El malestar ha recorrido esta mañana los pasillos de la Moncloa al escuchar en la emisora de cabecera de los socioalistas, la cadena SER, al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, desvelando las disculpas que le ofreció el presidente, Pedro Sánchez, tras una discusión a raíz de la salida del rey emérito de España.
Una revelación que ha molestado a numerosos cargos medios y altos del Gobierno, según han explicado a Libertad Digital fuentes del Ejecutivo. "Hay gente muy cabreada" que denuncia que el vicepresidente del Gobierno "no sepa comportarse como tal ni mantener la institucionalidad debida" desvelando conversaciones privadas con el presidente Sánchez. "Es muy feo".
Algo que ha verbalizado la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, quien aseguró que "no conozco ninguna de las conversaciones que el presidente mantiene con ninguno de los 22 ministros del Gobierno. Pero si supiera de las conversaciones, entendería que no las hiciera públicas porque no lo he hecho jamás. Nunca lo he hecho y con eso le doy respuesta".
Un reproche velado que se hace explícito en privado con total contundencia y que, según las fuentes citadas, responde a la campaña de Iglesias por autoreivindicarse, como hizo con el enfrentamiento con la ministra de Educación, Isabel Celaá, sobre el inicio del curso escolar, con la ministra portavoz, María Jesús Montero, por las bajas de los padres con menores cuarentenados, o tras la fusión de Bankia con Caixa Bank. Más allá del componente personal, "él es así", destacan que el político "necesita buscar foco, ganar visibilidad porque la realidad es que está reconociendo que su proyecto no es mayoritario en la coalición y sólo puede esperar los resultados de las decisiones de Pedro Sánchez". El resultado es que, al final "traga con derecho a pataleta".
Sin embargo, lo que más ha enfadado a la facción socialista del Gobierno ha sido el "momento político" que ha elegido Iglesias "con la que está cayendo de la operación Kitchen", que ha servido para "desviar el foco del PP" y poner en el epicentro las batallitas internas de la coalición. "Les ha hecho un favor al PP", denuncian las citadas fuentes.
No obstante, los más optimistas se centran en las "consecuencias políticas" de esta estrategia de Iglesias que "arrojan una opinión negativa de él", que "visibilizan su debilidad" y que, en el caso concreto del rey emérito hacen un favor al PSOE ya que "presenta a ellos (Podemos) como los republicanos y a nosotros (PSOE) como los monárquicos, que no estamos contra el Rey ni contra la Corona sino defendiendo la Constitución y todos los consensos del 78".