Tras semanas de presión en el Congreso, Partido Popular y Vox han logrado este martes que el Congreso celebre la próxima semana una sesión de control al Gobierno de Pedro Sánchez para que el Ejecutivo dé explicaciones por la crisis del coronavirus.
Una sesión de control que se celebrará el próximo 15 de abril. La decisión se ha tomado tras una tensa y extensa Junta de Portavoces celebrada este martes en la que Partido Popular y Vox han pedido que se reactive la actividad parlamentaria para poder controlar al Gobierno.
La oposición gana la batalla
"Esto es una victoria de la presión democrática", ha defendido la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, tras conocer que desde la presidencia del Congreso no admitían la rectificación sino que anunciaban que el cambio de actitud se debía a una propuesta de la propia Meritxell Batet. "Evidentemente la presidencia no admite rectificación pero los hechos hablan por sí mismos", ha asegurado.
Desde el PP han defendido desde este martes por la mañana esa necesidad de que se restauren las sesiones de control y se levante la suspensión para los plazos de tramitación de las iniciativas parlamentarias. Los populares también han logrado que se ponga en marcha el funcionamiento de todas las Comisiones y que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparezca "para dar cuenta de los cinco últimos consejos europeos". Los populares han solicitado además la comparecencia de todos los ministros y la del defensor del Pueblo en el Congreso.
"Hoy, por fin, la labor de oposición ha dado sus frutos", ha defendido la secretaria general del grupo Vox, Macarena Olona, que ha reivindicado el recurso presentado por su partido ante la Mesa del Congreso en contra de la suspensión del control parlamentario. Una decisión que recurrirán igualmente ante el Tribunal Constitucional, según ha anunciado, para evitar que pueda volver a tomarse una medida de este tipo.
Discrepancias sobre el número de diputados en el Pleno
También ha habido discrepancias entre los grupos en esta reunión de la Junta de Portavoces que ha durado bastante más de lo habitual. Durante más de dos horas, Álvarez de Toledo ha defendido la necesidad de que al Pleno asistan "el mayor número de diputados posible, respetando las recomendaciones sanitarias de un escaño de distancia entre ellos", lo que, según su propuesta, implicaba que acudiera el 50% de los representantes de cada partido.
Una propuesta que ha sido rechazada por el resto de partidos y que ha criticado Olona asegurando que "han rogado que tuviera en cuenta que se estaba poniendo en riesgo del personal que presta servicio en la Cámara y de los diputados". Los de Abascal, y el resto de partidos optan, sin embargo, por un cupo del 10% de diputados.
Ciudadanos pide Plenos telemáticos
Por su parte, el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, celebraba a través de Twitter la reactivación de la actividad parlamentaria, que no dudaba en tildar de "victoria de la democracia" aunque volvía a reivindicar que los plenos se celebren de manera telemática "mientras dure el confinamiento".
Se trata de una posibilidad que contradice la literalidad del artículo 70.2 del reglamento, en el que se especifica que los diputados pronunciarán sus discursos "de viva voz" bien desde la tribuna de oradores y bien desde su escaño. Los de Inés Arrimadas, sin embargo, piden a Meritxell Batet que la misma flexibilidad con la que está aplicando el voto telemático para la inmensa mayoría de diputados (el reglamento contempla este procedimiento para embarazadas, bajas de maternidad y paternidad y enfermos graves) se aplique para celebrar plenos virtuales.
Preguntada por la posibilidad de realizar plenos telemáticos, Cayetana Álvarez de Toledo aseguraba que la "esencia" del Parlamento "está en la presencia, en nuestra presencia aquí, física. Y por lo tanto es muy importante preservar eso" aseguraba, rechazando así la propuesta de Ciudadanos.