Junts per Catalunya (JxCat), el partido del prófugo Carles Puigdemont, no está nada interesado en la celebración de las próximas elecciones. Las encuestas sitúan a ERC como primera fuerza a pesar incluso de su nefasta gestión de la pandemia al tiempo que la formación heredera de Convergencia pierde fuelle en cada oleada demoscópica.
Primero fue la consejera de Presidencia y portavoz de la Generalidad, la posconvergente Meritxell Budó, quien sembró dudas sobre la posibilidad de llevar a cabo los comicios en la fecha prevista, el próximo 14 de febrero. Al poco se sumó el consejero de Interior, Miquel Sàmper, también de JxCat, quien abundó en la posibilidad de suspender las elecciones y declaró que se debía defender el derecho al voto "sin que eso tenga consecuencias en la evolución epidemiológica".
El titular de Interior deslizó que se estaba estudiando cómo llevar a cabo la campaña electoral en el contexto de pandemia y responsabilizó a la consejería Acción Exterior y Transparencia, en manos de ERC, de determinar las condiciones en las que las elecciones podrían llevarse a cabo o suspenderse.
A estas voces se ha sumado el lunes el síndic de greuges (defensor del pueblo autonómico), Rafael Ribó, quien se ha mostrado partidario de la suspensión y ha utilizado como argumento el hecho de que la situación epidemiológica podría dificultar el voto de un sector de la población.
Ribó ha presentado un informe en el parlamento regional titulado "El derecho de sufragio activo en las elecciones en el Parlament de febrero de 2021 en el marco de la actual pandemia" en el que propone que se cree una comisión de expertos que decidan si la celebración de las elecciones es posible o no. Según Ribó, estos expertos deberían ser personas independientes especializadas en salud y derecho electoral.
El defensor del pueblo catalán también ha propuesto un acuerdo de todos los partidos que podría incluir una ampliación de los plazos de voto por correo e incluso urnas móviles para facilitar el voto a los confinados.
Hace unos días, la Generalidad aseguró que estaba preparando un ambicioso plan electoral para votar en las condiciones más adversas que pasaba por sustituir los colegios electorales por grandes espacios como los pabellones deportivos.