Cambio de registro del presidente de la Generalidad, Quim Torra, quien ha apelado a la unidad institucional y a la colaboración entre todas las administraciones para evitar que Nissan cierre sus plantas en Barcelona o, en su defecto, paliar los catastróficos efectos industriales y laborales de la marcha de la compañía automovilística.
Tras meses de hacer caso omiso de los avisos de la empresa, de los indicios y señales sobre el negro futuro de las plantas de la compañía en Barcelona, el gobierno catalán ha despertado de golpe con el anuncio irrevocable del cierre. Los consejeros de ERC y los de JxCat han aparcado sus diferencias y han tratado de dar una imagen de unidad que Torra, a la desesperada, ha hecho extensiva al Gobierno de España.
Los dirigentes separatistas que no han dudado en afirmar durante la epidemia del coronavirus que en Cataluña no se habrían registrado tantos fallecimientos de ser un país independiente quieren ahora trabajar codo con codo con el Gobierno de la nación para resolver la papeleta de la marcha de Nissan, una "fuga" que afecta a tres mil trabajadores de forma directa y a más de veinte mil de manera indirecta. Así, Torra se ha guardado en el bolsillo el lema "España nos mata" para mostrarse como un dirigente político conciliador y consciente del grave daño que supone para la economía de la región la salida de la compañía automovilística.
Torra ha comparecido ante la prensa junto al vicepresidente de la Generalidad, Pere Aragones, de ERC, el consejero de Trabajo, Chakir El Homrani, de ERC, y la consejera de Empresa y Conocimiento, la posconvergente Àngels Chacón. A diferencia de Torra, el vicepresidente y los consejeros han pronunciado discursos muy críticos con la empresa y han amenazado con exigir un peaje económico alto para permitir la deslocalización.
También han anunciado la creación de una "oficina técnica" con las consejerías implicadas y los sindicatos para llevar a cabo un seguimiento de la situación. Nissan posee en la provincia de Barcelona tres plantas, una en la Zona Franca y las otras dos en Moncada y Reixach y San Andrés de la Barca. En la actualidad trabajaban para la compañía unas 3.000 personas. Las empresas proveedoras ocupaban a otras veinte mil.