El pasado martes la ministra portavoz, María Jesús Montero, negaba desde Moncloa una revisión a la baja del cuadro macroeconómico de los Presupuestos, por los efectos adversos que el coronavirus pudiera tener en la economía española después de la revisión a la baja del crecimiento mundial por parte de la OCDE. Pero una semana después la situación ha cambiado.
La preocupación es creciente en un Gobierno que hoy la ha traducido en ocupación. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este lunes un plan de choque para hacer frente a las consecuencias económicas del virus. Según anunció en el Congreso de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), "hace ya un par de semanas el Gobierno de España se ha puesto a elaborar un plan de choque que vamos a poner en marcha cuanto antes. Lo vamos a hacer en coordinación con los agentes sociales".
Según fuentes socialistas, el presidente Pedro Sánchez se reunirá con patronal y sindicatos el próximo jueves. Es decir, las medidas no verán la luz en el Consejo de Ministros de esta semana sino en la siguiente con el objetivo de hacer partícipes a los agentes sociales de las medidas a tomar después de las discrepancias y críticas vertidas contra la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por "ir por libre" y no consensuar su polémica guía para el cierre de empresas afectadas por coronavirus.
Un claro aviso a navegantes, por tanto, que pretende dejar claro el puesto de mando que recae desde hoy directamente en el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y en su ministro de Sanidad, Salvador Illa. Ninguno de los dos asistió este lunes a la Ejecutiva Federal en Ferraz, 70 en donde varios miembros de la dirección socialista expresaron su "preocupación por los efectos adversos en la economía española", sobre todo en el sector turístico, en plena campaña para la temporada de Semana Santa.
Y por todo ello el presidente Sánchez quiso mandar un "mensaje de unidad, de serenidad y de estabilidad" que no genera precisamente calma. "Ésta es una causa que no distingue de ideas ni de colores. Se está demostrando también que, ante un problema que nos afecta a todos, sabemos dar una respuesta de país que nos protege a todos". También la presidenta del partido, Cristina Narbona, quiso mandar desde Ferraz un mensaje de "confianza en la capacidad de anticipación y gestión de las autoridades españoles en coordinación con las Comunidades Autónomas y agentes sociales. No se debe generar alarma".
De ahí que las ayudas que contemplan Gobierno y PSOE vayan en una doble dirección. De un lado directas para inyectar liquidez en la economía, como ha hecho Alemania, pero también ayudas indirectas a través de una relajación por parte de la Comisión Europea de los objetivos de estabilidad, deuda y déficit, para permitir a los estados miembros tener algo de liquidez ante una contracción del crecimiento mundial. "Ya lo ha dicho la OCDE y todos tenemos que ir adecuándonos a las circunstancias", explican fuentes de la dirección del PSOE.