Mano tendida como estrategia política. Tras ser acusado de falta de sinceridad con su propuesta de unos Pactos de la Moncloa que sólo se realizaba en público, pero negándose a establecer contactos políticos con la oposición en privado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dado un paso más poniendo fecha a un primer encuentro, aunque siga sin levantar el teléfono.
"Les convoco formalmente la próxima semana a una primera reunión a todas las fuerzas políticas que quieran participar de este gran acuerdo económico y social que quieran participar de este gran acuerdo económico y social de nuestro país. Finalizo con una pregunta: ¿están dispuestos? Yo sí. Sólo les pido lo que les puedo ofrecer: unidad y lealtad".
Una hora de intervención en la que dejó el titular para el final. Una oferta con la que quiso contrarrestar los ataques por el "trampantojo" de su oferta de una reedición de los Pactos de la Moncloa. "Reservas" como la que citó sutilmente del líder de PP, Pablo Casado, quien consideró que esta iniciativa no fuera una excusa para un "cambio de régimen". "Estoy de acuerdo", dijo el presidente Sánchez, "el régimen debe ser y seguir siendo nuestra Constitución que tiene la plena vigencia y debe inspirarnos en toda su amplitud".
Aparente disposición al acuerdo que acompañó de una marcha atrás en sus rechazos hasta la fecha como, por ejemplo, en lo relativo al control parlamentario que comenzará a partir de la semana que viene tras un cambio de criterio del PSOE. "Se ha dicho que no puede anular el control parlamentario del Gobierno, totalmente de acuerdo, plena vigencia del control parlamentario. Se ha dicho que no puede restar transparencia informativa ni excluir a nadie... están invitados todos los dispuestos a arrimar el hombro y quiera hacerlo. Se ha dicho que se desconfía de la sinceridad de la propuesta, pues la solemnizo aquí de corazón".
Según el jefe del Ejecutivo se trata de la "misma fórmula" de unos Pactos de la Moncloa "la que estamos proponiendo: un gran acuerdo en el que participen todas las fuerzas dispuestas a arrimar el hombro, los agentes sociales, las Comunidades Autónomas, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos". "¿Qué sentido tiene la división? ¿A quién beneficia la división?", se preguntó retóricamente el presidente.
El presidente no quiso dar pistas sobre el final del confinamiento pero sí aclaró que "lo dictaminarán los expertos" y que es una evidencia que la pandemia empieza a estar "bajo control" y que estamos "ante el final del camino" para la recuperación de la normalidad. Confirmó en este sentido lo adelantado este miércoles por Libertad Digital: la constitución de un subgrupo formado por la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, que manejará unos marcadores que determinarán "cada paso" conforme a cada uno de los avances que arrojen los datos sanitarios.
Echenique como 'poli malo'
En un claro reparto de papeles de la coalición, el portavoz de Podemos contrarrestaba la mano tendida de Pedro Sánchez con un beligerante discurso de oposición frontal a PP y Vox. Echenique denunció la "miseria política y moral de quienes pretenden aprovechar" esta crisis "y en primer puesto de ese ranking la ultraderecha que hoy, en uno de los peores momentos para nuestra patria, presenta una propuesta de resolución para tumbar al Gobierno".
Una propuesta de resolución en la que la formación de Santiago Abascal propone constituir un Gobierno "ridículo" a juicio de Echenique, con cuatro ministerios y dirigido por Rosa Díez y que "va contra el artículo 99 de la Constitución Española".
El portavoz de la formación morada también cargó contra el líder del PP, Pablo Casado, por "su persecución a Vox y a la extrema derecha". "Si hace 43 años el PP no fue todo lo constitucionalista que podían ser, hoy tampoco están a la altura. Hoy, señor Casado ustedes están fuera de la Constitución Española", dijo provocando un sonoro murmullo en las solitarias bancadas del Hemiciclo en la que apenas figuran cuarenta y tres parlamentarios.
Rufián: "No habrá Pacto"
Las advertencias, quizás amenazas, llegaron de la mano del socio del Gobierno, ERC. Su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián denunció que "lo que tenemos por delante no se resuelve con la cúpula de cuatro partidos, un Ejército y un Rey encerrados en un despacho de Moncloa. Señor presidente: no habrá Pactos de la Moncloa en España, si no hay pactos de Ajuria Enea en Euskadi o en el Palau de la Generalitat en Cataluña".
Aviso a navegantes que aderezó con su particular reinterpretación de la Historia: "Durante el Gobierno de Suárez se legalizó el PC, se retornó a Alberti y a la Pasionaria a este país, se restauró la Generalitat de Cataluña y se aprobó la ley del divorcio. Probablemente ustedes hoy mandarían a la cárcel a Suárez". Y añadió otra promesa: "Seremos tan críticos como constructivos. Este Gobierno merece una oposición tan dura como constructiva, y nosotros estamos dispuestos a serlos".