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"El estallido social es inevitable, las colas del hambre son de posguerra"

España contempla atónita como el dictador Sánchez impone un estado de alarma y se pira sin dar explicaciones.

España contempla atónita como el dictador Sánchez impone un estado de alarma y se pira sin dar explicaciones.
Colas para recoger comida en Madrid. | Fundación Madrina

El Mundo

"Sánchez da un portazo al Congreso para seis meses de pandemia". Dice el editorial que "lo que ocurrió este jueves en el Congreso oscila entre el maltrato consentido y la normalización de la anomalía. Cuando Illa acabó su sermón doliente "y Casado se dirigió a la tribuna, Sánchez se levantó y se fue. La imagen de su sillón vacío en el día en que se debatía su propia medida, de profundos efectos sobre la vida de la gente, expresa todo el desprecio que le merecen la oposición, los ciudadanos cuyas libertades quedan ahora restringidas, la institución misma del parlamentarismo y los procedimientos de la democracia liberal". A Sánchez ya se la suda todo. Tiene los votos y tiene el poder.

Dice Rafa Latorre que "cuanto mayor es la exigencia de Pedro Sánchez a la Cámara, mayor desdén le manifiesta y su ausencia en este pleno es la culminación de una semana de absoluto desprecio al Congreso de los Diputados". La verdad, es lo que merecen. "Ni uno solo de los grupos dejó de criticar el cesarismo de Sánchez y, sin embargo, Sánchez consiguió los votos necesarios para blindarlo". Sobrado, además. ¿Para qué se va a molestar el chuleta de Tetuán si le dan los votos por su cara bonita?

Federico Jiménez Losantos hasta da la razón a Echenique cuando se ríe de Ciudadanos. "Hace unas semanas, Ciudadanos decía que su objetivo era apartar a Podemos de las cuentas. Hoy les servimos un plato de presupuestos escrito por PSOE y Unidas Podemos y dicen ¡qué ricos!, que se los van a comer con patatas. Están desesperados por soltarse del mordisco de Vox’". Y también acierta sin querer contra Casado, que ayer hizo un discurso espléndido y un ridículo memorable. "Le ha cogido el gusto a las sorpresas, y tras anunciar a Cuca, que en la fiestajota iba de Ada Colau, subió a la tribuna sin papeles, como debe ser, y destrozó la dictadura de seis meses que defendía el fúnebre Illa. Pero el dictador lo desprecia tanto que ni se quedó a escucharle; y tras el gran discurso, va y anuncia la 'abstención crítica' del PP, añadiendo que denunciará ante Europa, en Venecia, el peligro para las libertades de los españoles que supone el despotismo sanchuno. En Venecia explicará por qué ese peligro le preocupa tanto fuera y tan poco dentro que se abstuvo ayer". Casado se amarra a Europa como a un clavo ardiendo, como si la UE le fuera a hacer presidente.

Raúl del Pozo, conmovido por los reportajes de Elena Berberana en Libertad Digital, se asoma al balcón para contemplar las calles. "El estallido social es inevitable en una España con la mayor recesión, el mayor números de parados, de contagiados y de muertos de la zona euro. Las colas del hambre, como en el 29, cruzan también las avenidas de Nueva York, pero las de la Castellana de Madrid son de posguerra". ¿De posguerra? La guerra todavía no ha estallado, cuando estalle de verdad arderán las calles, el Congreso, Moncloa y el chalé de Galapagar.

"Miles y miles de personas se acercan a recoger bolsas de comida; y no son vagabundos, ni mendigos; hay periodistas, universitarios, profesionales, madres de clase media con bebés en los carritos, donde meten las bolsas de comida. La Cruz Roja está repartiendo tres millones de toneladas de alimento en todo el país". "Mientras eso ocurre, los periodistas seguimos contando los problemas de los palacios, de la Zarzuela, de La Moncloa, de San Jerónimo", cuando eso ya a la gente le tiene sin cuidado.

"Informamos de las negociaciones de los partidos sobre el estado de alarma, el reparto de los Presupuestos, las riñas de siglas y nos olvidamos de la gazuza y la mala leche que están creciendo". Y puede el señor marqués tapar las bocas de lo que él considera odio, pero no impedirá que ese odio, esa impotencia, ese asco hacia esa Casta que se sube el sueldo mientras la gente pasa hambre crezca hasta ser incontrolable.

El País

"El Gobierno permite a Madrid cerrar solo el puente". Esta es la apertura del periódico más importante de España el día que el presidente-dictador impone un estado de alarma de cuatro meses y se da mutis por el foro. Impresentable. El editorial se permite un pellizquito de monja a Sánchez. "Es inexplicable que el presidente Pedro Sánchez no defendiera en persona el estado de alarma más largo de la democracia, que durará en principio hasta mayo y que solo le obligará a responder cada dos meses ante el Parlamento". Dicho esto, a su obsesión con Ayuso. "A Pablo Casado cabe reprochar no tanto la abstención sino su apoyo a la desconcertante actuación de la presidenta de la Comunidad de Madrid, cuya huida hacia adelante no parece tener límites". Lo que nos desconcierta es la pandilla de golfos que nos gobierna.

Del declive de este periódico da cuenta la delirante columna de Jorge M. Reverte. "Hay un escándalo o, al menos, una actitud escandalizada que crece en las entrañas del madrileño barrio de Salamanca. Sánchez e Iglesias se han decidido a mostrarle al respetable cuál es la diferencia entre un Gobierno de derechas y uno de izquierdas. Esa diferencia suele tener un reflejo en los PGE". ¿Esos presupuestos en los que el Gobierno se sube el sueldo en plena crisis pero no baja el IVA de las mascarillas? Ah, claro, que son de izquierdas.

"Desde los primeros Gobiernos de Felipe González no se le había visto a la izquierda esa cara feroz que pone cuando expropia a los pobrecitos indefensos de Núñez de Balboa. No les faltan a estos chicos razones para agruparse, detrás de la que pretende ser su líder natural, Isabel Díaz Ayuso, con unas consignas diseñadas por Miguel Ángel Rodríguez, que sean de fácil memorización: "Libertad, libertad". La derecha española no se siente todavía a gusto con la palabra, pero ya aparecerá otra, o se banalizará el uso de esta". Menuda sarta de gilipolleces, más propia de un niñato podemita sin escolarizar que de un columnista serio.

ABC

"Seis meses de alarma y un gobierno ausente". Luis Ventoso resume en el titular de su columna lo sucedido ayer: "Pa chulo el menda". "En ninguna democracia del mundo un presidente acude al Parlamento a solicitar un estado de alarma de seis meses, algo que en sí mismo es una anomalía democrática, y se niega a explicar y justificar su propuesta en la sede de la soberanía nacional".

"Se limitó a escuchar el discurso de su emisario, el ministro Illa, y en cuanto comenzó el turno de la oposición se dio un ostentoso piro, un que os den. Muy triste la abulia con que los españoles toleramos que nos falten al respeto y se pitorreen de nuestras libertades". La verdad Ventoso, los españoles tiene un cabreo inmenso con sus dirigentes y les importa una higa lo que pase en el Congreso.

Ignacio Camacho también está muy indignado con sus señorías. "Una vejación simbólica de la que Sánchez no es más responsable que los diputados que le toleraron el agravio humillando con su voto favorable su propio poder soberano". "Lo que ha votado el Congreso constituye un harakiri de su responsabilidad, una credencial habilitante para someter a la población a una larga, inaceptable etapa de disciplina autoritaria. Quién le podría pedir a un ventajista experto que no haga trampas si se le entrega voluntariamente la baraja".

Rosa Belmonte contempla el espectáculo con resignación. "Ciudadanos vota sí al estado de alarma que a Sánchez le sale de los cataplines. El PP se abstiene. Para dar cobertura a las autonomías. Por las mismas razones que no se entienden podría haberse abstenido en la moción de censura. Este meter sólo la puntita es un poco desconcertante. Como las cosas de Ayuso".

La Razón

"Alerta en la UE: España está sumida en el caos político". Político, económico, social, administrativo. España ya no es un Estado. Dice el editorial que lo de Sánchez fue un "acto de desprecio", un "toque de prepotencia" muy de Sánchez. "El Parlamento ha renunciado a su labor fiscalizadora del Ejecutivo".

A Marhuenda lo que le duele es que no se guarden las formas. "Hasta hoy he tenido al presidente por una persona exquisita". Marhu, ¿te has tomado la temperatura? El virus puede afectar al cerebro. "Por ello no puedo entender que no defendiera personalmente" el estado de alarma perpetuo. "El colofón del esperpento es que abandonara la cámara" cuando acabó Illa. "Creo que se equivoca, es un buen parlamentario y tiene argumentos, aunque no los comparta, y no le hubiera costado establecer un control mensual". ¿Y para qué? Sabe que se lo van votar sí o sí, para qué va a perder el tiempo repitiendo todos los meses las mismas chorradas que ya nadie cree.

Dice Sandra Palo que "el país observa con temor al contagio y a la ruina económica. Desencantados y desorientados". "¿Por qué ese desdén de Pedro Sánchez? ¿Por qué no nos gobernará Merkel o Macron?, escucho a menudo". Pues hablas con gente muy comedida, Sandra. Lo que yo escucho a menudo es "quemaría el Congreso con todos ellos dentro".

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