Hace justo un año, Albert Rivera lograba el mayor éxito electoral de la historia de Ciudadanos en las elecciones generales del 28 de abril de 2019, en las que el partido naranja se convertía en la tercera fuerza política de España con 57 escaños, quedándose a apenas nueve parlamentarios y más de doscientos mil votos del PP, al que superaba hasta en cinco comunidades autónomas. "Nosotros sí tenemos futuro" proclamaba Rivera aquella noche triunfal, encaramado al escenario montado para la ocasión en la calle Alcalá, en la fachada de la sede central del partido en Madrid.
Apenas un año después, Rivera inicia, con la incertidumbre lógica que en todos los sectores ha dejado la pandemia del Covid-19, una carrera profesional como presidente ejecutivo del despacho de abogados Martínez-Echevarría, donde como se confirmaba la semana pasada tendrá de nuevo como mano derecho a su sempiterno acompañante, el ex Secretario General de Ciudadanos, José Manuel Villegas, que ocupará la vicepresidencia ejecutiva del bufete.
La política parece quedar atrás, aunque durante este mes de estado de alarma Rivera no ha dudado en empuñar su perfil de Twitter para volver a criticar, como antaño, al que a la postre fue el mayor enemigo político de su carrera, Pedro Sánchez.
De su distanciamiento con la que, hasta su repentina dimisión el pasado 11 de noviembre, tras el batacazo en las elecciones repetidas de un día antes, era su vida pasada, daba cuenta este lunes el hecho de que, en un primer momento, y según informaban fuentes de Ciudadanos, había rechazado participar en el V Congreso de Ciudadanos, aplazado la segundo semana de marzo como consecuencia de la crisis del coronavirus (iba a celebrarse en principio el mismo fin de semana en que se decretó el estado de alarma) y en el que se aprobarán los documentos de estatutos y de estrategia política de la nueva etapa del partido, la que lidera Inés Arrimadas tras su victoria el pasado 8 de marzo frente a Francisco Igea en las primarias abiertas a toda la militancia. Finalmente, a última hora de la noche el partido naranja informaba de que Rivera rectificaba y sí participará a través de un vídeo que se visionará el jueves, en la primera jornada del Congreso.
La asamblea naranja se celebrará este próximo fin de semana de manera totalmente telemática, incluso el discurso de clausura de Arrimadas, que pronunciará el domingo desde su domicilio, el mismo en el que permanece estrictamente confinada, dado su avanzado estado de gestación, y desde donde preside las reuniones de la Ejecutiva permanente, realiza ruedas de prensa telemáticas, iniciativa en la que fue pionera en España, y atiende a todos sus compromisos salvo los plenos parlamentarios, que sin conseguirlo ha solicitado que sean también telemáticos y donde la sustituye de momento el portavoz adjunto del grupo de Ciudadanos, Edmundo Bal.
Antes de las primarias, el gran caballo de batalla del Congreso de Ciudadanos era la enmienda del sector crítico a los estatutos, para descentralizar la dirección, lo que a juicio de Arrimadas siempre fue un intento de establecer un sistema de "baronías" regionales. La abrumadora victoria de los compromisarios oficialistas en las elecciones para elegir a los participantes en el cónclave le conceden pocas oportunidades de salir adelante. Los discursos y el debate de las enmiendas se habrán a través de Zoom, la misma aplicación de videollamadas que se ha hecho muy popular durante el confinamiento y que el partido utiliza para sus reuniones y comparecencias ante la prensa. Será el primer congreso telemático que celebre un partido político en España, algo que puede que dentro de poco no sea tan raro.