El Mundo
"Vox da oxígeno a Sánchez con una moción de censura inviable". Dice el editorial que mientras España se hunde, "el Gobierno se entrega a la autocomplacencia suicida y una parte de la oposición olvida su función para pelearse por el foco y los votos". Sánchez se pasó por el forro las medidas sanitarias que impone a la población y "convocó a su grupo parlamentario al completo para hacerse aplaudir. Parece que para Sánchez es más importante el aplauso que la ejemplaridad en la observación de la distancia social: la misma que Salvador Illa no se cansa de reclamar a los ciudadanos". Así que ya sabemos lo que tenemos que hacer los demás, saltarnos las normas. Y si la policía dice algo mostrarles la foto del Gobierno que las impone, y si nos multan, denunciar al Gobierno por instar a la población a incumplir las normas. "Y en medio de este panorama, los de Abascal deciden anunciar una moción de censura" de juguete para "intimidar al PP". Son como críos.
Jorge Bustos echa humo contra Vox. "Fragmenta el voto de la alternativa al sanchismo y moviliza a la izquierda", dice. Atribuye la moción a su caída en las encuestas y dice que Vox es "un partido como los demás. Pendiente del último sondeo, atado a sus intereses electorales, yonqui de la mercadotecnia (…) España a Vox le importa lo mismo que a Iván Redondo". Y es que Bustos adivina que "España camina derecha hacia un desastre", "mientras tiene un gobierno y un presidente entregado al onanismo. Los optimistas dicen que vamos a comer mierda. Yo creo que no va a haber mierda ni para la mitad".
El País
"España supera los 1.000 contagios al día por primera vez desde mayo". Pasa de la moción de censura de Vox y rescata el mismo titular con el que nos ha estado machacando durante toda la pandemia. "Sánchez apela a un consenso como en Europa y el PP lo rechaza". A Anabel Díez y Javier Casqueiro Iván Redondo les da las informaciones hechas. Que Sánchez pidió cooperación al PP y Casado "le dio la espalda", que "no parece posible entenderse con el PP", etc. Exactamente lo mismo que con los estados de alarma, cuando Sánchez despreciaba al partido que representa a la mitad de los españoles y El País erre que erre tratando de culpar a las víctimas de las chulerías del presidente.
Cuenta Natalia Junquera que "el PSOE llenó su bancada, incumpliendo el pacto para que acudan al hemiciclo la mitad de los diputados de cada formación", pero que quede claro que "el PP se la saltó antes". "Vox lanzó un dardo envenenado a Casado, pero el PP lo esquivó". Aunque lo mejor de la sesión fue cuando el payasete Rufián "revolvió al grupo de Abascal al agradecerles que ahora recurran a mecanismos democráticos" como la moción de censura. ERC debería tomar ejemplo, en lugar de dar golpes de Estado como el 1-O. "Antes, las mociones de censura las hacían con Tejero", espetó el golpista Rufián a Abascal. Tiene su aquél que un partido que ha dado un golpe de Estado en Cataluña, por el cual tiene a su jefe en la cárcel, vaya dando lecciones de democracia. Pero esto no lo subraya El País, claro.
ABC
"Abascal busca protagonismo con una moción de censura inviable". Tortas en el editorial. "Liberar a España de un gobierno sostenido por partidos separatistas, constituiría un gran servicio. Pero ese objetivo no se logra con fuegos de artificio en el Congreso o juegos dialécticos para buscar un lugar bajo el sol de las cámaras. El camino para derrotar a Sánchez pasa por reagrupar el voto de la derecha, exactamente el camino contrario al que ha elegido Vox. Mientras siga habiendo tres opciones frente al PSOE, Sánchez será políticamente feliz". Que se disuelvan, vaya.
Gabriel Albiac se detiene en Fernando Simón. "El sueldo del señor Simón no se verá afectado. El de millones de españoles se verá sólo destruido". Lo de este hombre es de traca. Primero se carga a miles de personas con sus mentiras sobre el coronavirus y las mascarillas, y ahora se carga el turismo. Y siempre con una sonrisa en la cara. Qué envidia esa falta de conciencia.
La Razón
"Abascal no será el candidato de la moción estéril de Vox". Pues vaya, si ya tenía poco interés ahora ya no tiene ninguno. Dice el editorial que para el gobierno será "una rama tendida a la que agarrarse para detener su hundimiento". "Abascal y Vox deberían recapacitar sobre el grado de incomodidad de Sánchez e Iglesias ante su moción, ahora que les han regalado su papel favorito, el de víctimas de la que llaman ultraderecha".
Y es que cuenta Antonio Martín Beaumont que en Moncloa hay "pánico". "Pedro Sánchez tiene informaciones solventes de la grave realidad cara al otoño, cuanto todo apunta a que los motores de la actividad económica mostrarán las señales más dramáticas. Hay temor a que el clima provoque un estallido social. Un escenario de convulsión general, incluso virulenta, con los ciudadanos en la calle. Hay ministros socialistas muy asustados, auscultando cuál puede ser la lanzadera para la indignación". Así que, Abascal, no los distraigas. Déjanos disfrutar del espectáculo de Sánchez e Iglesias acorralados por la gente que no se iba a quedar atrás. Con suerte ni necesitas moción de censura.