El Mundo
"La policía se prepara para un aumento de los delitos de orden público". Que van a patrullar con el ejercito, dice. ¿Con la gente pasando hambre? Lo mismo prefieren ir a la cárcel, allí al menos comerán.
"El gobierno se resigna a no volver al nivel de precrisis hasta 2022". Pronto me parece. El editorial certifica el "hundimiento de la economía española". "Porque la autoridad fiscal ha advertido de que los datos en los que se basa el gobierno son susceptibles de empeorar". O sea, que empeorarán. Rosell da por hecho que España tendrá que pedir un rescate a la UE "ligado a duras condiciones".
Y está muy cabreado porque Montero no quiere bajar los sueldos públicos. "El sector público también debe arrimar el hombro. Resulta inaceptable que las administraciones y los 2,5 millones de funcionarios queden exentos de un esfuerzo colectivo, máxime teniendo en cuenta el aparato burocrático elefantiásico que soporta el estado y la desorbitada dimensión de un gobierno de 22 ministerios". No te preocupes, Rosell, van a tener que recortarse sí o sí. No hay un puñetero duro ni para ellos.
Y Lucía Méndez vuelve a la política. "Esta vez sí que sí. La hecatombe ha llegado. Sin metáforas que valgan. El mundo se ha vuelto loco. Y hay motivos para inquietarse por la carga viral de odio en la conversación pública, política, mediática y envuelta en redes. Hay personas que viven, se levantan y se acuestan pensando que este horrible drama, por fin, se llevará al gobierno socialcomunista por delante. ¿Y? Eso sería lo de menos. La realidad es que la desgracia del país nos afectará a todos". Sí, y mucho por culpa de ese gobierno que tanto defiendes. A lo mejor con otro salimos adelante, con este, ni de coña.
El País
"El gobierno calcula que España tardará al menos dos años en superar la crisis". Y regaña a Sánchez en el editorial. "En un sistema parlamentario, la política de hechos consumados no es aceptable ni siquiera cuando asegura basarse en evidencia científica. El gobierno no puede seguir sin ofrecer acuerdos por más que sigan despreciándolo algunas fuerzas de la oposición". Madrid y tal y tal.
El odio proviene de Julio Llamazares, como siempre. "Un sector de la sociedad española se ha lanzado a atacar al gobierno y los partidos en los que se apoya como si la culpa del virus la tuvieran ellos". No, del virus no, de la gestión sí. "Y de paso, a insultar y vilipendiar a todos los que no comparten su opinión". ¿Mande? Creo que es en El País donde leí a uno el otro día llamando franquistas indocumentados a los que protestan con cacerolas. Muy respetuoso, sí señor. "El déficit democrático de cierta derecha española, está quedando en evidencia". Aquí el único déficit democrático que está quedando en evidencia es la del gobierno tratando de amordazar a la prensa, tomando decisiones sin consultar a nadie, ejerciendo el mando único como si fuera un dictador.
ABC
"El Gobierno admite que el 31 % de la población activa depende ya del Estado". Bieito responde a Llamazares. "Sánchez no es responsable de la pandemia del Covid-19. Pero la incapacidad de los gobiernos socialistas para llegar a tiempo a los problemas es donde radica su responsabilidad y los datos críticos del PIB y desempleo adelantados ayer también tiene su cuota de origen en la incompetente gestión socialista de la pandemia". Y eso no es odio, es, sencillamente, la verdad, le gusto o no a los medios sanchistas.
Ignacio Camacho también se atreve a decir lo que piensa. "Estamos en manos de un grupo de aficionados irresponsables y doctrinarios, tan incompetentes que van a convertir a los ciudadanos en figurantes de un ensayo que si sale mal usarán como coartada de su fracaso". Dicho sea sin odio.
Ignacio Ruiz Quintano también ejerce su derecho a la crítica arriesgándose a que le insulten en las terminales mediáticas pagadas por el Gobierno. "La prueba de que el comunismo viene a ser el fascismo del pobre es que a la vuelta de la esquina (a la vuelta del puente de mayo) nos esperan la pobreza y el fascismo".
La Razón
"Moncloa asume el colapso: no habrá recuperación hasta 2022". A Maruhenda le entra la risa floja. "La ausencia de autocrítica y el exceso de propaganda gubernamental es irritante. La realidad es que la economía se hunde. Calviño nos explica unos informes que serán papel mojado en unos días. Calviño debería abandonar el Olimpo de las grandes teorías, los artificios contables y el maquillaje macroeconómico para bajar al mundo real de los mortales. Los datos que presentó son un descarado ejercicio de optimismo que no engañan a nadie". Bueno, a su coro mediático que trata de vendernos la moto a todas horas. Pero ya no cuela, han mentido tanto que ya no se les cree ni aunque digan la verdad. El cuento de Pedro y el lobo.