Serán diez días de luto oficial por "todas las víctimas provocadas por la violencia, el terror, las catástrofes o la enfermedad". Es decir, que a las muertes por coronavirus —cuyo número real todavía es desconocido— se suman los muertos por violencia, terror o las catástrofes, además de los que han muerto por cualquier otra dolencia. Se ha olvidado el Ejecutivo de los fallecidos en accidentes de tráfico o cualquier otro accidente. En fin… estos muertos tendrán que esperar a otro Real Decreto para que sus familiares se sientan honrados por las banderas a media asta.
Pero no queda ahí la cosa. En el Real Decreto del Gobierno, no sólo homenajea a "los compatriotas que han sacrificado sus vidas" en la pandemia, o "a las generaciones mayores que, después de trabajar durante años difíciles por nuestro progreso, se han visto especialmente afectados por la pandemia", sino que considera "proporcionado" expresar en esta declaración de luto oficial, "el convencimiento de que la valoración de los cuidados en las decisiones públicas es la apuesta más fecunda para el futuro".
No sabemos exactamente a qué se refiere el Ejecutivo con eso de la "valoración de los cuidados en las decisiones públicas". Quizá, al escribir esas líneas, el legislador no pensaba en la incapacidad del Ejecutivo en dotar de mascarillas y equipos de protección a los sanitarios en España para luchar contra la pandemia, o si la "valoración de los cuidados en las decisiones públicas" era precisamente el llamamiento a manifestaciones el 8 de marzo cuando desde, al menos, el 10 de febrero sabían el riesgo que se corría con eventos de semejante aglomeración pública. O si la "valoración de los cuidados en las decisiones públicas" está basada en proporcionar morfina y sedantes a las residencias de ancianos cuando éstas pedían equipos para tratar a los mayores afectados por coronavirus.
Quizá por "valoración de los cuidados en las decisiones públicas" se refiera a no permitir a los familiares de los fallecidos acompañar a sus seres queridos en los últimos días de su vida, o a la confiscación de material sanitario en los aeropuertos que impidió durante días a centros hospitalarios disponer de las mascarillas necesarias, o a las empresas de los test necesarios para garantizar el trabajo de los sanitarios y cuidadores.
Puede ser también que ese proporcionado convencimiento de que "la valoración de los cuidados en las decisiones públicas es la apuesta más fecunda para el futuro", se incluye en el real decreto de luto oficial por los más de 41.000 profesionales sanitarios infectados por Coronavirus en nuestro país, según las últimas cifras ofrecidas por Diario Médico.
Esa valoración de los cuidados, tampoco sabemos si se refiere a los cuatro millones de españoles afectados por ERTE o directamente por el desempleo, que según las últimas estimaciones se encuentra ya en el 35% de la población activa, a los autónomos que han pedido la prestación por cierre de actividad, o aquellos que tendrán que devolverla, tal y como ha denunciado ATA.
Sea como fuere, el Gobierno ha aprobado en Real Decreto esta declaración de luto oficial este pasado martes para su entrada en vigor este miércoles, cuando han pasado 74 días desde que se declaró el estado de alarma, y cuando el número de muertos oficiales por coronavirus —poco tiene que ver con el número real de fallecidos— roza los 30.000.
Así está redactado el Real Decreto:
Porque es bueno que la sociedad que trabaja junta por el bien común pueda manifestar también junta su dolor,
porque es digno consolidar los vínculos sociales con un duelo colectivo y unitario en recuerdo de todas las víctimas provocadas por la violencia, el terror, las catástrofes o la enfermedad,
porque es justo homenajear a los compatriotas que han sacrificado sus vidas en el cumplimiento del deber ante una amenaza insólita contra la salud y el bienestar de la Nación,
porque es necesario expresar el respeto a las generaciones mayores que, después de trabajar durante años difíciles por nuestro progreso, se han visto especialmente afectadas por la pandemia,
y porque es proporcionado expresar el convencimiento de que la valoración de los cuidados en las decisiones públicas es la apuesta más fecunda por el futuro,
en memoria de las víctimas por el COVID-19 y en señal de duelo, a propuesta del Presidente del Gobierno, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 26 de mayo de 2020,
DISPONGO:
Artículo único.
Se declara luto oficial desde las 00:00 horas del día 27 de mayo de 2020 hasta las 00:00 horas del día 6 de junio de 2020. Durante este periodo la bandera nacional ondeará a media asta en el exterior, y con un crespón en la moharra del mástil en el interior, en todos los edificios públicos y buques de la Armada.
Disposición final única.
El presente real decreto entrará en vigor el mismo día de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Dado en Madrid, el 26 de mayo de 2020.
FELIPE R.
El Presidente del Gobierno, PEDRO SÁNCHEZ PÉREZ-CASTEJÓN