La titular del Juzgado de Instrucción nº 32 de Madrid, Rosa María Freire, ha archivado la causa abierta contra el abogado purgado de Podemos, José Manuel Calvente, por presunto acoso sexual, acoso laboral, hostigamiento, coacciones y lesiones.
La magistrada ha acordado el sobreseimiento provisional al no apreciar indicios de delito del exletrado de la formación de Pablo Iglesias. La querella por presunto acoso sexual fue presentada por su excompañera del Equipo Legal, Marta Flor. La Fiscalía de Madrid ya solicitó la semana pasada a la instructora el archivo de la causa. El auto de la juez puede ser recurrido en reforma, ante el propio órgano judicial.
La instructor toma su decisión tras "no haberse acreditado el delito de acoso sexual ante la falta de evidencia de favor sexual alguna, ni ninguna situación objetiva intimidante, hostil o vejatoria hacia la querellante por parte del querellado". "La relación de amistad y confianza entre querellante y querellado", añade, "fue consentida y compartida por ambas partes hasta febrero de 2019, tal como reflejan los mensajes aportados por la propia querellante, quien reconoce dicha amistad hasta el 22 de febrero, fecha en que manifiesta con claridad que solo quiere una relación profesional".
La juez sostiene que "los hechos denunciados tampoco son constitutivos de un delito de acoso laboral, ya que no hay relación de superioridad laboral. El querellado es un mero coordinador del equipo legal, con el fin de racionalizar y distribuir el trabajo entre los miembros del equipo, sujeto a la aprobación, visto bueno e instrucciones de la responsable del Equipo como bien reconoce la querellante, quien se refiere a ella como "mi jefa" , "mi responsable".
Además, "no se han acreditado actos hostiles ni humillantes, sino graves desavenencias personales que transcendieron al ámbito laboral del equipo legal de la formación política y que causaron una importante preocupación a la responsable del equipo. Además, "los hechos objeto de la querella no son constitutivos de un delito de hostigamiento. No se ha acreditado que se haya alterado gravemente el desarrollo de la vida cotidiana de la querellante.
"Tampoco son constitutivos de un delito de coacciones. No consta ninguna conducta violenta o intimidatoria del querellado para obligar, impedir o compeler a la querellante a realizar algo no querido por ella. No ha habido, o no se ha acreditado, ni violencia física ni intimidación verbal", apunta la juez.
"De alguna manera", continúa el auto, "este conflicto no fue resuelto adecuadamente y culminó con la desaparición del equipo existente a la sazón, por cuanto el querellado y otra letrada fueron despedidos, y se han interpuesto denuncias o querellas cruzadas en vía judicial, denuncias ante la Agencia española de Protección de datos etc., reflejo de discrepancias personales, profesionales, y quizás también de una lucha de poder interna, que transciende al propio conflicto entre las partes de este procedimiento. De los resultados de dicho enfrentamiento dan buena cuenta los medios de comunicación".
"Finalmente, no son constitutivos tampoco de un delito de lesiones del art. 147. 1 del CP. No se ha acreditado ningún tratamiento médico – plan de curación pautado por un médico – a la querellante, no integrando este concepto jurídico el tratamiento psicológico. Además, no existe relación de causalidad entre sus alegadas bajas médicas en octubre y diciembre de 2019 y una actuación del querellado, siendo más propias de la situación de conflicto extremo al que se había llegado dentro de la organización de Podemos, en relación al equipo legal", concluye el auto.
El "hostigamiento y acoso laboral" hacia Calvente
Tal y como desveló este diario, Calvente remitió una denuncia interna al secretario de Organización de Podemos, Alberto Rodríguez, en octubre de 2019, poco antes de ser despedido. En dicho escrito, Calvente ya alertaba sobre la relación de Flor con el fiscal Anticorrupción, Ignacio Stampa, y decía ser víctima de un "hostigamiento y acoso laboral" por parte de algunos dirigentes de la formación de Iglesias.
"La animadversión hacia mí de la Gerencia (Rocío Val) y de la Secretaría de Organización Estatal (Alberto Rodríguez), generada por las falsas acusaciones e instigaciones de la abogada del partido, Marta Flor, contra mí por un inexistente acoso laboral y que obedecen únicamente a su venganza por considerarme responsable de su salida del Equipo Legal y de perjudicarla en favor de la abogada doña Azahara Botella, cuando la realidad es que su salida del equipo se debió a la acumulación de causas objetivas graves y debidamente justificadas", sostenía.
Además, LD desveló que Podemos quiso crear el expediente por acoso sexual que justificaba el despido de Calvente, tres días después de su cese. El vicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró el pasado 6 de diciembre al ser preguntado por la destitución de Calvente que se trataba "de un caso de acoso sexual muy grave que ustedes conocen, y todo aquel que acuse a Podemos de algún delito, lo que tiene que hacer es ir a los tribunales y que los tribunales diriman".