El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, sigue aferrado al sillón. No piensa dimitir después de haber provocado el mayor incendio en el seno de la Guardia Civil desde que se conociera que el exdirector Luis Roldán había aprovechado sus años al mando del cuerpo para saquear las arcas de la institución y enriquecerse personalmente con ese dinero. Su intención es seguir en el Ministerio mientras Pedro Sánchez siga confiando en él.
Una nueva demostración de ello ha tenido lugar este miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. El juez metido a político se ha negado a dimitir pese a las peticiones insistentes de PP, Vox y Ciudadanos. Ha negado que lleve más de una semana mintiendo sobre el cese fulminante del jefe de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, el coronel Diego Pérez de los Cobos.
Además, se ha aferrado a la nueva versión de los hechos que ha propagado su departamento después de que se conociese la nota interna de la Guardia Civil, firmada por la directora, María Gámez, en la que se decía claramente que Pérez de los Cobos había cesado por "no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento".
Esa nueva teoría consiste en que desde la Guardia Civil e Interior se ha cesado a Pérez de los Cobos porque no habría hecho nada para impedir que el informe judicial sobre el 8-M se filtrase a los medios de comunicación nada más ser entregado a la juez que lo solicitó. Una versión de la que el ministro nunca había hablado ni mantenido hasta que no se encontró contra las cuerdas al filtrarse la citada nota interna.
"Se pidió información de por qué se produjeron filtraciones y por qué no se había informado a la cadena de mando de tal circunstancia. Se estaba investigando qué circunstancia se dieron para que se diera esa filtración", ha mantenido Marlaska sobre las tres llamadas que recibió Pérez de los Cobos de dos generales de la Guardia Civil y de la directora general antes de ser destituido por orden suya.
La oposición se ha vuelto a volcar en pedir su dimisión, defendiendo en que ha cesado a "un hombre de honor", en alusión al coronel Pérez de los Cobos, por "haber cumplido con su trabajo" y haberse "negado a cometer un delito", como hubiera sido facilitar a sus mandos y al Ministerio del Interior el contenido de un informe judicial sobre el 8-M que solo podía conocer la juez de instrucción que lo había solicitado.
La popular Ana Belén Vázquez ha asegurado que el ministro "ha perdido su dignidad", "la confianza de los españoles" y que "provoca injerencias en la justicia para salvar al Gobierno". "Cuando miente un ciudadano, recibe la reprobación de la sociedad. Cuando se hace en un juzgado, es un delito. Cuando lo hace un ministro, dimite", ha dicho. "Le pido que no tenga la desvergüenza de llegar al sillón de la justicia todavía como ministro. Dimita", ha añadido.
El diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro, ha acusado al ministro de mentir una vez más durante la sesión del hoy al negar que el vicepresidente Pablo Iglesias dijese que el coronel fue cesado por desobedecer una orden directa. "Una mentira más, una de sus muchas mentiras", ha dicho, tras lo que ha invitado a Marlaska a dimitir: "Váyase señor Marlaska, mucho más después de la mentira de hoy. Si le queda dignidad y vergüenza. Eso sí, deje la puerta abierta que pronto le seguirán Sánchez e Iglesias".
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, ha acusado al ministro de ser "un mentiroso" por mantener durante más de una semana que el cese de Pérez de los Cobos no estaba relacionado con la investigación del 8-M. "Mintió porque el documento dice que le cesa porque no informó de una investigación judicial", ha recordado, tras lo que le pidió que dimitiese como ministro del Interior.