La estrategia es clara: utilizar los Pactos de la Moncloa como señuelo, no para "un cambio de régimen", como denunció el líder del PP, Pablo Casado, sino para arrinconar a las fuerzas del centro derecha y obtener rédito político a costa de frenar el crecimiento potencial que pudiera lograr por la mala gestión del Gobierno en esta crisis sanitaria. Algo que se escenificó con claridad meridiana en el Pleno del Congreso de los Diputados de este jueves y que ha vuelto a interpretar este viernes la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero.
En un seudo mitin desde la sala de prensa del Palacio de la Moncloa, María Jesús Montero no esperó siquiera a ser preguntada por los periodistas y cargó en su intervención inicial contra las formaciones del centro derecha PP y Vox, a quienes acusó de "no arrimar el hombro". "Desgraciadamente hay grupos políticos que no han comprendido la gravedad en la que nos encontramos, que no han entendido que esta pandemia lo ha cambiado todo". Un cambio en nuestro estilo de vida pero también en nuestra actividad económica que admitió que "se está viendo condicionada gravemente" por la que "hemos tenido que hibernar nuestra actividad económica", y por lo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llamado a cerrar un gran acuerdo económico y social siguiendo el modelo de los Pactos de la Moncloa de 1977.
E hizo una segunda crítica: "Algunos siguen con viejas inercias y siguen sin arrimar el hombro. Volvemos a hacer un llamamiento para que entre todos seamos capaces de alcanzar un acuerdo. Todo el que quiera aportar será más que bienvenido. Los españoles no entenderían que no fuéramos capaces de aparcar por un tiempo los reproches", lo cual le llevó a recordar que "la semana que viene todas las fuerzas políticas serán convocadas" a un encuentro múltiple con el presidente del Gobierno que también contará con los agentes sociales y las comunidades autónomas.
Y, una tercera, ésta en forma de amenaza: si PP y VOX no se suman a esta convocatoria, "sólo estarán diciendo a los españoles que el país no puede contar con ellos cuando se les necesita".
Preguntada por cuál es el objetivo de estos pactos, la portavoz gubernamental volvió a la carga focalizando la cuestión en que "acudan todos los representantes políticos", y se refirió expresamente al líder del PP, Pablo Casado: "No se podría entender que el principal partido de la oposición no quisiera participar del futuro de España. Hay que aparcar las guerras partidistas y abandonar los reproches porque de lo que se trata ahora es de hablar de la gente, de las empresas, de los ciudadanos para que el camino de la reconstrucción política, social y económica avance lo más rápido posible".