Hasta quince candidaturas nacionalistas se pueden dar cita en las próximas elecciones autonómicas, previstas en principio para el próximo 14 de febrero pero que podrían ser canceladas con la excusa de la pandemia. La profusión de formaciones separatistas provoca una gran inquietud en los partidos de la misma cuerda con representación parlamentaria, ERC, la CUP y sobre todo en Junts per Catalunya (JxCat), la escisión del Partido Demócrata Europeo de Cataluña (Pdecat) que preside Carles Puigdemont.
Precisamente el Pdecat aparece en el último sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalidad (el llamado CIS catalán), ya que podría entrar en el "Parlament" con un diputado y el 2,4% del voto. Más complicado lo tendría el Partido Nacionalista Catalán de Marta Pascal, otra escisión del PDeCAT provocada por el comportamiento autoritario de Puigdemont cuando aún no había creado JxCat.
A esos cinco partidos hay que sumar "Convergents", un satélite más de la extinta Convergencia dirigido por Germà Gordó (exconsejero autonómico de Justicia y hombre de la máxima confianza de Artur Mas antes de la disolución del partido fundado por Pujol), la Lliga Democràtica, una opción nacionalista supuestamente moderada en la que se dan cita exdirigentes del PP como Santiago Fisas y el expresidente de Sociedad Civil Catalana Josep Ramon Bosch, y Lliures, del también exconsejero convergente Antoni Fernández Teixidó.
A esos restos de Convergencia se deben sumar los restos de Unió Democràtica, que son Units per Avançar, presidido por Ramon Espadaler, exdirigente de la formación de Duran i Lleida y exconsejero de Interior con Mas y ahora integrado en el grupo parlamentario del PSC, y Demòcrates, partido dirigido por otro exdirigente de Unió, Antoni Castellà, que ya ha anunciado que no se presentará con ERC, como en las pasadas autonómicas, sino en solitario.
Además, hay que contar con "Primàries", una marca electoral surgida de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que impulsó primarias para montar candidaturas en las últimas elecciones municipales y que ahora valora presentarse en las autonómicas. También podría concurrir Solidaritat Catalana per la Independència, partido que fundó en 2010 Joan Laporta, el expresidente del F. C. Barcelona, para su efímero paso por la política.
Separatistas de ultraderecha
Por si no fueran suficientes siglas nacionalistas, Santiago Espot, el conocido delator de comercios que no rotulan en catalán o de médicos que atienden en español, ha anunciado que piensa presentarse con un partido llamado Força Catalunya, situado en el espectro de la ultraderecha separatista con el Front Nacional Català y la Aliança Catalana.
Ante semejante avalancha, los partidos "clásicos" temen una dispersión del voto independentista agudizada por la nefasta gestión de ERC y JxCat de la pandemia. La burla de las ayudas a los autónomos, el cierre de bares y restaurantes mientras en Madrid están abiertos, la alta mortalidad en las residencias de mayores en la primera ola de la pandemia e iniciativas como la Nasa catalana han puesto en tela de juicio la capacidad de gobierno de ambos partidos. ERC sale mejor parada de las encuestas (la última de la Generalidad le otorga una sólida ventaja respecto a JxCat), pero los sondeos todavía no recogen los fallos y chapuzas del último mes.