La Asamblea Nacional Catalana (ANC) se resquebraja. Siete de sus 73 secretarios "nacionales" han dimitido en señal de protesta contra la dirección de la entidad. Laura Camp, Jordi Roset, Lluís Maynau, Pep Fort, Àlex Roca, Esther Sancho y Lluís Torrent han dado un portazo sin precedentes en la organización separatista al ver rechazada su propuesta de exigir a los partidos nacionalistas que abrazasen la unilateralidad como premisa principal de sus programas para las elecciones autonómicas del próximo 14 de febrero.
En un comunicado publicado por el digital independentista El món (El mundo), los dimisionarios afirman que "promovimos el debate en nuestras regiones y participamos en el último pleno del Secretariado Nacional defendiendo el mandato de quien nos votó, pero no fue bien, no porque no se aprobara la propuesta que presentamos algunos de nosotros, otras veces no ha prosperado lo que creíamos mejor y hemos seguido adelante, sino por lo que fue aprobado por la mayoría del Secretariado Nacional, y es por eso que hemos decidido no seguir formando parte del Secretariado Nacional".
La dirección de la ANC aprobó una hoja de ruta de la comisión de estrategia y discurso (46 votos favor, 20 en contra i 4 en blanco) en la se mostraba partidaria de "hacer compatible la exigencia a los partidos políticos de un mandato hacia la independencia que incluya la vía unilateral con la necesidad de preservar la plena independencia de la entidad respecto a los partidos".
La pretensión aprobada por la ANC es publicar durante la campaña electoral una comparativa de los programas electorales de los partidos independentistas y "constituir un grupo de trabajo para fiscalizar los posicionamientos de los partidos".
Otro de los objetivos de la organización posterior a la celebración de las elecciones es el de presionar y movilizarse para que cuando el parlamento regional invista a nuevo presidente "no lo haga fruto de pactos parciales sino que contemple la máxima concentración de fuerzas para afrontar con máxima unidad y responsabilidad compartida el reto de encarar la ruptura democrática y hacer efectiva la independencia cuanto antes mejor".
A los dimitidos les parece que toda esta retórica ampulosa y ambigua de la ANC es una forma de "filibusterismo" y señala el final de un trayecto que no conduce a ningún lado, razón por la que han decidido abandonar la entidad.