El odio separatista a España y a los españoles campa a sus anchas por las redes sociales. El coronavirus ha desatado una oleada hispanófoba, un aluvión de mensajes de rabia, rencor e inquina del separatismo que no hace tanto presumía de su faz cívica, pacífica y festiva y su revuelta de las sonrisas.
Abrió la semana del coronavirus contra España en Twitter la exconsejera de Enseñanza de la Generalidad, la fugada Clara Ponsatí, con un sucinto y mezquino "De Madrid al cielo". Ponsatí, ahora eurodiputada, tardó un par de horas en borrar un mensaje que fue retuiteado por su compañero Carles Puigdemont. Un par de días después intentó justificarse, alegó que tenía hermanas viviendo en Madrid y que quería aludir a la negativa del Gobierno a prohibir las entradas y salidas de ciudadanos de la Comunidad de Madrid. Puigdemont, por su parte, no consideró necesario explicar las razones que le habían llevado a difundir un mensaje de esa naturaleza.
El siguiente personaje público en sumarse al odio a España fue Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, un activista separatista que ante los datos de mortalidad en Madrid apuntó: "La España vaciada". Al igual que Ponsatí, borró el mensaje al cabo de poco tiempo. Un concejal de la CUP en Vich, Joan Coma, fue el tercer independentista de cierto relieve en significarse en Twitter. "Si veis al ejército, abrazadlos fuerte. Todos tosiéndoles a la cara. Así igual se van y no vuelven más", escribió en la red social. Y también borró el mensaje.
Sin embargo, quedan los "pantallazos" y la actividad de algunos tuiteros como Jordi Salazar, quien se ha tomado la molestia de elaborar un hilo de excesos separatistas, los grandes "hits" del independentismo con las actuaciones estelares de Puigdemont, Toni Albà (el colaborador de TV3 que llamó puta a Arrimadas), Santiago Espot (el delator lingüístico apodado el Milósevic catalán), Jose Maria Mainat (el productor televisivo), Ramon Tremosa (exeurodiputado convergente conocido por su propensión a difundir mentiras), la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie y la diputada posconvegente Laura Borràs, entre otros.
La sustancia de los mensajes es que además de robar, España mata a los catalanes, que el Ejército tiene las manos manchadas de sangre o el "antes infectada que rota" que excretó Puigdemont tras conocer que el Gobierno se negaba a incomunicar por completo Cataluña.
El separatismo trata de eludir cualquier responsabilidad y España es la víctima propiciatoria habitual, igual que ocurrió con los atentados islamistas de agosto de 2017. Se trata de tapar como sea la imprevisión del gobierno catalán y sus errores en la gestión de la crisis sanitaria, unos fallos y una falta de previsión que otra tuitera ha puesto de relieve en un vídeo con miles de retuits.
No faré comentaris, les evidències son abrumadores. pic.twitter.com/nTRrbfULOe
— Núria RS @NuriaRS_bcn) March 18, 2020