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María Servini, la juez argentina "Barú Budú Budía" que persigue el franquismo tras la amnistía

Este jueves está previsto que Servini tome declaración al exministro de Interior español, Rodolfo Martín Villa, por supuestos crímenes del franquismo.

Este jueves está previsto que Servini tome declaración al exministro de Interior español, Rodolfo Martín Villa, por supuestos crímenes del franquismo.
La juez argentina, María Servini | Cordon Press

La titular del Juzgado de lo Criminal y Correccional Federal nº 1 de Argentina, María Servini de Cubría, ha vuelto a saltar a los titulares en España por perseguir supuestos delitos cometidos en España durante el franquismo que fueron amnistiados.

Servini, de 83 años, es una juez muy conocida en su país y a la que a lo largo de su carrera ha perseguido la polémica y la controversia. Este jueves, está previsto que tome declaración al exministro de Interior español, Rodolfo Martín Villa, por vía telemática desde la Embajada de Argentina o una representación consular de este país en España.

Todo ello después de que la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, haya puesto al Ministerio Público al servicio de la Memoria Histórica, dejando sin efecto una orden de la Fiscalía General del Estado del año 2016 para que Argentina no investigase posibles crímenes cometidos durante el franquismo en España por españoles, contra españoles, que estaban prescritos y que fueron amnistiados. Dicha orden fue invalidada con una nota informativa interna distribuida el pasado 4 de agosto.

Servini, a la que sus amigos llaman "la chuchi", nació en la localidad bonaerense de San Nicolás y se licenció en la Universidad de Buenos Aires como abogada. Se inició en la carrera judicial en los años 60, siendo "defensora oficial", cargo desde el que le tocó defender a la presidente derrocada en 1976, María Estela Martínez de Perón.

En 1980 fue designada juez subrogante en un Juzgado de Instrucción de mayores y posteriormente, fue investigada por la presunta entrega en adopción de niños, hijos de personas secuestrados y desaparecidas durante la dictadura militar. En 1990, el entonces presidente Carlos Menem la nombró juez nacional en lo criminal y correccional nº 1 con competencia electoral.

Sin duda, una de las polémicas que protagonizó y mayor rechazo provocó en su país natal fue la censura de una sátira del humorista argentino Tato Bores. En mayo de 1992, Servini supo que en uno de los monólogos del humorista se mencionaba una multa simbólica de 60 pesos argentinos que la Corte Suprema de Justicia le había impuesto. La juez presentó un recurso para que no fuera emitido el sketch y la justicia argentina lo censuró.

Fue entonces cuando un grupo de artistas argentinos se solidarizó con el humorista y se dieron cita en el estudio de su programa para entonar a coro una canción sarcástica que decía: "La jueza Barú Budú Budía, la jueza Barú Budú Budía, la jueza Barú Budú Budía es lo más grande que hay". Este momento televisivo se hizo celebre en la tele argentina y desde entonces Servini recibió el mote de la "jueza Barú Budú Budía".

En el año 2008, la juez Servini demandó sin éxito a Google y a Yahoo para que bloquearan la información e imágenes suyas que no tuvieran su consentimiento en internet.

Causas judiciales en Argentina

La magistrada María Servini también fue muy cuestionada en Argentina por su intervención extremadamente lenta e irregular en el denominado "Yoma Gate", un caso de blanqueo procedente del narcotráfico que involucraba a Amira Yoma, la entonces cuñada del presidente argentino, Carlos Menem.

También investigó a los Puccio, una familia dedicada al secuestro y asesinato de jóvenes, e interrogó a Michael Townley, exagente de la Dina (Dirección de Inteligencia Nacional de Chile) que le confesó en su Juzgado el asesinato del general chileno Carlos Prats y su mujer al hacer estallar una bomba colocada en los bajos de su vehículo, el 30 de septiembre en 1974 en Buenos Aires.

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