Pablo Iglesias insiste en ver una conspiración en su contra ejecutada por las cloacas e incluso por las "élites" que, a su juicio, llevan tiempo trazando un "plan" que habría pasado después de las elecciones de abril de 2019 por un pacto de gobierno entre PSOE y Ciudadanos (aritméticamente posible en aquel momento) y por prácticamente cualquier cosa para evitar, primero, que Podemos llegase al Gobierno y, ahora, por sacarle del mismo.
"Hicieron lo que no está escrito para reventarnos y para evitar que pudiéramos estar en un gobierno en este país. Y ahora, van a hacer lo que no está escrito para tratar de sacarnos de ese gobierno" sentenciaba en tono dramático el vicepresidente segundo este lunes, en un mitin de Podemos en Bilbao.
Un plan al que entonces, explicaba, no se "plegó" Albert Rivera, quien habría preferido "intentar ser presidente del Gobierno, ser el partido alfa de la derecha antes de cumplir el plan que habían trazado las élites".
Ahondando en la reflexión, y citando veladamente al exportavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, Iglesias afirmaba que "fue muy curioso después del fracaso electoral de Ciudadanos, ver a algunos de sus dirigentes acordarse del Ibex-35 y acordarse de algunos banqueros y señalarles: "Nos quitasteis el apoyo. ¿Cómo puede ser que una fuerza política que tenía los apoyos mediáticos y empresariales que teníamos nosotros los dejáramos de tener? Ah, amigo, bienvenido a mirar de frente y a los ojos al poder" sentencia entre aplausos de los asistentes del mitin, en el que respaldaba a la candidata vasca Miren Gorrotxategi, acompañada también por el líder de IU, y ministro de Consumo, Alberto Garzón.
Iglesias señalaba ante sus seguidores que, sin embargo, esa operación no demostraría la "fortaleza" de esas élites sino, por el contrario, su "debilidad". Y es que, afirmaba, pese a ese "rostro feroz" nada podrán hacer ya que "hay cosas que están cambiando, aunque algunos se resistan".
Contesta Edmundo Bal: "No puedo evitar sonreírme"
Preguntado poco después en rueda de prensa por estas palabras, el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, que comparecía tras la Ejecutiva del partido naranja, afirmaba no poder "evitar" sonreírse ante lo que, con sarcasmo, definía como una "conjura", añadiendo que Iglesias "ve conjuras por todas partes, pero cuando él se encuentra inmerso en una conjura [en referencia al caso Dina] no sale a explicar qué es lo que verdaderamente ha pasado".
Bal defendía la figura del expresidente de Ciudadanos, subrayando que "ha sido un político honesto que asumió el fracaso electoral de este partido y presentó su dimisión. El señor Iglesias se compró una casa en Galapagar… ha ido cambiando de postura, ha ido cesando a todos los que le ha parecido. Que haga lo que le dé la gana, nos nos va a dar lecciones de transparencia, ni de honestidad" concluía.
Bal no entraba a valorar si Rivera se enfrentó a cientos poderes, como el propio expresidente de Ciudadanos (que publicará en septiembre un libro sobre su experiencia en política) ha insinuado varias veces y como ha manifestado Girauta en repetidas ocasiones en las redes sociales, apelando incluso a la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, como parte de esa operación.