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Sánchez minimiza el caso Dina y respalda a Iglesias en una coalición "soldada, más fuerte que nunca"

El presidente reduce las acusaciones a una estrategia de "acoso y derribo del PP" y reconoce "el trabajo más que razonable" de todo el Ejecutivo.

El presidente reduce las acusaciones a una estrategia de "acoso y derribo del PP" y reconoce "el trabajo más que razonable" de todo el Ejecutivo.
Imagen de la entrevista. | LaSexta

Es la primera vez que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se pronuncia sobre el caso Dina y las implicaciones que tiene en su vicepresidente, Pablo Iglesias. Un escándalo que ha minimizado este jueves el jefe del Ejecutivo que ha evitado valorar estas acusaciones por tratarse de "asuntos judiciales" sobre los que no se pronuncia.

En una entrevista a La Sexta, el presidente Sánchez rechazó valorar la instrucción como también eludió reconocer si ha hablado al respecto de este asunto con el vicepresidente segundo del Gobierno. "Yo sobre las cuestiones judiciales no me pronuncio, no lo he hecho ni en este caso ni en ningún otro" y negó entrar en "conversaciones privadas".

Sin embargo, sí quiso hacer una reflexión a modo de respaldo público de Pablo Iglesias. "Sí que le diré que en estos meses tan duros, en una estrategia de acoso y derribo por parte de la derecha, creo que esta coalición ha salido soldada, que está más fuerte que nunca y yo quiero reconocer el trabajo de todos y cada uno de sus miembros porque creo que, en estos meses tan duros, la respuesta que se ha dado ha sido más que razonable".

Un respaldo que acompañó además del desprecio a todas las informaciones periodísticas al respecto de las filtraciones de los fiscales del caso a los abogados de Podemos que suponen un evidente trato de favor de la Fiscalía. Preguntado por la cuestión, Sánchez se mofó: "La oposición ve conspiraciones en todos lados. Este es un Gobierno que, a diferencia de otros, sí respeta la independencia del poder judicial".

Es la primera vez que el presidente se pronuncia públicamente sobre este escándalo de Unidas Podemos si bien Pedro Sánchez ya se pronunció en este sentido esta semana en conversación informal con periodistas en el avión rumbo a Mauritania a la cumbre del Sahel. El presidente minimizó las acusaciones contra el líder de la formación morada y dejó claro que no tiene intención de dejar caer a Pablo Iglesias porque no cree que el ‘caso DIna’ acabe con la imputación del vicepresidente segundo del Ejecutivo.

Sánchez culpa de todas las investigaciones —ya sean judiciales o periodísticas— al PP por sus ataques "para derrocar al Gobierno". Una estrategia fallida según Sánchez porque los "feroces ataques" están sirviendo de argamasa de la coalición de gobierno que, también repitió, "se ha soldado y consolidado".

Es la misma estrategia que siguió Pedro Sánchez en la anterior legislatura con la entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado, cuando la hoy fiscal general del Estado se vio salpicada por las filtraciones de Villarejo. El presidente hace hoy con Iglesias lo mismo que con Delgado: sostenerlo pese al desgaste confiando en que la tormenta escampe porque su caída podría hacer tambalear al Ejecutivo en su conjunto. Dos figuras, por cierto, hoy relacionadas por las supuestas relaciones y filtraciones entre Podemos, su líder y los fiscales del caso.

En resumen, cierre de filas artificial que se ha convertido en el nuevo argumentario monclovita con el objetivo de grabar a fuego la idea que "la legislatura durará cuatro años" caiga quien caiga. O mejor dicho, la resistencia en Moncloa hasta 2023 a expensas de que Podemos no caiga.

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