Algo huele a podrido en Podemos. En las últimas semanas, el llamado caso Dina sobre el supuesto robo del teléfono móvil de la exasesora de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo, Dina Bousselham, ha estallado en la cara del vicepresidente del Gobierno.
Las informaciones desveladas por esta casa, Libertad Digital y esRadio, junto a otros medios de comunicación como El Confidencial o El Mundo, han destapado el tarro de las esencias cloaquiles de la formación morada. Entre ellas, la posible connivencia entre Podemos y algunos fiscales Anticorrupción, las mentiras de Pablo Iglesias en sede judicial, las mil y una versiones de Dina Bousselham o la 'purga' comunista al que fuera letrado del partido, José Manuel Calvente, tras denunciar irregularidades internas de todo tipo.
Durante su declaración ante el magistrado de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, el líder podemita proyectó el año pasado una trama peliculera de conspiraciones de las cloacas policiales encabezadas por el comisario Villarejo y las cloacas mediáticas de Okdiario. Fíjate por donde, las cloacas no estaban ahí, sino en su propio partido.
Este viernes, Iglesias era entrevistado en Radio Nacional y aseguraba que no se planteaba el ser imputado en el caso Dina por revelación de secretos o daños informáticos. Sin embargo, lo más escandaloso e hiriente fue otro comentario, lo más machista que se ha oído de un responsable político en mucho tiempo... No entregó la tarjeta de memoria del móvil que consiguió de manos del editor del Grupo Zeta, Antonio Asensio, a su dueña y amiga, Dina Bousselham, porque "una mujer de veintipocos años" no estaba capacitada para hacer frente a esa situación con "tanta presión". Como han oído, sin despeinarse la coleta.
Todo ello, con el silencio cómplice de su pareja y miren por donde, ministra de Igualdad, Irene Montero. Ahora se entienden todos sus ataques a los hombres por no preparar la comida, cuidar de los niños, etc... Es lo que Montero debe estar padeciendo con el macho alfa tras los muros de su Marquesado de Galapagar.
¿Dónde están las feministas? ¿Dónde esta la quinta coronavírica que encabezaba la marcha del 8-M en Madrid? ¿Éste es vuestro líder? ¿Un hombre que tiene que decidir por una mujer indefensa? Es un machismo repugnante y vergonzoso y si las que decís ser feministas de verdad, calláis ahora, tendréis que callar para siempre. La condena del machismo no puede ser selectiva.
Y es que el aroma machista de Iglesias rodea en general esta película ya famosa de escándalo judicial llamado "Todas las mujeres del vicepresidente". Iglesias se ha convertido en una suerte de Rey Midas de la política. Todo lo que toca, o mejor dicho besa, o ambas, se convierte en cargo público. ¿Hay algo más machista que eso? Que pena de feminismo podemita.
Vamos a contar mentiras tralará...
Durante la entrevista, Iglesias ha hecho afirmaciones que simple y llanamente no son verdad. Una de estas mentiras es especialmente grave. Ha afirmado que en los dispositivos incautados a Villarejo "no se encontraron capturas" del chat de Podemos, sino el contenido íntegro del móvil. LD precisamente publicaba hace pocos días un informe de la Policía Científica en el que los agentes acreditaban que en el pendrive y el disco duro de Villarejo se habían localizado 4 fotografías exactas que eran pantallazos del chat de Podemos realizados por la propia Dina.
Fuentes conocedoras de este caso aseguran que Iglesias miente de nuevo cuando dice que creía que la copia que le dio Asensio era la única que había: "Sabía que la tarjeta se la habían intentado vender a varios medios, incluso a él mismo, así que sabía que había más copias de la tarjeta". Estas mismas fuentes creen que Iglesias se la quedó con el único objetivo de "ocultarla y que Dina no supiera nunca de su existencia".
Iglesias declaró ante el magistrado García Castellón que cuando recibió la tarjeta de Dina pensaba que se trataba del robo de un profesional. ¿Por qué no fue a denunciarlo o se la devolvió a Dina para que denunciara ella?
Y seguimos con más mentiras. El vicepresidente del Gobierno afirmaba que Dina nunca dijo que la tarjeta tuviera "el más mínimo deterioro". Sin embargo, en la declaración de Bousselham del 18 de mayo, reconoció al juez que cuando el vicepresidente del Gobierno le entregó la tarjeta, "no funcionaba".
El líder de Podemos faltaba nuevamente a la verdad cuando el entrevistador le preguntaba si le había entregado la tarjeta a Dina en perfecto estado y contestaba "por supuesto que sí". Los últimos autos judiciales del juez instructor apuntan lo contrario. Iglesias le entregó la tarjeta inservible, parcialmente quemada y de hecho, se investiga si se destruyó con un microondas.
Además, el vicepresidente del Gobierno muy enfadado y nervioso rechazaba también en Radio Nacional la hipótesis planteada en sede judicial por el comisario Villarejo de que fue la propia Dina la que filtró los mensajes del chat de Podemos "porque le había prometido casarse con ella y estaba despechada y quería demostrar que es un machista".
Para finalizar, negaba que su partido hubiera recibido filtraciones o información secreta sobre la causa en su beneficio. Todo ello, a pesar de las numerosas informaciones en prensa que atestiguan la más que cuestionable estrecha relación entre la abogada Marta Flor y el fiscal Anticorrupción, Ignacio Stampa. Una relación que habría derivado presuntamente en intercambio de información secreta. Por ello, la Fiscalía ha abierto una nueva investigación a Stampa.
Sin duda no deja de ser increíble que el vicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, en esta causa haya mentido más que el denostado comisario Villarejo. ¿O no es de extrañar en realidad? ¿Por qué lo llaman cloacas cuando quieren decir Podemos?