Interpol, la organización internacional a la que pertenecen la práctica totalidad de las policías del mundo, ha emitido en las últimas horas una alerta internacional en la que avisa de que las organizaciones delictivas están utilizando servicios de entrega de comida a domicilio para transportar drogas y otros bienes ilícitos, tratando de garantizar su negocio durante los confinamientos decretados en gran parte del mundo por la pandemia de coronavirus.
Fuentes policiales han explicado que se trata de una alerta morada, que son las destinadas a proporcionar información sobre objetos, dispositivos y métodos de ocultación utilizados por los delincuentes o grupos criminales en sus actividades ilícitas y a la que se pueden acceder los cuerpos policiales de todo el mundo a través del canal seguro de comunicaciones I-24/7 de Intepol.
La notificación ha sido enviada a las policías de los 194 países miembros de la organización, después que que Interpol haya tenido conocimiento de estas prácticas tras recibir distintos informes de las policías de España, Reino Unido, Irlanda y Malasia, en los que se advierte del uso de estos supuestos repartidores de comida a domicilio para el envío, transporte y distribución de drogas como cocaína, marihuana, ketamina y éxtasis.
En nuestro país, la Policía Nacional identificó y detuvo a siete personas haciéndose pasar por repartidores de comida a domicilio en Madrid, Valencia, Granada, Zaragonza y Alicante. Los mismos fueron cogidos in fraganti portando cocaína y marihuana en bicicletas, motocicletas y coches. Algunas de esas drogas iban incluso escondidas en un falso fondo que había hecho en las mochilas de entrega de comida a domicilio.
En Irlanda, por ejemplo, los agentes de la Garda encontraron 8 kilogramos de cocaína y dos pistolas escondidas en cajas de pizza que se estaban transportando como si se trataran de ese popular plato de la comida italiana.
La Policía Nacional ha explicado en un comunicado que las medidas de confinamiento han hecho crecer la demanda de servicios de entrega de comida a domicilio y que los repartidores de entregas son una imagen común en calles que de otra manera estarían desiertas, convirtiéndose en un excelente modo de trasladar material ilícito como pueden ser las drogas.
"Los repartidores pueden ser cómplices, o involuntariamente ser partícipes en el tráfico de drogas. En los casos señalados por Interpol, en ocasiones los sospechosos se disfrazaban de repartidores a domicilio. Otras veces, auténticos repartidores de comida a domicilio participaban voluntariamente en la entrega de drogas actuando al servicio de organizaciones criminales, obteniendo un beneficio económico", añade el comunicado.