El Partido Popular y Ciudadanos, las dos fuerzas políticas que gobiernan en la Comunidad de Madrid, ponían este martes el grito en el cielo después de que Pedro Sánchez señalase a esta autonomía por la negativa evolución de los contagios de coronavirus.
El presidente del Gobierno, en una entrevista de apertura de curso político en la Cadena SER, mostraba su "preocupación" por la situación madrileña, en línea con lo que el lunes había hecho, en su rueda de prensa diaria, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón.
La propia Isabel Díaz Ayuso replicaba a Simón, acusándole de practicar un "ensañamiento con Madrid" por las cifras del coronavirus que es "perjudicial para España".
"Este ensañamiento con Madrid es injusto, desproporcionado y perjudicial para España. Si Madrid no se reactiva, España se hunde", sentenciaba la dirigente madrileña en su cuenta de Twitter tras la conferencia de prensa que ofreció Simón.
Aguado: "Hay una fijación hipócrita con Madrid"
En otra entrevista en Radio Nacional de España, el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, arremetía contra el jefe del Ejecutivo acusándole de ser "un tanto hipócrita" ya que, afirmaba, "si de verdad le preocupa la situación en Madrid podría llamar a la presidenta regional o reunirse con ella".
El dirigente de Ciudadanos aseguraba que "hay una cierta fijación por parte del Gobierno de España y de La Moncloa con la Comunidad de Madrid, creo que es una fijación interesada para intentar centrar el foco en la Comunidad y no hablar de la necesaria y urgente estrategia que hace falta a nivel nacional para combatir una epidemia y una pandemia". A su juicio, esa es la estrategia adoptada por Sánchez, a quien pedía "más sentido de Estado" y no pensar que una crisis sanitaria de esta envergadura se puede combatir, decía en la radio pública, "con diecisiete legislaciones autonómicas distintas".
Aguado lamentaba que no haya por parte del Gobierno, a su juicio, ni "estrategia epidemiológica" ni "de vuelta al cole" ni "económica" sino, argumentaba, la pretensión de que las CCAA "interpretemos una estrategia conjunta. No es nuestra labor" advertía el número dos del Ejecutivo madrileño.