Un fugado y dos inhabilitados. Puigdemont, Mas y Torra han protagonizado una singular rueda de prensa en la casa de la Generalidad en Perpiñán, una especie de embajada de la administración autonómica en suelo francés. Los tres han reivindicado su condición de presidentes de la Generalidad y han arremetido contra la monarquía y España. También han leído un manifiesto. Mas, en inglés, Puigdemont, en francés y Torra en catalán. La retórica habitual: los catalanes son un solo pueblo, los catalanes quieren votar, los golpistas son presos políticos, los fugados, exiliados y España, un Estado autoritario.
El trío se ha olvidado a Pujol en Barcelona. Tal vez porque a diferencia de sus herederos "sólo" está imputado por corrupción y por formar junto a su esposa y sus hijos biológicos una "organización criminal". El caso es que el "padre del proceso" no acompañaba a sus vástagos políticos en otra cita "histórica" del separatismo.
Además del manifiesto, los tres expresidentes autonómicos han aprovechado la cita para cargar contra la monarquía. Mas se ha referido a Juan Carlos I, al que ha calificado de "fugado" a diferencia, dijo, de Puigdemont. Este, que ocupaba el centro del escenario, fue el más duro en sus consideraciones contra el Rey, al que acusó de haber alentado la fuga de empresas de Cataluña y de haber atacado y castigado a todos los catalanes, incluidos los no separatistas. En opinión del prófugo, no ha sido el proceso separatista lo que puso en fuga a las empresas, sino el Rey. Y según Puigdemont, no es casual que en los seis años de reinado de Felipe VI "todos los presidentes de la Generalidad han sido destituidos o inhabilitados".
Torra fue el último en intervenir y repitió sus mantras habituales sobre la "causa justa" de los catalanes y los supuestos 2.850 represaliados en Cataluña, la última cifra mágica que maneja el separatismo tras los presuntos mil heridos del 1-O y el 80% de catalanes que quieren un referéndum.
En el turno de preguntas, han asegurado que Cataluña ha renunciado a la violencia en el "conflicto" a diferencia del Estado español, al que han calificado de "franquista". También han reclamado una mediación internacional para negociar con el Gobierno y han elucubrado sobre la posibilidad de que el separatismo supere el cincuenta por ciento de los votos en las próximas elecciones.
Golpe propagandístico de los separatistas en Francia. Señal de la rueda de prensa ofrecida por la agencia France Press. Pocos meses después del golpe de Estado, el Gobierno de España abandonó la batalla propagandística planteada por el independentismo, que sigue difundiendo toda clase de falsedades sin réplica.