Alfred Bosch, consejero de Exteriores de la Generalidad, ha dimitido este lunes al trascender que trató de ocultar que el cese de su jefe de gabinete se debía a denuncias por supuesto acoso sexual contra varias trabajadoras y comportamientos machistas. Tras haber mantenido durante buena parte de la jornada que la gestión del caso había sido ejemplar, a última hora de la tarde trascendía la dimisión del Bosch, que por la mañana había sido llamado a capítulo por el presidente de la Generalidad, Quim Torra.
Al término de esa reunión, Torra emitió un duro comunicado en el que acusaba a Bosch de no haber activado los protocolos de prevención y detección del acoso sexual de la Generalidad y anunciaba el comienzo de una investigación interna para depurar responsabilidades. Bosch quedaba contra las cuerdas porque no sólo había intentado ocultar el caso sino que además había intentado recolocar al que había sido su hombre de confianza, Carles Garcias Hernández.
En ERC se insistía en que la actuación había sido la correcta, que se había cesado al alto cargo al conocer las quejas de varias trabajadoras de la consejería y porque su actuación no se correspondía con los "valores republicanos". Incluso se sacaba pecho de que la decisión era cosa de Oriol Junqueras y Marta Rovira.
Sin embargo, el hecho de que el caso no hubiera trascendido hasta ser denunciado en el diario Ara este lunes descalificaba todas las explicaciones de los republicanos y en especial las alusivas a su transparencia. Al tiempo, Junts per Catalunya (JxCat) con Torra a la cabeza se lanzaban contra el ya exconsejero, quien no ha resistido la presión.
Bosch no ha presentado su dimisión a Torra, sino en la ejecutiva de ERC y ha protagonizado una rueda de prensa sin preguntas en la sede del partido en la visiblemente desencajado ha afirmado que "soy consciente de que debo irme".