Primer pronunciamiento del presidente del Gobierno sobre la salida de España del rey Emérito, apenas veinticuatro horas después de que se conociera en la tarde de este lunes mediante un comunicado de la Casa Real.
En la tradicional rueda de prensa de balance del curso político, después de celebrarse este martes el último Consejo de Ministros antes de vacaciones, Pedro Sánchez mostraba "respeto" por la decisión tomada, que a su juicio va en la línea de Felipe VI de "alejarse" de las presuntas irregularidades de su padre; decía ignorar el paradero de Juan Carlos I y se amparaba, una y otra vez, en el secreto de sus despachos con el Rey para justificar que no hubiera informado de la decisión a su socio de Gobierno, Podemos.
Una falta de comunicación que horas antes, en una entrevista en la Cadena SER, había lamentado la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Además, el jefe del Ejecutivo reivindicaba la "plena vigencia" del pacto constitucional de 1978 y por tanto de la monarquía parlamentaria.
Lo hacía reivindicando la historia del PSOE, la única gran formación nacional, recordaba, cuya presencia institucional se remonta a la época de la transición. Unas palabras que entran en abierta confrontación con las tesis de Pablo Iglesias, quien considera que la monarquía y la figura de Felipe VI queda "comprometida" con lo que los podemitas consideran una "huida" de su padre, comunicada por la propia Casa Real. Sánchez también discrepaba de Podemos al asegurar que ante las presuntas irregularidades publicadas "lo que se pone en duda es a las personas, no a las instituciones".