El reparto de mascarillas en las farmacias catalanas ha provocado la caída del sistema informático de las recetas electrónicas, lo que ha afectado no sólo a la distribución de los cubrebocas sino también a la de medicamentos. La orden de la Generalidad de repartir una mascarilla gratuita a cada ciudadano con tarjeta sanitaria fue muy criticada por los farmacéuticos, que acusaron al presidente de la Generalidad, Quim Torra, de haber hecho una promesa sin disponer de las mascarillas y sin prever consecuencias tales como las aglomeraciones ante las farmacias. Y tal como predijeron los farmacéuticos, el colapso del sistema informático y las colas ante las oficinas farmacéuticas han sido el rasgo dominante durante la mañana de este lunes.
La Generalidad anunció la compra de catorce millones de mascarillas, que serían de máxima protección y reutilizables y que daría una gratis a cada ciudadano y que su reparto comenzaría a partir del 14 de abril. El resultado a día de hoy es que la administración autonómica no dispone de catorce millones de mascarillas, sino de un número por determinar pero que según los farmacéuticos no llega al millón. A mayor abundamiento, las mascarillas no son de máxima protección ni reutilizables, han sido pagadas por las farmacias (la Generalidad ha prometido que abonará el coste en un plazo de dos meses) y su distribución ha comenzado con seis días de retraso.
Ante la caída del sistema de recetas electrónicas, la mayoría de las farmacias ha optado por seguir con la distribución de mascarillas apuntando a mano a quién se entregaban y el número de tarjeta sanitaria. Y ante las colas, piden que sólo acudan a por mascarillas aquellos que se ven obligados a salir de casa por razones de fuerza mayor.