Cuando se cae el telón, el Gobierno habla con franqueza (o casi). "No hay expectativas con el PP", ni ganas de que las haya. Es lo que explica que la formación de Pablo Casado concentre el grueso de su discurso, y de sus ataques, evidenciando que el Ejecutivo no tiene ninguna intención de cambiar de socios. El "núcleo duro", entendido como la coalición de gobierno PSOE/Podemos se mantendrá pese a las dos voces con las que hablan y el silencio en que se sumirán cuando asuman los sacrificios que les exigirá Bruselas y que dan por descontado en el Palacio de la Moncloa.
Pero tampoco se tocarán los complementos de esa alianza Frankenstein cuya médula espinal la integran el PNV y ERC. Con estas dos formaciones el Ejecutivo pretende un doble intercambio de cromos en sus respectivos territorios tras la doble convocatoria electoral que se atisba en el horizonte político, empezando por las elecciones vascas del 12 de julio, tras las que el PSOE aspira a reeditar su acuerdo con el PNV para el gobierno vasco a cambio de facilitar la gobernabilidad nacional en el Congreso; y, en el otoño, hacer lo propio en Cataluña facilitando una presidencia de ERC por parte del PSC cuya moneda de cambio sería la ansiada estabilidad para el Gobierno de Pedro Sánchez con una alianza estable con ERC alejada de las constantes amenazas y vaivenes de la formación independentista.
La dificultad la entrañan, como siempre, los tiempos, pero sobre todo el hecho de que quien los maneja en Cataluña, el presidente Quim Torra, es el competidor natural de ERC y ha jugado permanentemente con la amenaza de convocar a las urnas con el objetivo de torpedear la negociación de ERC con el Gobierno. Pese a todo, el Ejecutivo explica en privado que mantiene "esperanzas" en mantener intacta su alianza y que ERC "acabará votando a favor de los Presupuestos", si bien existe debate en la cúpula socialista y gubernamental por la idoneidad de seguir caminando junto a un "socio infiel" como ERC que no sólo vota en contra del estado de alarma sino también del decreto de ‘nueva normalidad’ que se debate el jueves en el Congreso y que devuelve el mando único sanitario a las comunidades autónomas.
Por eso el Gobierno seguirá utilizando a Ciudadanos de comodín, por si fuera necesario un viraje precipitado en un momento dado. Pedro Sánchez e Inés Arrimadas abonaron el campo del acuerdo en su negociación durante el estado de alarma en aras de facilitar un volantazo en caso de extrema necesidad, pero ésta es sólo la "segunda opción". Pese a que el Gobierno aparenta oficialmente la pretensión de sumar a ERC y Ciudadanos al mismo pacto presupuestario, las fuentes de Moncloa consultadas por LD admiten que "ambos son incompatibles", como les han hecho llegar claramente los republicanos.
La estrategia, por tanto, del Ejecutivo seguirá siendo la de tocar todos los palos y esperar a que suene la flauta. Y, hasta el momento oportuno, seguir cumpliendo sus compromisos con ERC, empezando por la mesa de diálogo en Cataluña que no se celebrará hasta la segunda quincena de julio, según las fuentes consultadas por LD. La exigencia de los separatistas era que se celebrara en junio o, en su defecto, en la primera quincena de julio pero la campaña electoral de las gallegas y vascas que comienza este mismo jueves imposibilita ese encuentro ante el riesgo de empeorar las perspectivas del PSE y el PSdGa.
Una cita en julio que se suma a otra no menor que condicionará también el escenario presupuestario: el Consejo Europeo del 9 de julio en el que el Gobierno tiene puestas sus esperanzas de cara a obtener los fondos de reconstrucción por la covid-19. España aspira a obtener hasta 140.000 millones de euros. Del éxito o fracaso del reparto de las ayudas comunitarias dependerán las estimaciones de ingresos y gastos del Gobierno en su cuadro macroeconómico de los PGE. Una senda de estabilidad y techo de gasto que se aprobó para los años 2020 y 2021 pero en Hacienda admiten que se va a "reformular en su totalidad" porque ha decaído por la pandemia y no descartan que pudiera presentarse incluso a finales de julio.
La titular, María Jesús Montero, trabaja sobre "diferentes escenarios" a la espera de concreciones. Si Bruselas y ERC avanzan en la misma dirección, o en la contraria, el Gobierno tendrá que mover ficha y elegir un camino. De momento, todo está abierto.