El Mundo
"Podemos supo en 2016 que el caso Dina no era un montaje policial". Veremos cómo acaba este folletín —lo de folletín no va con segundas, no sean mal pensados— de Pablito. También lleva una entrevista a la presidenta de Médicos de Sanidad Exterior, que dice que "el control visual en los aeropuertos no sirve para nada". ¿No me digas? Eso es que tienen mal la vista. Si se ve a la legua quién es un portacoronavirus y quién no.
Rosell le tiene mucha tirria a Sánchez. No es el único. Hace un recorrido por este ejecutivo nacido de la "suma de radicalismos aglutinados por el rechazo a la derecha", la mitad de los españoles. Pese a todo, "la oposición sigue pactando por el bien de los españoles mientras Sánchez insiste en despreciarla y exigirles sometimiento en las sesiones de control. ¿Qué más tiene que suceder para que este presidente asuma la cruda realidad? ¿No ve la tormenta que se nos viene encima y la imposibilidad de capearla con socios tan precarios e indeseables?". "Sánchez debe soltar lastre populista, enterrar la perversa memoria del no es no que él instaló entre nosotros, y abrirse a pactos leales en España con los otros dos partidos que gobiernan Europa". ¿Sánchez lealtad? No pidas peras al olmo, Rosell, con que lo haga por su propia supervivencia nos basta.
Federico Jiménez Losantos nos regaña porque nadie habla de la ley contra la violencia de género. "Me sorprende, por no decir que me escandaliza, el silencio mediático sobre el debate en el Congreso de la prórroga de la ley contra la violencia de género". Puf, Federico, con la que se nos viene encima se nos ha pasado por alto.
El País
Triste portada sin un nuevo capítulo de la serie Ayuso, la asesina de ancianos de Madrid. No está inspirado hoy Peinado, y al parecer no ha funcionado la llamada de socorro para que la peña le aporte algún relato sórdido. A falta de pan, buenas son tortas y el inefable Jorge M. Reverte le toma el relevo y compara lo sucedido en las residencias de Madrid con la II Guerra Mundial, la División Azul y la Semana Trágica de Barcelona. Pero solo en Madrid, eh, ojo, no vayamos a pensar que habla de la pandemia mundial del coronavirus. Está muy cabreado porque no haya un "motín popular contra Torra y Ayuso" —mete a Torra para disimular—. "Hay mucha gente paciente en España. No ha habido disturbios callejeros en las grandes capitales españolas. Y todavía no hay nadie que sea amenazado con cárcel". Bueno, El País ya lo intentó con la presidenta madrileña. Pero no desesperes, Reverte, hay un montón de querellas y denuncias en los tribunales. Sobre todo contra Illa y Simón, todavía puede que alguien con mando único pise cárcel.
"El PP da tregua al ejecutivo al apoyar el decreto de nueva normalidad". Otra tregua, querrán decir. ¿O no nos acordamos del ingreso mínimo vital y los estados de alarma? Ni eso le libra al PP de las coces de El País. "El sí del PP resulta tanto más importante cuanto contrasta con sus negativas a algunas de la últimas prórrogas al estado de alarma y, con el tono innecesariamente áspero de alguno de sus portavoces". Con lo dulce y moderada que es Lastra. "Que haya sido fraguado por la exministra Ana Pastor, perteneciente al sector moderado del partido, alejado del núcleo duro directivo subraya la relevancia de este giro". Vamos, que Casado no ha tenido nada que ver con esa decisión.
"Este giro le consagra como corresponsable de la política sanitaria que ahora se acuerde: su voto equivale a un compromiso en la gobernanza, y se entendería mal que este habitase con la estrategia de crispación tristemente resumida en la imputación de muertos al rival político". Y esto lo dice el periódico que le quiere endosar al PP de Madrid los muertos en las residencias en una campaña que roza lo delictivo. Tienen una cara de cemento armado.
ABC
"La nueva normalidad es pactar". El editorial se felicita de que los arrinconados sean ahora los "odiadores de España". "Son tóxicos para la democracia, trafican con sus escaños para verse privilegiados y han convertido al PSOE en un partido al margen de los consensos constitucionales". Bueno, bueno, eso lo ha hecho Sánchez solito, no echemos la culpa ahora a las malas compañías. "Sánchez nunca quiso negociar porque su objetivo era aislar a la derecha. Si ahora se aviene a razones con el PP o la CEOE, bienvenido sea. No es un cambio de estrategia, sino una acuciante necesidad del PSOE porque Sánchez está bajo la lupa de la UE, y porque un eventual rescate económico nunca podrá basarse en las caducas recetas que impone Iglesias".
Están en ABC tan contentos porque ven domado a Iglesias. "El PP se lo está poniendo muy caro a Sánchez", dice el bueno de Carrascal. "Que rompa con Iglesias y empiece a gobernar con el programa de Rajoy, como ya hace con sus presupuestos. Suena fuerte, pero asumible para un hombre como él, sin principios, solo intereses personales, siempre que le permitan seguir gobernando. El problema es Iglesias. Lo tomaría a mal, desde luego, pero ¿hasta el punto de salir del Gobierno y convertirse en la única oposición de izquierda? No lo creo". ¿El PP ha obligado a Sánchez a romper con Iglesias? He debido perderme algo, que yo sepa sigue siendo vicepresidente del Gobierno, pero voy a consultar.
Manuel Marín ve a Iglesias "normalizado y hocicando". "Podemos ha empezado a acumular derrotas tan simbólicas como dañinas. La nueva normalidad va a poner a prueba la tragaderas de Iglesias. Iglesias asiente y calla con el refuerzo del bipartismo. Es el precio de seguir portando carteras ministeriales". Le sale barato, oye, una vicepresidenta, la parienta ministra, ni en sus mejores sueños hace cinco años.
La Razón
"La crisis económica achica el margen de oposición del PP". "La presión interna y externa obligan a los de Casado a votar con el Gobierno". El editorial celebra el acuerdo porque "en esta crisis, con la gravedad de la situación y el oscurantismo comunicativo del ejecutivo, se ha llegado a niveles de enfrentamiento que no era lo que el país está esperando de sus políticos en estos momentos". Y da gracias a que gobiernan los socialistas, si llega a estar el PP habrían ardido las calles.
Sandra Golpe respira aliviada "al comprobar que nuestros políticos han tomado nota del clamor popular para que se entiendan y nos lo muestren con hechos". Y Abel Hernández cuenta lo que se cuece en los famosos cenáculos de Madrid. "Se busca la fórmula para sacar de la política nacional de las manos de Lastra, Rufián y Echenique, un trío que produciría risa en cualquier otra circunstancia, y que ahora produce miedo ante lo que se avecina".
"En los cenáculos se trabaja a calzón quitado, hasta donde he podido entrever por la confesión de algunos participantes destacados, en favor de un gran pacto de las fuerzas constitucionalistas. Ese es el objetivo y se da por seguro. Se discute la estrategia. La operación responde a lo que piden bajo cuerda las autoridades europeas y al sentido común". Estaremos atentos.
¿Y qué pasa con la zurda? Pues dice Ainhoa Martínez que "los otrora socios de Sánchez ven en sus escarceos con Ciudadanos una falta de lealtad al espíritu de la investidura. Sánchez está descuidando el flanco izquierdo". Pamplinas. Como dice Marhuenda, Sánchez "es el más listo del hemiciclo". Sabe que ERC, Bildu o Baldoví pueden patalear mucho, pero nunca dejarían de apoyarle ante la alternativa del PP. Y menos Podemos, que una vez llegados al cielo de la Moncloa han comprobado lo bien que se vive sin dar golpe a costa del lomo de La Gente.