Nunca ha sido la templanza el fuerte de Pedro Sánchez y su especialidad son los debates broncos en los que provoca a los grupos parlamentarios de la oposición haciendo lo contrario de lo que les exige.
Así las cosas, el presidente del Gobierno exigió hoy, en el pleno en el Congreso de los Diputados en el que solicita la sexta prórroga del estado de alarma, repudiar el odio y la provocación en política al tiempo que, en un claro desafío y aludiendo a la manifestación feminista que motivó el informe de la Guardia Civil y el posterior cese fulminante del coronel Pérez de los Cobos por negarse a filtrarle la investigación judicial al Gobierno, afirmaba: "¡Viva el 8 de marzo!".
Una alusión que hizo Sánchez tras repudiar "el odio que corroe nuestras sociedades" y pedirles a los grupos "altura parlamentaria". "Digamos no al odio, a la violencia física y verbal, no al a provocación... nuestros padres no se sacrificaron para esto... Demostremos que servimos para algo más que la provocación y el insulto. Siempre se puede hacer mejor, hagámoslo mejor".
En consecuencia, el presidente prometió: "No utilizaré mi turno de réplica para responder a provocaciones, insultos ni acusaciones de mala fe, ni deslegitimaré a mis adversarios, porque necesitamos concordia y una nueva actitud política, la del entendimiento". Una buena fe que acompañó de un alegato en defensa de la "unidad y la concordia" que reniega de la "mezquindad en la política" y que busca "el país que necesitamos".
"El país que necesitamos es el país del Ingreso Mínimo Vital, es aquel que impulse nuestro crecimiento económico, la transición ecológica, el de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres... y yo lo digo alto y claro: ¡Viva el 8 de marzo!".
Una provocación, un desafío por parte de un Gobierno que está siendo investigado por permitir la manifestación del 8-M por motivos políticos cuando ya había indicios de la magnitud del problema de salud pública que suponía la pandemia del coronavirus. Unas afirmaciones sobre la manifestación feminista del 8-M a las que se refirió la portavoz socialista, Adriana Lastra, en su intervención. "Las mujeres no serán las perdedoras de esta crisis. Hay un Gobierno feminista para evitarlo". Lastra también pidió en su turno "parar la cadena del odio" de las derechas PP y Vox, lo cual sirvió de percha al presidente del Gobierno en su turno de réplica.
"Les expresé en mi primera intervención algo que voy a cumplir en esta réplica y es que no respondiera con provocaciones ni insultos ni acusaciones gruesas. Esta cámara tiene que romper la cadena del odio no respondiendo a la provocación. No será mi caso". Dicho y hecho. El presidente comenzó sin dilación atizando a PP y Vox por el 8-M, "la nueva conspiración para la derecha y la ultraderecha", a quien se refirió como a uno sólo. "Señor Casado, señor Abascal, en fin... tanto monta, monta tanto". El presidente comenzó denunciando "la obsesión" de ambos con el feminismo.
Marlaska desmonta la "policía patriótica"
Pero la parte mollar de su intervención fue al entrar en la acusación del PP sobre la "purga en la Guardia Civil". Haciendo gala de que no hay mejor defensa que un buen ataque, el presidente Sánchez arremetió contra el PP por la "policía patriótica" del PP en tiempos del exministro, Jorge Fernández Díaz. Una "policía patriótica" que, según el presidente del Gobierno, está "desmontando" Marlaska y que detrás de la cual estaría el coronel Pérez de los Cobos.
"El ministro del Interior, que está destapando esta mal llamada policía patriótica, y que está colaborando con la Justicia, y por eso ustedes le atacan. Si a ustedes les parece mal que los ministros del Interior formen sus equipos de acuerdo con criterios de confianza, hombre, se lo podría haber dicho al exministro Jorge Fernández Díaz que removió los mandos que estimó, como otros, pero que usted calló cuando era portavoz del PP".