La política no solo hace extraños compañeros de cama, sino que en ocasiones hace también que los neófitos digan cosas que jamás se pensaría que podrían llegar a decir antes de su entrada en el juego político. Un ejemplo claro de ello se ha visto este miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, cuando se debatía sobre las medidas que está tomando el Gobierno con la pandemia de coronavirus de fondo.
De una lado, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, magistrado en servicios especiales desde que aceptó entrar en política de la mano de Pedro Sánchez. Del otro, Ignacio Gil Lázaro, diputado de Vox y quien fuera durante más de tres décadas parlamentario del PP tanto en la Cámara Baja como en el Senado. Y como invitado estrella, Alfredo Pérez Rubalcaba, exministro del Interior, ex secretario general del PSOE y fallecido hace un año.
Gil Lázaro ha acusado a Marlaska de utilizar el estado de alarma para recortar los derechos de los ciudadanos más allá de lo permitido y de dar órdenes políticas a las Fuerzas de Seguridad para controlar y acallar cualquier tipo de disidencia por parte de la ciudadanía. El ministro ha recordado al diputado de Vox su histórica presencia en el hemiciclo y uno de los debates que tuvo hace una década con Rubalcaba.
"Mire, voy a terminar recordándole una cosa. Me está recordando al de hace diez años, cuando el mejor ministro del Interior que ha tenido España, Alfredo Pérez Rubalcaba, le dijo a usted que le veía mucho, cuando era diputado del Partido Popular, en tertulias de la extrema derecha. Mire donde está usted ahora. Está ubicado en la extrema derecha. Pero le digo, ojala no haya muchos diputados actuales del PP que sigan su senda", ha dicho Marlaska.
"Y le diré, para finalizar, y recordando también aquella comparecencia, con todo el respeto a los votantes de Vox, ustedes, el grupo parlamentario Vox, sin el Gobierno de coalición del presidente Sánchez, sin el PSOE, sin Unidas Podemos, no son nada", ha concluido el actual ministro del Interior.
Lo llamativo y sorprendente es que Marlaska fue el magistrado de la Audiencia Nacional que investigó –sustituyendo a Baltasar Garzón, que lo guardó en un cajón- y llevó a juicio el caso Faisán, el chivatazo a la red de extorsión de ETA que cometieron dos mandos policiales por orden de los altos cargos de un Ministerio del Interior que en aquel momento dirigía con mano de hierro Alfredo Pérez Rubalcaba para evitar echar al traste la negociación con ETA.
Durante la fase de instrucción que llevó Marlaska, llegó a estar imputado el que fuera director general de la Policía Nacional, Víctor García Hidalgo, y en el sumario estuvo incluido uno de los móviles que usaba el entonces secretario de Estado de Seguridad o número dos de Interior, Antonio Camacho. Exactamente, en el desarrollo de las 17 llamadas clave del chivatazo, que tuvieron lugar en las horas previas al soplo al recaudador principal de ETA: Joseba Elosúa.
Aquel debate entre Rubalcaba y Gil Lázaro tuvo lugar en el hemiciclo el 23 de marzo de 2011, en una jornada en la que el Gobierno estuvo a carcajada limpia con el chivatazo a los terroristas y en la que el exministro ya fallecido no sólo le dijo a Gil Lázaro aquello de que le veía demasiado en tertulias de la extrema derecha, sino también le citó el estribillo de la canción de Amaral sin ti no soy nada, que hoy ha querido reutilizar a su manera Marlaska.