Con más de dos meses de restricciones de libertades por la declaración y las prórrogas del estado de alarma cada vez hay más voces que claman por una solución alternativa que permita que no se cercenen los derechos de los ciudadanos. En el programa Es la Mañana de Federico de esRadio Carlos Flores, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, ha analizado la situación a la que nos ha llevado el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pro la crisis de la covid-19.
El catedrático, que ha visto en las manifestaciones en Madrid "una analogía" con el levantamiento del 2 de Mayo de 1808, ha dicho que "es muy triste que el mundo universitario y jurídico ha reaccionado muy tarde y muy parcialmente". Ha señalado que "hay catedráticos de distintos campos del derecho que están levantando su voz" pero "son legión los profesionales que permanecen mudos cuando estamos asistiendo a la limitación de derechos más generalizada y prolongada de la historia reciente de nuestro país".
"Es muy sorprendente" ha remarcado Carlos Flores, que ve en "la cobardía, la prudencia y en la sensación de que esto que nos parece que está sucediendo no puede realmente estar sucediendo porque estamos ante un gobierno de izquierdas". En este sentido ha afirmado que "es una doble superioridad: la de pensar que nosotros con un país civilizado, democrático y estable como España no nos podría pasar y la superioridad moral de la izquierda en virtud de la cual hay ciertas cosas que puede hacer la derecha, pero la izquierda en absoluto".
El catedrático Carlos Flores ha pedido "que los gobernantes fueran coherentes" porque "si en lo más duro de la pandemia Sánchez fue pidiendo prórrogas de 15 en 15 días ¿qué sentido tiene que estando en desescalada pida unos poderes especiales para un mes?". Piensa que "no tiene ningún sentido más allá de la aprensión que tiene Sánchez de comparecer en el Congreso y de lo difícil que le resulta amarrar los votos necesarios".
Sobre las manifestaciones que se han extendido desde Madrid hacia otros sitios de España ha señalado el catedrático de Derecho Constitucional que la gente "sale a la calle para ejercer un derecho fundamental que es protestar en la calle y sale sin saber lo que les va a pasar". Cree que "en una democracia los ciudadanos que salen a la calle a ejercer sus derechos deberían ser capaces de hacerlo con la seguridad jurídica que les brindan unas normas y en estos momentos en la España del siglo XXI los ciudadanos no saben cómo se pueden manifestar en la calle". Flores ha rematado indicando que "el Gobierno que ha invertido tanta pedagogía para decirnos algunas cosas de movilidad curiosamente se le ha olvidado contar cómo se ejerce un derecho fundamental como es el derecho de reunión".
La falta de alternativa que afirma el Gobierno, otra mentira
El catedrático Carlos Flores ha recordado cómo el impacto del coronavirus "nos pilló a todos por sorpresa" pero ve "más injustificable que le pillase por sorpresa al ministro y los consejeros de salud de las CCAA". Piensa que "ahora somos más críticos y somos más conscientes de hacia donde nos quieren llevar" con las medidas excepcionales que han ido aprobando en estos meses de confinamiento.
En este sentido ha dicho que hay "alternativas para seguir luchando contra el coronavirus y garantizar el derecho a la salud, pero no limitar el alcance de los derechos fundamentales y los perfiles democráticos de nuestro sistema". Para el catedrático de la Universidad de Valencia hay alternativas que "el Gobierno no se ha tomado la molestia de brindarnos" y ha señalado que "cuando ha ido a pedir la prórroga del estado de alarma ha ido con las manos en los bolsillos sin plan b de ningún tipo diciendo: o nosotros o el caos".
Flores ha explicado que "hay alternativas" porque ·el derecho presenta varias posibilidades y el Gobierno debería optar en cada momento por la menos lesiva para los derechos fundamentales y por la que menos altere el funcionamiento normal de las instituciones". Sin embargo tiene claro que "el Gobierno ha optado desde el primer momento por la solución más traumática y menos garantista".
"El estado de excepción es más traumático pero también más garantista", ha contado el catedrático de Derecho Constitucional. Ha remarcado que bajo un estado de excepción "habríamos tenido las mismas o menos limitaciones de derechos, habríamos tenido más garantías y más posibilidades de control sobre lo que el Gobierno hubiese estado haciendo y ya estaríamos ya de vuelta" porque "con la Constitución en la mano dura 30+30 días, ni uno más ni uno menos".
Para intentar imponer otra prórroga de un mes del estado de alarma "el Gobierno se agarra a la literalidad del artículo 116.2 de la CE en el que menciona un plazo de 15 días sólo cuando se declara", ha explicado el catedrático. En este sentido ha señalado que "hay más cosas aparte de la letra de la ley" como, por ejemplo, "el mismísimo concepto de prórroga, que es la prolongación de algo y ese algo no se puede prolongar más de lo que ese algo es".
Por ese motivo ha dicho que "todos los estados excepcionales son excepcionales porque no se pueden cronificar, ni normalizar y tienen que ser aplicados de la manera más restrictiva posible para garantizar la mayor amplitud de los derechos". Cree que "ante cualquier duda interpretativa sobre la duración, el alcance y las medidas de un estado de excepción la opción tendría que ser la más restrictiva para el Estado y la más generosa para los ciudadanos".