Tomar el nombre de la ciencia en vano. Tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, han recurrido innumerables veces al supuesto criterio científico o técnico para justificar sus decisiones políticas y ocultar sus deficiencias en la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus. Sobran los ejemplos: en el uso de las mascarillas, la realización masiva de test o para permitir manifestaciones y eventos multitudinarios a primeros de marzo. El hecho más escandaloso, en otro país hubiera dimitido todo el gobierno, fue inventarse que un comité de expertos guiaba sus pasos en el periodo conocido como la "desescalada". El portavoz médico del gobierno sigue siendo el tampoco "doctor" Fernando Simón, quien pocos días antes de sumergirnos en un estado de alarma apoyó expresamente la manifestación feminista del 8 de marzo: "Yo ahí no creo que haya que hacer ninguna recomendación especial ahora mismo. Y dicho eso, yo deseo que el 8-M si es posible, y la gente está sana, ¡que está sana!, tenga un gran éxito la manifestación". Y todavía se pregunta la Organización Mundial de la Salud qué ha hecho mal España en esta pandemia. Tal para cual.
Y llega la segunda ola. De forma inminente, sin el consenso interterritorial requerido ni el respaldo científico (no se esperó a la evaluación de los técnicos de todas las Comunidades Autónomas) Salvador Illa ha obligado a Madrid a cambiar su estrategia contra la covid-19. El consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, advirtió el pasado viernes: "El Gobierno de España tiene prisa por intervenir Madrid, no por luchar contra el virus". Los nuevos criterios, añadiendo "las particularidades de densidad y movilidad", sólo encajan con la comunidad que preside la popular Isabel Díaz Ayuso. Decía la web Maldita.es que "si la recomendación del Ministerio de Sanidad se aplicara a todo el país habría que confinar al menos 379 municipios".
¿Está demostrada o testada en otro país la efectividad de los criterios elegidos por el Ministerio? ¿Lo que ya estaba haciendo la Comunidad de Madrid se había demostrado fallido? Libertad Digital entrevista al viceconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero.
P. ¿Tan mal están las cosas en Madrid como dice el gobierno central? La alerta y emergencia sanitaria es el asidero legal al que se agarra el Ministerio de Sanidad.
R. No, no, están mejorando y están mejorando de forma objetiva porque nuestro índice acumulado de casos ayer (1 de octubre) estaba por debajo de los 700, 695, cuando estaba hace unos días en 780. Y va a seguir bajando más. Y otra noticia buena que hemos recibido hoy es que el número de pacientes ingresados sigue disminuyendo de tal forma que en el día de hoy hay ingresados 3.489 pacientes, cuando hace 5 días eran 3.793, es decir que hay casi 300 pacientes menos, casi un 10% de pacientes menos que hace tres semanas.
P. ¿Cómo nos podría resumir lo que ha ocurrido en las últimas reuniones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud?
R. Nosotros hicimos un planteamiento al Ministerio de cuál era nuestro plan de actuación, es decir, Madrid tenía un plan. Había empezado hacía dos semanas (el 21 de septiembre) a actuar sobre las zonas de mayor incidencia y de mayor transmisión de la infección con la limitación de la movilidad y del contacto social, limitación que nos parecía más estricta que ésta que se ha impuesto en Madrid. Estaba limitada la movilidad a las zonas básicas con mayor incidencia de infección. Ahora estamos viendo con preocupación que cualquier ciudadano del municipio de Madrid puede moverse por cualquier territorio de la capital. Y también es preocupante el hecho de que se permita, y no que no se tome ninguna medida, en relación con puntos importantes de llegada o salida de viajeros como puede ser Barajas o Atocha. Yo creo que si se quiere evitar la movilidad hay que actuar sobre esas circunstancias porque, si no, no sé exactamente el nivel de efectividad que van a tener estas medidas.
P. Pero la actuación del Gobierno se basa en el confinamiento...
R. Nosotros teníamos un plan y nuestra idea era evaluarlo pasadas dos semanas, nos tocaba evaluarlo hoy (1 de octubre) y la sensación que teníamos es que parecía que estaba siendo favorable en muchas zonas básicas. En función de eso lo que Madrid tenía pensado era seguir interviniendo, de hecho la semana pasada aumentamos a otras ocho zonas básicas más. En función de cómo fueran los datos la idea es que si hacía falta incrementar las medidas no había ningún problema en hacerlo. Pero no nos han dejado tiempo a evaluar exactamente cómo han ido las medidas aunque ya digo yo que la información que tenemos es que la transmisión en estos últimos días en Madrid está disminuyendo. En la tasa de incidencia acumulada estamos por debajo de 1, está en 0,81. Son datos del Instituto Carlos III que publica el Ministerio.
P. ¿De la reunión del martes salieron con la misma sensación y conclusiones que transmitió Salvador Illa en la rueda de prensa?
R. En una primera reunión del jueves de la semana pasada no hubo mucho que hablar porque nosotros argumentamos aspectos técnicos que pensábamos que en la Comunidad de Madrid permitían seguir con nuestro plan, esperar una semana para ver cómo iban los indicadores. Pero hubo una segunda reunión este martes en la que hablamos de aplicar indicadores que fuesen para todo el Estado, para todas las comunidades autónomas. Nosotros lo que dijimos es que nos parecía importante una valoración por parte de los técnicos de la Comisión de Salud Pública, que iba a tener lugar al día siguiente por la mañana, y que todos ellos fueran refrendados por el Consejo Interritorial del mismo miércoles. Ésa fue un poco la idea con la que salimos. Allí se hablaron de una serie de circunstancias pero que estaban pendientes de aportaciones técnicas para que luego fuesen aprobadas de la forma más unánime posible en el Consejo Interterritorial.
P. La opinión pública se ha quedado con la idea de que hubo un preacuerdo.
R. Es que dígame usted lo que es un preacuerdo. Allí se hablaron de una serie de cuestiones y en lo que se quedó es que al día siguiente se revisaría ese documento o esas propuestas por parte de todos los técnicos de salud pública de todas las comunidades autónomas para enriquecerlo o para hacer más aportaciones, y una vez que eso fuese así, ese documento con más aportaciones se pasaría a discusión al Consejo Interterritorial de Salud.
P. De los tres criterios del Gobierno para intervenir en Madrid, ¿cuál le parece el más discutible?
R. A ver, el de 500 infectados por 100.000 habitantes es un poco arbitrario. ¿Por qué no 750, por qué no 400? Ese criterio no viene en ninguna guía de actuación internacional. Además, el índice acumulado de casos es el resultado de un cociente entre el número de diagnosticados y la población a la que has hecho los diagnósticos. Estamos viendo que en algunas zonas de Madrid que tienen poca población la positividad de pocos casos hace que ese índice aumente mucho. O sea, que todo eso hay que verlo siempre con cautela. Y luego es un indicador consecuencia directa del número de diagnósticos que hagas. Madrid ha pasado de hacer 45.000 PCR a la semana en el mes agosto a hacer 150.000 a la semana en el mes de septiembre, con lo cual lógicamente al ampliar muchísimo tu capacidad diagnóstica aumentas también el número de infectados. Es un indicador que no refleja por sí solo lo que está ocurriendo en la epidemia. Y luego el tema de las UCI depende de la capacidad de respuesta de cada sistema sanitario. Madrid ha tenido ingresados en los meses de abril y marzo en las UCI 1.900 pacientes. Actualmente hay más de 400 ingresados.
El Instituto de Salud Global de la Universidad de Harvard recomienda el confinamiento cuando la incidencia acumulada en los últimos 14 días sea de 350. En España la incidencia media es de 290 casos por 100.000.
P. ¿Pero la tasa de positividad es alta?
R. Está en el 18,5%. Es alta. Sí.
P. ¿El gobierno les proporciona algún tipo de ayuda para comprar test?
R. No, Ninguna.
P. ¿O sea, cero?
R. Ninguna, ninguna. Yo he puesto en marcha cinco millones de test de antígenos y los ha comprado la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Esta semana el gerente de un gran hospital de Madrid comentaba a Libertad Digital que en la primera ola las batas de bolsas de basura les habían salvado la vida. Pedro Sánchez se comprometió a comprar material (mascarillas, guantes, test) por valor de 2.500 millones de euros antes de la llegada de la segunda ola. De momento nada se sabe y estamos en octubre. Por las irregularidades, los fallos y "las incoherencias" en las compras de marzo y abril presentó su dimisión en julio, y pocos se enteraron, María José Santiago Fernández, presidenta de la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación.
P. Vamos con los datos. ¿Cuál es el tiempo medio de ingreso de un enfermo crítico de coronavirus en UCI?
R. La estancia en UCI es prácticamente la mitad de la primera oleada. El dato sobre la UCI es bueno, es una tendencia de cuatro o cinco días seguidos con menos pacientes ingresados, es un dato importante. El problema de las UCI es que sabemos que esa repercusión tendrá lugar por lo menos pasadas un par de semanas, las UCI siempre van con retraso respecto a los pacientes hospitalizados.
P. Antes la media en morir de un paciente que ingresaba en UCI era 21 días, ¿y ahora?
R. Antes un 30% de los ingresados en UCI morían (las estadísticas mundiales de marzo suben el porcentaje al 50%). Ahora la inmensa mayoría sale con vida. La tasa de letalidad en hospitales está en torno al 1%, fíjese si ha bajado mucho.
P. La inversión es fundamental. En rastreadores, por ejemplo.
R. La cifra de rastreadores que tenemos ya en Madrid está por encima de 1.000, debe de estar entre los 1.040 y los 1.050 y la intención a lo largo de este mes de octubre es llegar entorno a los 1.400 1.500.
P. Sobre la atención primaria, no sé si han contemplado la posibilidad llegar a algún acuerdo con la sanidad privada para aliviar la sobrecarga actual.
R. No, no. Para primaria no tiene sentido, yo no lo veo. El acuerdo al que hemos llegado es con los propios médicos de la atención primaria en un plan que supone el gasto de 82 millones de euros en los próximos tres años. Se va a reforzar la atención primaria con más médicos, de hecho este último trimestre se pretende incrementar en 150 médicos. Y luego es también muy importante el asunto de que los médicos de atención primaria puedan dedicarse a labores asistenciales y aliviarles la cargas burocráticas, como puede ser la gestión de bajas, procedimientos que llevan mucho tiempo y que no aportan valor a su trabajo de médicos.
La Comunidad de Madrid pagará 35 millones de euros a la sanidad privada por sus servicios en la primera ola.
P. En la primera ola ¿qué se hizo mal?
R. Lo que no se hizo bien es la previsión de lo que estaba pasando en China y luego en Italia. No se hicieron bien las cábalas ni se preparó el sistema ni se preparó un plan de actuación ante lo que se nos venía encima. Se actuó tarde, es una cosa evidente. Incluso permitiéndose aglomeraciones de personas y manifestaciones cuando ya sabíamos que había casos de coronavirus y muertes en España. Tiempo habrá para analizar lo que se hizo y se dejó de hacer. Tanto en marzo como en esta segunda ola.
Antonio Zapatero es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y Premio Extraordinario de Licenciatura. Médico Especialista en Medicina Interna. Ha sido jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital de Fuenlabrada y director médico de este centro y en el Hospital temporal de Ifema.