Igual que cuando pidió a los Comités de Defensa de la República (CDR) que apretaran, el ya expresidente de la Generalidad Quim Torra ha reclamado a los catalanes que aprieten. "Empujad", les ha dicho en su último mensaje institucional, el enésimo en dos años y medio de mandato plagados de arengas y soflamas revestidas en apariencia de un aire institucional.
Pasadas las seis y media de la tarde, Torra ha comparecido en la galería gótica del palacio de la Generalidad arropado por los miembros del gobierno regional, que le han despedido con un aplauso tras un discurso en catalán seguido de un resumen en inglés. Esta vez no ha considerado necesario hablar en español.
El propósito de Torra ha sido el de calentar a las bases separatistas para que reaccionen en las calles a la inhabilitación ratificada este lunes por el Tribunal Supremo. En la intervención, ha insistido en que el obstáculo para la independencia es la autonomía, una autonomía que según Torra se traduce en que el parlamento regional no publica las resoluciones del pleno y en la que hay según sus cuentas 2.850 supuestos "represaliados".
Tras el palo a ERC y a los letrados del Parlament por no haber publicado la resolución antimonárquica de agosto, Torra ha dicho que "la única manera de avanzar es a través de la ruptura democrática. La única garantía es el movimiento independentista". El dirigente separatista ha rellenado su discurso con consideraciones sobre el coronavirus, elogios a los colectivos que han afrontado la pandemia en primera fila y críticas al sistema autonómico que, dijo, ha privado a Cataluña de recursos y herramientas para hacer frente a la pandemia. También ha reiterado que una Cataluña independiente habría afrontado mejor la emergencia sanitaria y la crisis económica.
Además ha acusado al Gobierno y a los jueces de abocar al gobierno catalán a una situación de debilidad con la que será más difícil combatir la pandemia: "Les puede más la sed de venganza que el respeto por la salud de las personas y la recuperación económica".
Plebiscitarias
En cuanto a las próximas elecciones autonómicas, Torra las ha planteado como "un punto de inflexión, un plebiscito, unas elecciones que ratifiquen el mandato del 1 de octubre". "Hay que escoger entre democracia y libertad o represión o imposición, la república catalana o la monarquía de las banderas y el Ejército", ha añadido.
Torra ha reconocido que no ha podido avanzar en la consecución de la república, pero que estaba dispuesto a afrontar las consecuencias. En cuanto a su futuro inmediato, ha anunciado que recurrirá ante la justicia europea: "Ni abandono ni me resigno, ni aún menos acepto esta sentencia injusta. Llevaré la libertad de expresión y la causa de la libertad a Europa y ganaremos".
Para redondear la arenga, ha reclamado a los catalanes que se preparen "para la ruptura democrática pacífica y desobediente. Podemos hacer realidad nuestro sueño si tenemos claro que el poder está en cada uno de nosotros. Catalanes y catalanas, empujad".
A medida que avanzaba la tarde, la plaza de San Jaime, donde radican la Generalidad y el Ayuntamiento de Barcelona, se ha ido llenando de gente en apoyo del expresidente regional. Está previsto que Torra se regale un baño de masas en la plaza arropado por los que fueron sus consejeros y las fuerzas vivas del separatismo. Todo ello con absoluto desprecio por las medidas de distancia social y limitación de reuniones habilitadas por la propia Generalidad para frenar el coronavirus.