Si la pandemia lo permite, el próximo 14 de febrero Cataluña celebrará sus elecciones autonómicas y, poco a poco, se van desvelando las incógnitas que rodeaban a esos comicios. Esta semana se ha sabido que no habrá un ‘Cataluña Suma’, es decir, que Partido Popular y Ciudadanos no acudirán juntos a esta cita con las urnas, como sí que hicieron en las pasadas elecciones vascas.
Una situación que ya daban por hecho la mayoría de los dirigentes populares, que han "enterrado" la idea de una 'España Suma', impulsada por el propio Pablo Casado cuando llegó a la presidencia del partido.
La noticia de la separación la confirmaba Inés Arrimadas en una comparecencia el pasado lunes. En Ciudadanos, las expectativas no son halagüeñas ya que pueden perder, según las últimas encuestas, la mitad de sus representantes (ahora tienen 36 diputados en el Parlamento Catalán). Saben los naranjas que las comparaciones son odiosas y que si el próximo 15 de febrero, el PP crece y Vox "despega", su resultado aún parecerá más trágico.
El PP diseña su campaña con Álvarez de Toledo
Por su parte, en el PP ya se encuentran diseñando esta campaña que encabezará Alejandro Fernández, y que, según explican fuentes populares en Cataluña, contará con la presencia de diputada por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo. Consideran voces del PPC que la exportavoz del PP es la mejor "garantía" frente a Vox.
Precisamente el temor a un buen resultado de los de Santiago Abascal, que presentan como candidato a Ignacio Garriga, es una de las razones que hará que el PP ponga toda la carne en el asador. Y, aunque en Génova confían en que "no habrá sorpasso de Vox", sí que saben que el candidato de Vox puede quedar muy cerca y por ello, en esta campaña catalana, participarán los pesos pesados del partido.
El propio Pablo Casado trata de viajar una vez todas las semanas a Cataluña. Este mismo viernes, visitó el Banco de Alimentos y se reunió con empresarios en Tarragona presentando a Alejandro Fernández como la "alternativa moderada, sensata y transversal".
El independentismo
En el otro extremo del tablero en esta futura campaña se sitúa el separatismo, que si bien es cierto que ha celebrado en la última semana la ruptura entre PPC y Cs, tampoco se encuentra demasiado cohesionado.
Que la atomización política del separatismo pasará factura a algunas de sus siglas en las urnas es un hecho. Sin ir más lejos, el PdeCAT de Artur Mas -con Ángels Chacón como candidata- tiene opciones de quedarse fuera de la cámara autonómica, pero también podría ser, y este posible escenario lo celebran en privado los propios independentistas, que el portazo de Cs a una futura coalición con el PPC beneficie no solo al voto rupturista sino que también venga a reforzar un hipotético tripartito de ERC, comunes y PSC si el descontento, ante un nuevo fracaso de una alianza constitucionalista, se traduce en una alta abstención.
El propio PPC advertía hace unos días de que ese intento por agitar el tablero electoral podría no ser garantía de éxito. Recordaba Alejandro Fernández que en el año 2015 " al separatismo no le fue bien, hubo fugas hacia los comunes o la CUP." Tanto en ERC como en Junts huyen de esta comparación por el momento político y consideran que la incapacidad del bloque constitucionalista para lograr ponerse de acuerdo podría traducirse, por primera vez, en un incremento del 50% de los votos para el independentismo, según pronosticaba, por cierto, el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalidad.
Lo único cierto, al margen de hipotéticas alianzas tras el 14 de febrero es que el PSC no está por la labor de avenirse a futuros acuerdos a tres, ni con Ciudadanos ni mucho menos con el PPC por su más que evidente aproximación a los de Junqueras. El último ejemplo, la celebración pública este jueves del primer secretario del partido, Miquel Iceta, tras consumarse el 'si' de ERC a los Presupuestos: "Hemos conseguido que estén dispuestos a participar en la gobernabilidad de España con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Es una maravilla", afirmó.