Edmundo Bal (Huelva, 1967) recuerda los momentos "muy duros" que vivió en marzo cuando, ante síntomas claros de covid-19, se recluyó en cuarentena en su domicilio, desde donde ahora atiende por videollamada a Libertad Digital. "Me levanté un día, justo antes de declararse el estado de alarma, con todos los síntomas propios del coronavirus y la verdad es que los primeros días tuve una sensación de ahogo, fiebre, muchísimo cansancio… pero luego me recuperé más o menos rápido", relata especificando los síntomas que le trasladó al teléfono de atención ciudadana, pues no recurrió a test de laboratorios privados.
"La verdad es que daba el cuadro completo de síntomas, yo creo que me debieron registrar como contagiado. Nada más, luego pasaron los síntomas, me empecé encontrar mejor y no llegué a hacerme las pruebas", explica al tiempo que relata dos meses de "mucho trabajo" con reuniones telemáticas tanto del grupo parlamentario como de la nueva Ejecutiva de Inés Arrimadas, a la que acaba de incorporarse, ejerciendo incluso como portavoz de la misma.
El año pasado por estas fechas usted juraba la Constitución como diputado de Ciudadanos por primera vez. Todo ha cambiado mucho, llegaba como fichaje de Albert Rivera para la lista de Madrid, en el número cuatro, y precisamente sigue de diputado gracias a la dimisión de Rivera en noviembre, pues el partido sólo había sacado tres diputados por la capital. Ahora, y por la circunstancia de la baja por maternidad de Arrimadas, está debatiendo en el Congreso con Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno que le defenestró al frente de la Abogacía del Estado. ¿Quién se lo iba a decir?
Es una situación inimaginable para mí hace un año. Si alguien me lo hubiera dicho cuando entré en política, hace un año y pico, la verdad es que me hubiera reído. En política las cosas cambian muy rápido, hay que estar muy atento a la actualidad. Al final uno tiene que asumir sus responsabilidades, es lo que he hecho toda mi vida de abogado del Estado, y de diputado [es el portavoz adjunto de su grupo] exactamente lo mismo. Cuando uno es servidor público y se ha pasado toda la vida peleando por los intereses generales, al final supone hacer lo mismo desde otro lugar.
Un lugar además muy especial, muy emocionante, muy enriquecedor. Lo que dije en la tribuna del Congreso el miércoles pasado, yo me sigo emocionando cuando entro en el hemiciclo. Es un sitio sobrecogedor, cuando uno además tiene la formación de jurista que yo tengo, que sabes que es la representación de la soberanía nacional, que apruebas leyes, que llegas a acuerdos, y de repente te encuentras que eres tú el protagonista o uno de los protagonistas de ese momento, la verdad es que es muy emocionante. Yo creo que cuando uno pierda esa emoción es cuando tiene que empezar a plantearse irse de la política [risas] y dedicarse a otra cosa. Hay que mantener viva esa tensión, esa emoción, esa ilusión por hacer las cosas bien y por tener la conciencia tranquila, y por cumplir con ese reto y con tus obligaciones. Al final estás haciendo cosas para los españoles, y la vida, como bien has dicho, me ha llevado por casualidad, yo creo, pues ahora a estar en esta posición más protagonista como consecuencia de la baja por maternidad de Inés, disfrutando mucho de mis responsabilidades, intentando hacerlo lo mejor posible… muy satisfecho, la verdad, muy satisfecho de este trabajo que es, de verdad, muy bonito.
Bonito pero duro también [asiente con la cabeza]. Esta semana ha tenido que despedir a alguien que entró en política con usted, como es Marcos de Quinto, quien ha mostrado su discrepancia con el rumbo de Ciudadanos y el apoyo al estado de alarma, como también han hecho otros ex dirigentes como Juan Carlos Girauta o Carina Mejías. De Quinto y usted son, por así decir, de la misma camada política, junto a Sara Giménez, también diputada de Ciudadanos. ¿Cómo ha vivido esta marcha en lo personal y en lo político?
Empezando por lo político, cada uno toma sus decisiones individuales, cada uno tiene sus pensamientos. Lo que sí tengo que decir es que verdaderamente este partido funciona de una manera muy democrática, todo el mundo puede aportar sus propios pensamientos, ideas, opiniones… y finalmente, como cualquier organización colectiva, al final son los órganos de dirección del partido los que adoptan una decisión contando con las opiniones de todas las personas que se encuentran dentro. Marcos de Quinto, por las razones que es él el que tiene que explicarlas, y yo no voy a juzgar…para mí es una persona que me transmite muchísimo respeto, pues transmitió estas opiniones, el partido decidió lo que tuvo que decidir, de una forma muy responsable, con un sentido de Estado, con un sentido de política útil, con una decisión muy correcta a mi juicio.
Y Marcos, que ha aportado muchísimo a este partido, que ha trabajado muy lealmente…yo he trabajado codo con codo con él, hemos tenido muchísimas reuniones, en su caso con un conocimiento muy amplio de muchas materias, porque, como yo, tiene una vida profesional fuera de la política muy rica, muy variada, que le ha llevado a conocer muchas cosas de muchos sectores diferentes. Al final se ha despedido como un señor, ha aceptado la disciplina de partido [el miércoles, al día siguiente de anunciar su renuncia, voto telemáticamente sí a la prórroga del estado de alarma] ha asumido la decisión de partido, porque él sabe cómo se trabaja en las organizaciones y, por sus propios motivos personales, se ha ido del Congreso. En lo personal yo creo que tendré con él siempre muy buena relación, estoy absolutamente seguro. Hemos trabado amistad y seguro que le irá bien en la vida que ahora decida emprender.
Usted mismo en la tribuna del Congreso, en el debate del miércoles, se dirigía a los grupos que votaron no, como PP y Vox entre otros, para retarles a que mirasen "a la cara" a los sanitarios y les explicaran el sentido de su voto porque usted, decía, "no podría". Es evidente que Marcos de Quinto, en conciencia, hubiera votado no. Planteado en esos términos, estamos hablando de algo más que una discrepancia política.
Como digo cada uno piensa libremente, tiene sus opiniones. Yo lo que sí tengo muy claro es lo que el otro día, el miércoles pasado, mi grupo parlamentario hacía en el Congreso de los Diputados, y es tomar una decisión responsable sobre un tema concreto y determinado. Yo lo dije en mi discurso: no se estaba votando un apoyo al Gobierno, no se pedía ni se debía plantear ningún tipo de derivada política respecto de si el Gobierno de Sánchez es bueno o es malo. Lo voy a decir con total claridad: el Gobierno de Sánchez y de Unidas Podemos es malo para España. Nosotros no sostenemos a este Gobierno y nosotros no creemos que este Gobierno sea bueno para España. Entonces, nosotros adoptamos una decisión sobre un tema concreto y determinado, que es que le vamos ganando la pelea al coronavirus, estábamos, en un momento determinado en España, se nos olvida porque esto va muy rápido, en casi mil fallecidos al día. Ya llevamos varios días por debajo de cien. El confinamiento por lo tanto ha sido la medicina con la que hemos acabado con el virus, unido a la responsabilidad de los ciudadanos, a la responsabilidad de la gente, que ha aceptado ese confinamiento con paciencia, con resignación, también con irritación, pero sabiendo que era su obligación hacer esto, para no contagiarse y no contagiar. Y por lo tanto, esa fue la decisión que se tomó.
Cuando yo pienso en mi voto, lo que tengo que pensar es que mi voto va a ser el que va a salir adelante. Y yo me pregunto: la gente que votó que no, ¿quería de verdad que se levantara el estado de alarma? ¿quería que se acabara con toda esta situación de confinamiento y saliéramos todos a la calle en tropel? Estamos todos hartos de estar en nuestra casa y queremos ir a ver a nuestras familias y a nuestros amigos y entrar en los bares y en los centros comerciales y tener vida social. Pero, querían eso para que hubiera un rebrote y dentro de lo que fuera, quince días o un mes, o en octubre, tuviéramos un confinamiento todavía peor y nos despertáramos todas las mañanas viendo la cifra de fallecidos y de contagiados subiendo, muriendo gente, con las familias rotas, la gente pelando por su vida solos en los hospitales sin sus familias…enganchados a un respirador.
Mire, yo creo sinceramente que la decisión que tomamos fue una decisión responsable, fue una decisión no partidista, que no iba buscando votos, sino el beneficio de la sociedad española, salvarle la vida a la gente. Esto, desde el punto de vista sanitario, digamos que es lo más vinculado al estado de alarma, pero no se nos olvide que nuestro voto no fue gratis, previamente se pactaron unas condiciones precisamente al objeto de conseguir salir cuanto antes de la crisis social y económica que se nos viene por delante y que todo el mundo, economistas de distinto signo, señalan como terrorífica y espeluznante. Resulta que nosotros desvinculamos, en el primer acuerdo, los ERTE de la declaración formal del estado de alarma hasta el 30 de junio incluso después o posteriormente a esta fecha en sectores determinados como el turismo, y hemos desvinculado las ayudas a los autónomos de la declaración formal del estado de alarma, y hemos conseguido una moratoria fiscal un mes más, y hemos conseguido la acreditación de los pagos de los ERTE e insistimos al Gobierno que estudie ese Plan B para que no se acomoden en este estado de anormalidad constitucional, y que mediante la aplicación de las leyes ordinarias podamos dar una respuesta eficaz a la pandemia.
Pero no se olvide: Pedro Sánchez quería una estado de alarma de alrededor de treinta días, a lo mejor incluso después de haber expirado el periodo ordinario de sesiones del Congreso el 30 de junio. Conseguimos que lo redujera a quince días, hemos habilitado el mes de julio para que existan sesiones de control, porque la Diputación Permanente no tiene funciones de control [al Gobierno] ¿Se imagina un escenario en el que a partir del 30 de junio, en ese plan de desescalada ordinaria, el Gobierno cometa los errores garrafales que ha cometido en el tratamiento de esta pandemia, en comparación con otros países de nuestro entorno? Portugal por ejemplo, que está al oeste de España [sonríe irónico] ya lo sabemos, ya lo ha dicho la vicepresidenta cuarta del Gobierno [Teresa Ribera] ¿y cometa estos errores garrafales sin estar en vigor el pleno control del Gobierno por parte del Congreso? Pues esto es lo que ha conseguido Ciudadanos. Mi voto, de verdad, en conciencia, no podía ser otro que sí a la prórroga del estado de alarma, por el bien de los españoles y sin pensar en lo malo que es este Gobierno para España. Porque nosotros no sostenemos al Gobierno, que es un gobierno Frankenstein, que se sostuvo en la investidura con una serie de apoyos que, por cierto, ahora al señor Sánchez le dejan en la estacada. No hay más que escuchar el otro día las tremendas palabras, contundentes palabras, amenazadoras palabras del señor Rufián [Gabriel] que condicionaba su voto positivo a que señalara una fecha para la mesa de la vergüenza. A través de las mesas seguro que no se salvan ni vidas ni empleos.
Cuando terminó el pleno del miércoles, no se si estaba usted aún en el Congreso o ya en su domicilio, me reconocerá que pegó un respingo cuando vio el acuerdo entre PSOE, Unidas Podemos y Bildu, la antigua Batasuna, el brazo político de ETA, para derogar "íntegramente" la reforma laboral.
Bueno, acuerdos que el Gobierno Frankenstein tuvo con sus socios en la investidura para que Pedro Sánchez llegara a ser presidente del Gobierno…
Pero este es un acuerdo al margen de la investidura, sobre el estado de alarma, como dice el propio documento firmado por los portavoces de PSOE, Unidas Podemos y Bildu.
Yo en mi propio discurso señalé que era intolerable establecer condiciones políticas a un acuerdo que solamente podía pensar en las vidas y en los empleos de los españoles. El acuerdo me parece absolutamente repugnante, inoportuno. Es en primer lugar repugnante porque pone encima de la mesa, precisamente, cuestiones políticas que en este momento no importan ni interesan nada a los españoles, que solamente quieren pelear por sus vidas y por sus empleos, en primer lugar. Y solamente a través de las condiciones que, por ejemplo Ciudadanos negoció se consigue ese resultado.
Es repugnante, en segundo lugar, porque blanquea a Bildu, que es la organización política sucesora de Batasuna, brazo político de una organización terrorista. No ha condenado las víctimas, durante tantos años, del terrorismo; no ha condenado, por remitirnos a algo mas reciente, el escrache en el domicilio de Idoia Mendía el otro día, la Secretaria General del Partido Socialista de Euskadi; no ha pedido perdón, y el PSOE y Unidad Podemos pretenden blanquear ahora a este partido político. Pero es que además es inoportuno. ¿A quién se le ocurre en medio de una epidemia plantear la posible derogación de la reforma laboral? Es incoherente, de acuerdo con los postulados del PSOE, que saca pecho de lo bien que han utilizado los ERTE en esta pandemia para no crear desempleo sino para dar esperanza a los trabajadores y a los empresarios, de que se va a poder salir de esta pandemia en una situación de empleo. Pues mire, los ERTE se fundamentan precisamente en la reforma laboral.
No me queda nada más que remitirme a las acertadas palabras, fíjese lo que le digo, a las acertadas palabras de Nadia Calviño diciendo que es una idea, un acuerdo absolutamente contraproducente. Si tenemos en cuenta además que vamos a tener que ir a Europa para negociar ayudas para salir de esta crisis. Y que ha creado una desunión, y un carajal y un vodevil en el Gobierno, en el que parece que unos vicepresidentes están peleados con los otros, en donde no hay ninguna unidad, en donde se han revelado de verdad los enfrentamientos dentro del Gobierno, que parecen dos gobiernos en lugar de uno solo, en donde la propia Patronal, el señor Garamendi [Antonio] ha emitido el comunicado más duro que yo recuerdo en la historia de la CEOE, en donde se ha enfadado además a los sindicatos que han dicho que estas no son formas, que esto hay que hacerlo dentro de la mesa de negociación; donde además ha dejado también en la estacada a otros partidos políticos que han apoyado el estado de alarma… en fin, yo mayor torpeza no la he visto en la vida.
Desde luego que quede una cosa bien clara: mi partido no va a estar al lado de la, en este momento, ni en ningún otro momento, de la derogación de la reforma laboral, por una sencilla razón que se puede entender fácilmente. Porque nosotros tenemos un modelo de estructura laboral, de regulación laboral, adaptado a las necesidades del mercado laboral y del mercado económico del siglo XXI que puede suponer una reforma de verdad útil para los españoles, para los empresarios y para los trabajadores, al objeto de que cuando volvamos a la normalidad se pueda negociar un marco estable laboral y no esta pelea que llevamos durante cuarenta años, que llega un partido al poder y dice una cosa, luego llega el siguiente y deroga la reforma… así no se puede vivir.
Pero precisamente por todo lo que está contando, y teniendo en cuenta que en su acuerdo con el Gobierno ustedes arrancan el compromiso de Moncloa de estudiar determinadas reformas, ¿usted se fía de Sánchez?
Nosotros ahora lo que nos toca, por responsabilidad, es esos acuerdos a los que el presidente del Gobierno ha llegado con los españoles [enfatiza la pronunciación] forzado por Ciudadanos, y poniéndole esas cesiones, pero que el acuerdo es con España y los españoles, con los autónomos, con los pequeños y medianos empresarios, con los trabajadores y con las familias, tiene que cumplirlo, y ahí vamos a estar nosotros vigilantes y exigentes para que estos acuerdos se cumplan.
Tiene que estudiar muchas cosas, y precisamente porque hemos habilitado, porque hemos permitido que siga existiendo el sistema parlamentario de control al Gobierno, vamos a ser muy duros en la exigencia de estas responsabilidades al Gobierno, con respecto al Plan B, con respecto a la desvinculación de las ayudas a los autónomos del estado de alarma, a la moratoria fiscal… el Gobierno tiene que cumplir ahora con sus compromisos. Él [Sánchez] verá, él tendrá que demostrarle a los compatriotas, a los españoles, que es un Gobierno fiable, que es un Gobierno que respeta su palabra, que tiene ese compromiso en firme y que por lo tanto va a cumplir.
El PP insiste mucho para justificar primero su abstención y luego su rechazo a la prórroga del estado de alarma en que no es necesaria esa figura constitucional excepcional para establecer confinamientos totales o parciales, ya que consideran que bastaría con recurrir, por ejemplo, a la Ley Sanitaria de 1986. Naturalmente entramos en su materia y sé que usted no está de acuerdo, pero quiero que lo explique.
Yo he estudiado este asunto en profundidad. Soy una persona que creo que en algunas cosas puedo no llevar razón. Yo creo que así debería ser entendida la política hoy en día y ese es el deseo de los españoles. Por eso me he estudiado en profundidad las leyes sanitarias, la Ley de Protección Civil, no solamente las sanitarias, que también invoca el PP y en este sentido me parece que es necesario implementar reformas en estas leyes. Me lo parece a mí. Se citaron, por parte del presidente del Gobierno, desde la tribuna, diversos informes de la Abogacía del Estado que me gustaría muchísimo poder leer. Y que van en la línea de la opinión que yo estoy ahora manifestando. Pero, no se nos olvide una cosa, la responsabilidad es del Gobierno de la nación, son ellos los que deben hacer los deberes. Mire, y se lo digo claramente, me alegró mucho que se citaran los informes de la Abogacía del Estado, porque desde luego eso da la sensación de que el Gobierno está trabajando. No se olvide de que fuimos nosotros, en la anterior prórroga del estado de alarma, el cinco de mayo, los que le exigimos al Gobierno el diseño de este plan B. La siguiente semana la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, salió y dijo "lo estamos estudiando ya". Vaya, pues entonces, le hemos exigido un plan B, le hemos exigido el plan de desescalada ordenada y parece que lo están estudiando. Ahora, en quince días tendrán que presentarnos con detalle ese plan B, las medidas a lo mejor que se pueden adoptar ya, sin necesidad de reformar las leyes, en el sentido que decía el señor Casado [Pablo] pero es el Gobierno el que tiene que ponerlo encima de la mesa, buscando ese consenso. Y en segundo lugar, además, las posibles reformas para poder incentivar o ahondar en medidas que tienen un sentido: ser eficaces para combatir la pandemia, solamente eso.
Yo, con el estudio que he hecho de las leyes sanitarias, más me inclino por la idea de que sería bueno realizar esas reformas para potenciar el poder central y que se pudieran implementar una serie de soluciones uniformes en todo el territorio nacional. Porque no nos olvidemos que esta crisis es una crisis mundial, es una crisis europea, no es una crisis española y desde luego no es una crisis catalana, gallega, vasca o extremeña. Y en ese sentido, con base a esas leyes ordinarias, nos encontramos con que esas reformas muy probablemente serían muy deseables en función, ojo, de cómo el Gobierno las quiera plantear. Esto no supone un cheque en blanco, no supone una línea abierta para que el Gobierno presente lo que le dé la gana. No. En mi partido le puedo decir que lo tenemos muy bien estudiado y no nos va a pillar de sorpresa ni vamos a comulgar con ruedas de molino si el PSOE nos presenta una reforma alocada, insensata o inútil, simplemente propagandística. Vamos a ser muy serios en la exigencia del diseño de este plan B.
Hablando de la desescalada, una de las cuestiones en las que parece haber una cierta contradicción en el discurso de Ciudadanos es que, como esta misma semana ha dicho en una entrevista en esRadio el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, se pide el pase a la Fase 1 [la entrevista se realiza horas antes de que el Gobierno aprobase esa decisión para Madrid] y se asegura, como hizo su compañero Aguado, que en esta cuestión en el Gobierno central han primado "criterios políticos". Le vuelvo a preguntar lo mismo: ¿Se fían de negociar con un Gobierno que según ustedes mismos está actuando con ese grado de arbitrariedad?
Son dos temas, y no se pueden confundir, como en el Congreso de los Diputados ha tratado de hacer el señor Echenique [Pablo]. El cambio de fase de Madrid trata de enredarlo, confundiéndonos, con la prórroga del estado de alarma. Lo que es mentira. Tan sencillo como que si no hubiera habido prórroga del estado de alarma no habría fases, todo el mundo saldría libremente a la calle, abrirían los centros comerciales, yo cogería mi coche y me iría a mi casa del campo, que está en otra provincia, y allí incluso podría contagiar o podría ser contagiado porque ya no habría una herramienta jurídica para luchar contra la epidemia. Por lo tanto, no mezclemos los dos temas.
La solicitud de Madrid se basa en criterios objetivos, en los criterios que establece el BOE con respecto a la capacidad hospitalaria de la Comunidad de Madrid. Nadie ha dicho que esos requisitos objetivos no se cumplan. Lo que pasa es que el Comité de Expertos, expertos anónimos por cierto, y el Ministerio de Sanidad luego utilizan otros criterios que no son objetivos. Y no los publican. Este Gobierno, durante la crisis, si por algo se ha caracterizado es por no respetar las normas de la transparencia que obligatoriamente cualquier modelo de estado democrático tiene que cumplir con sus ciudadanos. El hecho de que no sean transparentes hace pensar que hay otros criterios distintos a los epidemiológicos.
¿Por qué no han puesto ustedes entre las condiciones para apoyar la prórroga que se publique el nombre de esos expertos?
Yo desde la tribuna de oradores le dije al presidente del Gobierno, en la cara, no se escude en el estado de alarma para incumplir sus obligaciones de transparencia. ¿En qué se han escudado ellos? En la suspensión de plazos administrativos, que dicen entonces que está parado el Consejo de la Transparencia y Buen Gobierno. El Real Decreto del estado de alarma, y esta ha sido una de las condiciones que Ciudadanos ha impuesto también en la negociación, dice que estos datos administrativos se alzan otra vez a partir del uno de junio. Le dije al presidente, mirándole a la cara: no quiero ninguna excusa desde el uno de junio para que no haya transparencia, y diga de una vez ya quiénes son los expertos, porque es inasumible que si estas personas nos evalúan a las CCAA y por lo tanto toman decisiones que son muy relevantes para los ciudadanos, los grupos políticos y los propios ciudadanos tenemos derecho de evaluar a los evaluadores.
Son inaceptables palabras como las que le digo que Echenique se inventó el otro día o palabras como las del señor Simancas [Rafael, portavoz adjunto del PSOE en el Congreso] diciendo que el virus existe porque existe la Comunidad de Madrid, o reproches como los de la señora Lastra, desde la tribuna también, al Gobierno de Madrid. Esto es inaceptable. Para mí, quizás porque acabo de llegar a la política, me parecen cosas del pasado, de patio de colegio.
Olvidándonos por un momento de la coyuntura política española, es evidente que en esta crisis hemos ido mirando de reojo lo que ocurría en Italia. Parece, y hay informaciones periodísticas al respecto, que Sánchez cree que el Gobierno italiano está levantando el freno demasiado rápido. Me gustaría citarle datos comparados entre nuestro país e Italia. Allí hay dos fases, y en las últimas veinticuatro horas [la entrevista se realiza el viernes por la mañana] ha habido 642 nuevos casos, prácticamente la mitad en Milán. Las terrazas y bares están abiertos y se estudia volver a abrir las fronteras. Nosotros hemos tenido 344 nuevos casos y estamos como estamos.
El Gobierno empezó en un determinado momento sin reconocer ningún tipo de errores. Recordemos aquellas declaraciones verdaderamente lamentables de Nadia Calviño y del señor Marlaska [Fernando] diciendo que no tenían que pedir perdón por nada, que todo lo habían hecho bien. Y con esa excusa tan infantil de decir ‘lo hemos hecho igual de mal que otros países’. Yo me quedaba atónito. Vamos a compararnos con los países que lo han hecho bien. Tenemos una frontera gigantesca con Portugal y fíjese cómo lo ha hecho Portugal, u otros países que decretaron el confinamiento antes o prohibieron actos multitudinarios. Nosotros en todo momento hemos puesto de manifiesto los errores del Gobierno, no sólo en el aspecto sanitario, sino en el de aprovecharse del estado de alarma para cuestiones tan nefastas como colocar al vicepresidente Pablo Iglesias en la Comisión Delegada del CNI, o nombrar altos cargos a dedo en esta situación o contratar con empresas que no tienen domicilio conocido en España.
Ya le digo, hemos llegado tarde, no se prohibieron a tiempo las manifestaciones multitudinarias, no se fue previsor a la hora de comprar equipos de protección personal y respiradores, llegamos tarde al mercado internacional, nos timaron en el mercado internacional. Yo le pregunté el miércoles al señor Illa [Salvador] si ya tenemos, de cara a un rebrote en otoño como apuntan los expertos, canales de comercialización que sean seguros, bien sea por la producción en España de estos elementos imprescindibles para combatir la pandemia o bien sea el mercado internacional, para no hacer el tonto como ha hecho el Ministro de Sanidad, comprando mascarillas fake, engañándonos a través de empresas que no tenían la homologación del Gobierno chino, respiradores que no funcionaban. Por Dios, que esto es dinero de todos los españoles, y no se puede malgastar, y menos en una situación de emergencia. Me preguntaba por la desescalada, lo único que pido es transparencia y claridad, lo primero es la salud de los españoles. Yo estoy desando ir a ver a mi madre, que tiene 83 años, pero tiene que ser en unas condiciones de absoluta seguridad. Prudencia por una parte, nunca nos vamos a negar a eso, pero por otro lado claridad.
No en todas las votaciones Ciudadanos ha respaldo al Gobierno estos meses. Por ejemplo hubo un no rotundo, con un discurso suyo muy crítico con el ministro Juan Carlos Campo, al decreto de Justicia.
Nos abstuvimos en el Real Decreto Ley de empleo…
Sí, y votaron a favor de los otros dos decretos económicos.
Sí, todos aquellos decretos leyes que aun no gustándonos, porque se quedaban cortos por ejemplo en relación a las ayudas a los autónomos, excluyendo a los mutualistas, no adoptando medidas razonables de apoyo al turismo… bueno, pues no nos gustaban, pero caray, pero también incluían una serie de cosas que creíamos que eran buenas para los españoles y queríamos después seguir luchando por ampliar esas ayudas, pero votamos a favor pidiendo luego la tramitación de urgencia para poder incluir medidas más ambiciosas.
Con respecto al Real Decreto Ley de Justicia, era humo. Era simplemente una pantalla publicitaria que el ministro de Justicia quería utilizar para poder decir: ‘Yo también estoy haciendo cosas, en la pandemia’. Los que conocemos y hemos sufrido la Justicia durante tantos años sin medios, llevada a cabo a través de enormes y abnegados profesionales, sobre cuyos hombros, no sobre los del ministro, ni sobre los de los anteriores tampoco, es sobre los que hemos conseguido sacar adelante esto, con muchísimo trabajo. Que no venga ahora el ministro y nos diga que va a habilitar veinte días de agosto para que corran los plazos y se celebren vistas telemáticas o presenciales y con eso vamos a arreglar el problema.
El problema de la Justicia se arregla con dinero. Se arregla con ilusión de hacerlo, que no la ha tenido ningún ministro en cuarenta años; que la Justicia siempre ha sido la hermana pobre de los presupuestos; que en España tenemos doce jueces por cada cien mil habitantes, cuando la media europea es de veintiuno; que en España tenemos una organización judicial del siglo XIX, y estamos en el XXI; que en España no tenemos el expediente judicial digitalizado; que resulta que las CCAA tienen sistemas informáticos incompatibles entre sí… ¿Y todo esto lo resolvemos con veinte días del mes de agosto? Donde en los juzgados los jueces, y el personal, y los letrados van a turnarse en las vacaciones, pero el profesional individual, el abogado, el procurador, el graduado social, que tiene un despacho pequeño o que incluso está él solo, sin empleados, no va a poder conciliar su vida familiar y laboral, porque le van a citar a una vista presencial o telemática o porque le van a correr los plazos para interponer un recurso contra una resolución desestimatoria y resulta que, como no tiene tanta capacidad como un gran despacho, no tiene los autos digitalizados y va atener que venirse de la playa a Madrid para hacer el recurso, ver los autos y después volverse a la playa arruinando las vacaciones de su familia, ¿eso es lo que el ministro de Justicia quiere hacer través de un Real Decreto Ley? Ese Decreto tenía cosas buenas, se lo dije al ministro, estuvimos negociando, y esto quiero que lo sepa todo el mundo, hasta el último minuto. Insisto, tenía cosas buenas, poco ambiciosas, en la línea del Gobierno, pero por ejemplo: es absolutamente necesario la prórroga de la suspensión de la entrada en vigor de la Ley del Registro Civil que ni el PP ni el PSOE, jamás, han logrado poner encima de la mesa una solución y lleva diez años suspendiéndose, es una ley del año 2011.
En segundo lugar eran reformas pequeñas, cortas, pero bueno [se encoge ostensiblemente de hombros] dentro de lo que cabe positivas, las medidas en materia de Derecho concursal, en materia de de Derecho de familia, que rectificaban errores de los reales decretos económicos anteriores, abundando en las ayudas a los autónomos. Desde luego, no hubo manera, absolutamente, de que el ministro flexibilizara su postura con respecto a la habilitación de los veinte días de agosto donde yo le ofrecía que fuera voluntario, que si los abogados querían trabajar pues bueno, que a través del sistema de notificación informática lo dijeran, y si no querían trabajar y cogerse unos días de vacaciones, que los abogados estamos acostumbrados a trabajar siempre en agosto, pues dijeran que querían trabajar. Pero que se les permitiera conciliar. Este Gobierno no respeta la libertad, este Gobierno es ordeno y mando, y se acabó. Y así no se puede. Hay que conseguir consensos y Ciudadanos, remoloneando ellos, ha conseguido arrancarles compromisos importantes para la sociedad española.
Está deseando, como muchos estos días, ver a su madre. Desgraciadamente ya no puede ver a su padre, que tan importante fue en su vocación de abogado del Estado. ¿Cómo le explicaría esta nueva etapa en la política, y además en primera linea?
Vaya pregunta [se emociona] Estaría muy orgulloso, muy orgulloso.