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"Iglesias es una bomba y un peligro": clamor para que Sánchez lo cese

El mitin de Pablo Iglesias de ayer provoca una indignación general, con alguna vergonzante excepción.

El Mundo

"El PSOE elude por primera vez defender al Rey de los ataques de Podemos". "Iglesias evidencia las tensiones en el gobierno y exhibe protagonismo. El pulso que lanza Podemos es directo contra Sánchez". Dice el editorial que Podemos es "una seria rémora para el combate contra el coronavirus. Podemos se resiste a aceptar que no se puede ejercer el poder político y la oposición callejera a la vez. Los españoles confinados no se merecen un vicepresidente que interpreta los traumas colectivos como oportunidades para protagonizar tentativas rupturistas, como ya hizo con la anterior recesión, y tampoco se merecen un presidente que lo tolera. Iglesias es una bomba, un peligro y el presidente del gobierno debería empezar a considerar seriamente la conveniencia de cesarle". Ya está tardando

Federico Jiménez Losantos constata que tenemos una "republiqueta comunista dentro de la monarquía parlamentaria". "El comunista iglesias se atribuyó ayer el papel de gran timonel sanitario, con Illa como menordomo, cuando debería haberlo mandado al casoplón a cumplir la cuarentena, como casi todos. Digo casi porque el presidente y el vicepresidente se ciscan en las leyes que promulgan". ¿Por qué a ellos no los detiene la policía? "Estamos viendo cómo, ante una opinión pública atontada, el ejecutivo pretende hacerse cargo de sectores enteros de la economía como si supiera qué hacer con ellos. Y eso siempre significa que la expropiación comunista de un país ha comenzado. Esta claro que Sánchez no manda en ninguno de sus dos gobiernos". ¿Pero qué leches le pasa al PSOE que no reacciona? También alerta Iñaki Ellakuría: Iglesias "intenta derrocar al Rey", ya ni disimula. Es el "primer paso para acabar, de la mano del separatismo, con el régimen del 78". Y como Sánchez no espabile, él será el siguiente.

El País

"La mitad de los españoles teme perder el empleo por la crisis". ¿Sólo la mitad? Qué optimistas. Con un día de retraso, editorializa sobre el Rey. Defiende la cacerolada por la "libertad de expresión", en la línea de Iglesias, con algún pero. "Quienes participaron en la protesta y en la reclamación ejercieron un derecho inalienable. Pero que ejercieran un derecho no quiere decir que cumplieran mejor que el resto el compromiso cívico que en este momento se espera de cada cual, y más cuando se ejercen responsabilidades políticas", critica a Iglesias. "No reconocer las evidentes prioridades e ignorar el sentido de la oportunidad, mezclando unos problemas con otros, solo puede ser prueba de oportunismo. Y no es oportunismo lo que exige este tiempo, ni lo que conviene al país, ni tampoco lo que merece la actuación irreprochable del rey".

No todos en el periódico reman en la misma dirección. Jorge M. Reverte critica duramente el mensaje del Rey. "Lo único que tuvimos es que se nos dieran más motivos para salir a hacer una nueva cacerolada (...) El gran capital de confianza política del rey comenzó a desgastarse", dice e incluso le acusa de "complicidad" con su padre.

¿Y de Iglesias?, se preguntarán. Pues como no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, ni siquiera le dedica una línea en portada. Ya en páginas interiores Carlos Cué lo ignora hasta en el titular. "Fisuras en la unidad política". Eso sí, elude cualquier crítica y califica el mitin de "largo discurso político".

ABC

Tampoco ensucia su portada con el podemita. "Iglesias usa la Moncloa para presionar a Sánchez con un discurso muy ideológico", titula en páginas interiores. Eso sí, en el editorial lo pone como un trapo. "Cuando se supere la crisis Pedro Sánchez tendrá que replantearse su coalición de gobierno y su legislatura. Es inviable, política y moralmente, mantener a Pablo Iglesias y a su equipo en el ejecutivo". Ni en la vida pública, este tipo es un chalado fanático. "Iglesias demostró ayer que está presente en el Gobierno solo para satisfacer sus ambiciones" y joder a los demás. "Cuando todo el país se está sumando a iniciativas positivas, que unen y animan, el desleal vicepresidente de Sánchez avala una cacerolada contra la Corona". "Buscó su cuarto de hora de gloria en la gestión de la crisis, pero la imagen que transmitió es que no pinta nada. Habría hecho mejor en guardar la cuarentena, que por segunda vez se ha saltado". ¡Que le detengan!

También a Luis Ventoso le produjo náuseas el vicepresidente. "El mitin de ayer de Iglesias Iglesias fue inusualmente vergonzoso. Es una vileza que un mandatario con título de vicepresidente aproveche una enfermedad para lanzar una arenga ideológica desde la plataforma del Gobierno. El divo necesitaba su dosis de cámara y ayer convirtió una rueda de prensa en un mitin".

La Razón

"España puede llegar a 2,5 millones de infectados en veinte días". Y mientras, "Iglesias se cuela en el comité de crisis de Moncloa tras su pulso con Sánchez". Otro estupefacto ante la maldad del personaje es Marhuenda. "La mayor parte de la opinión pública asiste entre estupefacta y asombrada a la batalla digna de mejor causa que libra el vicepresidente Iglesias para conseguir protagonismo político. El último episodio tuvo lugar ayer cuando Iglesias se hizo invitar a la rueda de prensa del ministro de Sanidad, lo que se tradujo en una desmesurada, también por lo extensa, intervención del líder de la extrema izquierda que se asemejaba a un mitin electoral" y meter cizaña contra el Rey. "En estas circunstancia , tratar de explotar aquello que puede separar a los ciudadanos y que alimenta la confrontación ideológica es simplemente deleznable".

La Vanguardia

Lo de este periódico no tiene nombre. Mientras habla en el editorial de rigor informativa, Enric Juliana miente como un bellaco en su crónica infumable: "Tregua política, con excepciones, mientras la epidemia se dispara. La unidad de acción se impone con dos voces al ataque: Vox y Torra". Que la epidemia "se puede convertir en una jugosa gasolina para políticos y agitadores sin sentido del límite". Pablo Iglesias, pensarán. Pues no, habla de Vox, que aquí ni pincha ni corta. En toda la crónica, la mitad dedicada a amedrentar al PP, no desliza ni una sola crítica al podemita, ni siquiera por saltarse la cuarentena. Una vergüenza.

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