo, y también por el mismo procedimiento, el garrote vil.
El expresidente de la Generalidad ha esperado hasta el mismo día en que se cumplen 43 años de la detención de Albert Boadella para hacer entrega en el "Museu d'Història de Catalunya" de la pancarta con la leyenda "llibertat presos polítics i exiliats" en alusión a los golpistas presos y a los fugados. Según Torra, tal pancarta es el origen de su inhabilitación.
En realidad, Torra fue inhabilitado por retirar fuera de plazo la pancarta que tenía colgada en el balcón del palacio de la Generalidad. La Junta Electoral le había ordenado que la retirase durante la campaña porque afectaba a la neutralidad de las instituciones públicas en periodo electoral. Torra mantuvo un pulso con el órgano de fiscalización de los comicios y sólo cedió cuando la Junta le advirtió de que ordenaría a los Mossos d'Esquadra la retirada.
El episodio de desobediencia se saldó con una sentencia de inhabilitación de 18 meses y una multa de treinta mil euros. El fallo no ha impedido que Torra se haya visto beneficiado en calidad de expresidente con un sueldo de 122.000 euros al año, un despacho, varios funcionarios a su servicio, coche oficial y chófer.
Torra apeló a la libertad de expresión para mantener la pancarta y la libertad de expresión fue el principal argumento de su defensa durante el juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Al tiempo, el separatismo se apropió del símbolo creado durante la época de la detención de Boadella para reivindicar dicha libertad, una careta de actor con una raya roja cruzando la boca.
Es el mismo Museu d'Història quien junto a tres mensajes sobre la pancarta de los golpistas recuerda la detención de Boadella y reproduce uno de los carteles que exigían la excarcelación del actor y director teatral y que utilizaban la máscara con el brochazo en rojo como símbolo de la libertad de expresión.
El expresidente regional se ha presentado en el museo acompañado por Laura Borràs, la candidata "efectiva" de Junts per Catalunya (JxCat) a la presidencia de la Generalidad. Ambos han sido agasajados por los responsables del equipamiento, que depende de la administración autonómica. El Museu se ha convertido en un elemento más al servicio del separatismo. Ya cayó en el más absoluto de los descréditos cuando se avino a conservar y exhibir la pluma utilizada por Artur Mas para firmar el decreto de convocatoria de la consulta del 9-N de 2014. El episodio de la pancarta, que los responsables del museo consideran un "objeto histórico" recrudece la deriva decadente de la instalación.
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