El Gobierno ha querido dar un paso atrás este viernes. No tanto como para retirar su polémica reforma exprés de la justicia cuestionada por el departamento de Justicia de la Comisión Europea —a quien el Gobierno muestra su "absoluto respeto"—, pero sí como para insinuar que retirará su reforma en caso de llegar a un acuerdo con el PP. Ése era el mensaje que quería dejar claro el presidente, Pedro Sánchez, en su comparecencia desde Bruselas: que la reforma siempre ha sido el ‘plan B’ con el que chantajear al PP para lograr un acuerdo como adelantaron fuentes de su entorno a Libertad Digital.
En este sentido, el presidente del Gobierno compareció tras el Consejo Europeo para explicar que su propuesta de reforma "plantea una salida al bloqueo" pero "tiene fácil solución" y es que "el PP vuelva a la senda de la responsabilidad de estado" y se preste a negociar la renovación del Consejero General del Poder Judicial (CGPJ). "Le decimos al PP que estamos abiertos a sentarnos a negociar bajo las premisas del mes de julio y agosto para llegar a un acuerdo judicial cuanto antes porque es lo que queremos".
Unas palabras —"lo que queremos"—, con las que Sánchez dejó claros sus deseos demostrando que la reforma siempre ha sido "una forma de amagar para demostrarles que somos capaces de hacerlo", según explican fuentes gubernamentales a este periódico. Las citadas fuentes adelantan que "en caso de alcanzar un acuerdo, se retirará la iniciativa en el Congreso" en lugar de vaciarla de contenido en la tramitación parlamentaria y como muestra de "buena voluntad". Algo que no ha querido responder directamente el jefe del Ejecuivo quien, al ser preguntado directamente sobre si se retiraría la iniciativa, se limitaba a decir que "por supuesto nosotros queremos renovar y acordar. Lo queremos hacer desde hace dos años y en dos años ha habido dos acuerdos que rompió el PP de manera unilateral".
Y la forma en la que el Gobierno propone hacerlo es rescatando el acuerdo del mes de julio en el que se habían cerrado el 99% de los nombres del CGPJ, esto es, sin necesidad de iniciar una nueva negociación. Algo que sí verbalizó Sánchez sin dejar lugar a dudas: "nosotros estamos dispuestos en base a los términos del acuerdo y desbloquear esa situación mañana mismo, no tenemos ningún problema. (...) Estuvimos a punto de alcanzarlo, en un 99% estaba ya cerrado".
Sin embargo, y conscientes de que será necesaria la negociación, el Gobierno admite la exclusión de Podemos de la negociación en base a las actuales "reglas del juego". El presidente quiso defender a su gobierno de coalición que "tiene que ser asumido por el PP" porque emana de las urnas pero lanzó un mensaje inequívoco: "Quien lidera las negociaciones es el ministro de Justicia", Juan Carlos Campo, que fue quien cerró el 99% del acuerdo con el portavoz de Justicia del PP, Enrique López, el pasado mes de julio.
"En ningún momento Podemos estuvo en la negociación", explican desde Moncloa, "ni en el segundo acuerdo de julio ni en el primero de 2018, siempre se ha negociado entre el ministro y el PP". De hecho, la "fórmula tradicional" es que negocian Gobierno y PP de un lado, y en la cuota del PSOE, el Gobierno introduce sus cesiones, en este caso a Podemos, como ocurría en su día al cederle vocales a CiU o PNV, por lo que "no hay obstáculo en este sentido".