Los planes de la Generalidad catalana para la Navidad implican el mantenimiento de las drásticas medidas actualmente en vigor para tratar de contener el coronavirus. Así, continuará en vigor la prohibición de viajar a otros municipios durante los fines de semana, puentes y festivos y el toque de queda de diez de la noche a seis de la madrugada. En cuanto a las reuniones familiares debidas a las fiestas, la administración autonómica pretende que no sean de más de diez personas.
La Consejería de Salud no afloja ni tiene previsto suavizar las medidas de cara a la Navidad. Más bien lo contrario, de modo que planea unas fiestas "diferentes", con limitaciones a la movilidad entre municipios y por las noches. Para entrar o salir de Cataluña habrá que tener un motivo que la Generalidad considere "justificado" y se pondrá especial celo en el control de los aforos "domésticos": no más de diez personas por domicilio.
Si la Consejería de Salud está empeñada en condicionar la actividad de sectores como la hostelería y los espectáculos, la de Interior pretende que los confinamientos municipales y el toque de queda se mantengan en Navidad. La consigna es no bajar la guardia.
Por otra parte, el borrador de "desescalada" que está elaborando el gobierno regional prevé que los bares y restaurantes, así como teatros y cines pueden reabrir a partir del próximo lunes, pero con unas condiciones calificadas por los afectados como draconianas.
Así, se permitirá la apertura de las terrazas y de interiores ventilados, pero con un aforo máximo del 30% y de seis de la mañana a cinco de la tarde, muy lejos de las peticiones de las entidades que agrupan al sector y que pedían la reapertura de las terrazas al 100% y de los interiores con un aforo máximo del 50% y sin límites horarios. También pedían abrir a partir del próximo viernes.
La consejería de Salud considera que todavía no se dan las condiciones para abrir más la mano, si bien se muestra más sensible con el sector de los espectáculos. Cines y teatros podrán reabrir con un aforo del 50%. También las instalaciones deportivas al aire libre.
El plan prevé una segunda fase a partir del 8 de diciembre con ampliaciones de aforo en terrazas hasta el 50%. Cines y teatros, en cambio, podrán extender su aforo hasta el 70%. De este modo, se permitirá que hasta seiscientas personas puedan acudir a salas de cine y teatro. En cambio, los actos religiosos no podrán pasar de cien personas aunque eso suponga tan sólo el 5% de la capacidad de templos como la Sagrada Familia, la catedral de Barcelona u otras iglesias.
El proyecto de desescalada es percibido por los sectores afectados como un parche que rematará muchos negocios de hostelería, gimnasios y salas de cine. También se censura la duración sine die del toque de queda o que se obligue a bares y restaurantes a cerrar a las cinco de la tarde.