Estertores de torraplanismo. Los grupos separatistas utilizan el Parlament para realizar un postrero homenaje a Quim torra, una sesión para ensalzar la figura del expresidente y arremeter contra España, contra la Corona y contra el Poder Judicial. Torra comparece en el hemiciclo en calidad de invitado y toma la palabra para reiterar que su herencia es la pretensión de que las próximas elecciones tengan un carácter plebiscitario que ratifique el "mandato" del referéndum ilegal del 1-O, del que este jueves se cumplen tres años. "O monarquía española o república catalana".
Insiste Torra en que "ni abandono, ni me resigno ni acepto esta destitución. Será Europa quien juzgue al Estado español" y que estamos ante un "escándalo internacional de dimensiones colosales", que la idea de la unidad de España "es caduca y decimonónica". Aprovecha su último discurso para acusar a los diputados de Ciudadanos por haberle denunciando ante la Junta Electoral y el Tribunal Superior de Justicia. "Vergüenza, vergüenza", clama. "Vergüenza los que lleváis las declaraciones y votaciones de los diputados de esta cámara a los tribunales", insiste. Y reprocha al grupo del PSC que no esté presente en la cámara para el pleno homenaje.
En el paroxismo de su deriva supremacista llega a afirmar que Cataluña es la cuna de la democracia y se despide con el "lo volveremos a hacer" en alusión al 1-O.
Tras Torra toma la palabra la diputada de ERC, Anna Caula, que sube la puja al comparar la inhabilitación de Torra con el fusilamiento de Companys y acusa al Estado "en connivencia con el fascismo" del asesinato de Guillem Agulló. El posconvergente Eduard Pujol intenta estar a la altura de su compañera y suelta que los magistrados del Tribunal Supremo "se creen jueces y son verdugos. Menos soga y más toga. Hoy sentimos vergüenza y asco. En España todo es franquismo".
El pleno es tan inusual que a continuación intervienen Pere Aragonès y Meritxell Budó, vicepresidente en funciones parciales de presidente y la consejera de Presidencia, que se reparten el tiempo correspondiente al Govern. Aragonès, en apariencia muy disciplinado, alega que no habrá presidente hasta que lo elija el Parlament. Budó, de negro, llora la inhabilitación.
Críticas de la oposición y ausencia del PSC
Ciudadanos y el PP han decidido, a diferencia del PSC, participar en el pleno. Quieren hacer oír su voz. El líder de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, llama "liquidacionistas de las instituciones, la economía y la convivencia" a los diputados separatistas, les reprocha que nieguen sistemáticamente información a la oposición sobre sus chanchullos y subvenciones a las organizaciones "cívicas" al servicio del proceso. Recuerda también los escritos racistas de Torra y denuncia que los separatistas se niegan a convocar plenos de contenido social mientras que no tardan ni 24 horas para montar una sesión de homenaje a Torra.
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, que se ríe de la "brutal represión y de la crueldad de un Estado que permite que Torra tenga una pensión vitalicia de 92.000 euros al año tras dos años de presidente". Al respecto Ciudadanos ha anunciado una propuesta de ley para eliminar las suculentas prestaciones para los presidente regionales de Cataluña.
Y para acabar, turno de nuevo para los grupos separatistas. Represión, represión y más represión. E independencia. Discurso único y discurso del rencor. Torra ha creado escuela en el separatismo.