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Puñetazo en la mesa de Casado ante el "chulángano" Sánchez: hasta El País reconoce que "el PP tiene razón"

De mal en peor, tanto en el virus como en la economía y ni les cuento en la política.

El Mundo

"La crisis se cebará con España por su gestión del coronavirus". Primera mala noticia, aunque era de prever. "Sánchez provoca a Casado". Chulea, diría yo. Al tipo de Moncloa solo se le ocurrió citar al líder de la oposición en una rueda de prensa y por boca de Montero. "Las relaciones entre el gobierno y el PP se tensaron aun más ayer después de que la portavoz del Gobierno anunciara una reunión sin informar previamente al PP". Vamos, que dejó claro Sánchez que no quiere pacto ni en broma. "El líder popular se plantó y exigió que la fecha del encuentro sea acordada entre ambos".

Dice el editorial que el presidente de las izquierdas de España ha dejado meridianamente claro que "el rimbombante llamamiento a la unidad de Sánchez es el fraude retórico que sospechamos que era". Sí, lo cierto es que sorprender no ha sorprendido a nadie.

Santiago González dice que "la calamidad que nos gobierna o así ha querido humillar a Casado, a quien no se ha dignado llamar por teléfono, de ahí las formas tan impresentables y tan acordes con esos andares de chulángano" que se gasta el macarra de Tetuán. "No diré yo que Pablo Casado deba dar plantón mañana a su anfitrión, que Sánchez no sepa guardar las maneras no es excusa para que se le dé esquinazo". Pero le sugiere que "busque entre su tropa alguien de la altura moral e intelectual del presidente. O sea, igualar por lo bajo". Pues no lo pones difícil ni nada, Santiago. ¿Dónde encontramos a alguien de la catadura moral de Sánchez? Sólo se me ocurre buscar en el separatismo catalán.

Federico Jiménez Losantos se encarga del otro fulano que nos gobierna. "Ayer, 14 de abril, el Gobierno social comunista en que manda Iglesias se ofreció un banquete expropiatorio a cuenta de las clínicas privadas, que hacían test a quienes los pedía y pagaban, por la incapacidad de la banda de malvados trufada de incompetentes instalada en el Consejo de Ministros". También tuvimos "las primeras pruebas de que los amiguitos de Delcy confían a estafadores y golfos off shore el abastecimiento" de material sanitario. Y para rematar, "Iglesias ataca al rey por llevar un uniforme militar español. Con los de Fidel y Chaves se licuaba. Pero va ganando".

Raúl del Pozo ve venir lo que va a venir. "A la lucha contra el coronavirus se añade la lucha por controlar la opinión pública. El rencor político se está transformando en propaganda y las ideologías, en amenazas (…) Vivimos rejados en un ambiente sórdido, como de vísperas de una marimorena; otra vez la mitad contra la mitad". Una nueva guerra civil sin armas que ya se ha desatado por culpa de los sectarios que nos gobiernan.

El País

"El FMI prevé un paro del 21% y una caída del PIB del 8% este año". "La recesión pronosticada para España, la más acusada desde la guerra civil". En la otra guerra, la política, ya sabemos la posición del periódico del régimen. La mentira constante. "Casado deja en el aire la cita con Sánchez" porque "el PP asegura que se enteró por la tele". Admite que "el ejecutivo quiere aprovechar la ronda de reuniones con los partidos para ampliar la mayoría de los presupuestos para 2021". Pero sin negociar nada, de nuevo las lentejas. En su crónica, Cué y Casqueiro dejan caer que el PP miente, que "el gobierno apunta que hubo un contacto entre gabinetes, como es habitual". ¿Habitual? ¿Hay algo de habitual en este situación? ¿No es razonable llamar al líder de la oposición al que se está exigiendo que trague con lo que le echen? ¿Olvida El País que es un partido que representa a media España?

Hasta el editorial desacredita la información manipulada burdamente. "Tiene razón el PP cuando sostiene que el gobierno no puede reclamar unidad si, por su parte, no ofrece ni información ni corresponsabilidad. Pero si el Gobierno incurriera en este error, la peor respuesta es precipitarse en un error mayor, poniendo la suerte del país en manos de quienes se valen de la mentira para sembrar la división y el rencor". Y no, no está hablando de las Lastras y los Iglesias de turno.

ABC

"La Gran Depresión", que se nos viene encima. ABC está indignado con Iglesias al que ni miles de muertos apartan de sus obsesiones dictatoriales. "Sánchez guarda silencio ante los ataques de Iglesias al Rey". Otro editorial crítico de Rubido dice que "el presidente del Gobierno aun no ha asumido la gravedad de la crisis y el drama socio sanitario y económico que se cierne sobre España". "Hemos iniciado un proceso de involución democrática hacia un comunismo generador de miseria moral y material". No hay más que ver ayer a Iglesias "invocando de nuevo la dinamitación de nuestra monarquía parlamentaria destruyendo a su partido y convirtiéndolo en la coartada de ese comunismo intolerante cuyo objetivo es subvertir el régimen democrático". Muy oportuno, Iglesias. "La irresponsabilidad de Sánchez no parece tener límites, ha entregado a Podemos la llave de la gobernabilidad en el trance más incierto de nuestra democracia, y en un momento de fractura ideológica, emocional y social de la sociedad". Y a todo esto, ¿dónde andan los socialistas buenos de los que tanto hablan?

Y es que, dice Manuel Marín, "Pedro Sánchez ya no domina a Iglesias", si es que alguna vez le dominó. "Podemos se burla del PSOE. Ambos se desprecian profundamente pero si la permisividad de Sánchez con Iglesias no queda en cuarentena, al final de esta tragedia el primero quedará como un enterrador, y el segundo como el mesías del nuevo amanecer posvirus". Sánchez no tiene lo que hay que tener para meter en cintura a Iglesias, que es mucho más listo que él.

La Razón

"Coronacrisis: desplome de un 8% del PIB y un paro del 20%". En resumen, que nos vamos al carajo. "La cita Sánchez-Casado , en el aire". Esta vez Carmen Morodo no tiene más remedio que reconocer que "Moncloa se lo puso ayer muy fácil al PP para que recibiera con un puñetazo encima de la mesa la convocatoria a una primera reunión para explorar los pactos". "Inevitablemente, la forma de Moncloa de gestionar estos primeros contactos para avanzar hacia el pacto nacional traslada la impresión de que pretende hacer estallar a la dirección popular".

Como dice Ainhoa Martínez, "el presidente no renunciará a Iglesias y bloquea el pacto". En la forma de actuar de Sánchez "trasciende la nula voluntad de alcanzar acuerdo alguno. Al contrario, parece que desde el ejecutivo se estuviera buscando allanar la negativa de los populares". Y ni disimulan, oiga. Al menos ahora lo tenemos claro.

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