Junts per Catalunya (JxCat) y el PDeCAT han roto las negociaciones para concurrir juntos a las próximas elecciones autonómicas. La inflexibilidad y el radicalismo del prófugo Carles Puigdemont han impedido el acuerdo por el que apostaban, entre otros, Artur Mas. El "consejo nacional" del PDeCAT activó anoche el proceso de primarias para elegir candidato, lo que confirma la ruptura. La formación heredera de Convergencia competirá en las urnas como el partido de Puigdemont.
El presidente del PDeCAT, David Bonvehí, explicó a los consejeros del partido que la dirección hizo todo lo posible por evitar la ruptura, pero que la negativa de JxCat a aceptar en sus listas candidatos procedentes del PDeCAT abocaba al divorcio. En JxCat también eran remisos a aceptar la doble militancia.
Para justificar la ruptura Bonvehí se refirió también al cese de la consejera de Empresa y Conocimiento Àngels Chacón, decisión ejecutada por el inhabilitado Quim Torra pero que en el PDeCAT atribuyen a Puigdemont. Chacón, que permanece fiel al PDeCAT a diferencia de los demás consejeros autonómicos, que se fugaron en masa a JxCat, es la dirigente con más probabilidades de acabar liderando la candidatura del PDeCAT.
Bonvehí explicó además que el partido heredero de Convergencia no renuncia al independentismo, pero sí a la propuesta de "confrontación" que plantea Puigdemont. El dirigente aseguró que el partido se presenta a las elecciones para defender un "modelo de país" pero no se puede descartar que acabe pactando con el Partido Nacionalista de Cataluña (PNC) que lidera Marta Pascal, otra purgada de Puigdemont.
La fractura del espacio electoral posconvergente supone un duro contratiempo para el prófugo, que ve mermadas así sus posibilidades de arrebatar a ERC el liderazgo en el campo separatista. La posibilidad de sufrir un duro varapalo electoral está detrás de las dudas de Puigdemont sobre su candidatura. De momento, Laura Borràs, diputada en el Congreso e imputada en el Supremo por adjudicaciones irregulares, ha anunciado que está dispuesta a encabezar la candidatura de JxCat.
El divorcio coincide con la decisión de un juzgado de Barcelona de permitir al expresidente de la Generalidad que utilice las siglas de Junts per Catalunya (JxCat) hasta que se resuelva el litigio judicial que mantiene el PDeCAT con el partido de Puidemont por el nombre de la candidatura electoral.