Punto y final a la principal labor que realizaban los militares españoles en Irak. La misión de adiestramiento y formación del ejército y la policía iraquíes ha concluido en las últimas horas, siguiente los calendarios previstos, después de que el Gobierno de Bagdad trasladase a la coalición internacional que le ha ayudado a luchar contra Estado Islámico que el grueso de sus militares ya niveles óptimos de formación para mantener la seguridad del país.
Es por ello que la coalición internacional ha cedido este sábado a los iraquíes el control de la base Gran Capitán, parte del centro de formación de Besmayah, ubicado una treintena de kilómetros al sureste de la capital iraquí, donde se han adiestrado y dado cursos de refuerzo durante los últimos años a más de 50.000 militares locales, muchos de los cuales participaron en hitos contra Estado Islámico como la recuperación de la ciudad de Mosul.
El futuro será dispar para los militares españoles que todavía se dedicaban a estas tareas de adiestramiento, unos 155 efectivos. Una pequeña parte de ellos regresarán a España en próximas fechas, siguiendo la estela de los 150-200 que retornaron el pasado mes de abril, cuando las tareas de formación quedaron totalmente paralizadas a causa de la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus.
El grueso de esos militares permanecerá en el país apoyando al gobierno iraquí a través de las misiones Inherent Resolve (coalición contra Estado Islámico) y NMI (OTAN), aunque de momento no se va a facilitar el número exacto por cuestiones de seguridad. Fuentes militares han explicado que serán enviados a la base que la coalición internacional tiene en Taji, al noroeste de Bagdad.
En esa base coincidirán con los componentes de la Task Force Toro, compuesta ahora mismo por seis helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET). Exactamente, tres AS532 Cougar y tres CH-47 Chinook. La previsión que maneja ahora mismo el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) es que los tres Chinook regresen en noviembre a España para someterse a un intenso proceso de modernización.
Al igual que los efectivos de Toro, también mantendrán inalterada su misión los equipos de operaciones especiales españoles que se encuentran en la base de Al Taqqadum, cuya formación sigue siendo solicitada por las autoridades iraquíes.