La política de inmigración está siendo uno de los puntos de fricción entre los dos partidos que forman parte del Gobierno. Pero la discusión hasta ahora estaba siendo soterrada. Los socialistas, que controlan el Ministerio del Interior, son partidarios de una política continuista, más o menos dentro de las líneas que marca la Unión Europea. Sin embargo, sus socios de Podemos son partidarios de abrir la mano todo lo posible y no poner coto a la inmigración ilegal.
Las discusiones y los desencuentros han aumentado exponencialmente desde el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) avalara hace unas semanas las devoluciones en caliente o rechazos en frontera. Una práctica que consiste en que, pese a que los inmigrantes han conseguido superar el vallado fronterizo de Ceuta y Melilla, son devueltos de manera inmediata a Marruecos si todavía se encuentran junto al perímetro fronterizo y no han entrado en las ciudades autónomas.
El PSOE ha criticado públicamente estos rechazos en frontera cuando estaba en la oposición, pero los ha llevado a cabo con total normalidad cada vez que está en el Gobierno. Así lo ha venido haciendo en los últimos años el departamento dirigido por Fernando Grande Marlaska. Y su pretensión es seguir haciéndolo ahora que los tribunales europeos han certificado que esta práctica no supone una vulneración de los derechos humanos de los inmigrantes.
Los podemitas quieren frenar los rechazos en frontera pese a la decisión del TEDH y la discusión ha saltado en las últimas horas a los medios de comunicación. El primero en entrar en liza fue el vicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, que mostró su rechazo a lo dicho por los tribunales europeos y presionó al Gobierno, diciendo que el propio Marlaska está en contra de estas prácticas.
"Este Gobierno tiene una política sobre las migraciones que va a ser respetuosa con los derechos humanos y es un consenso que las devoluciones en caliente no son respetuosas con los derechos humanos", argumentó Iglesias. "Esto dicho así se lo he escuchado decir al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska", añadió durante una entrevista en Los desayunos de TVE.
Pero la réplica no ha tardado en llegar y ha sido en boca del secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, número dos y verdadero hombre de confianza del ministro en Interior. "A mí esas palabras que Pablo Iglesias ha puesto en boca del ministro no me constan", ha dicho, tras lo que ha añadido que desconoce si podría tratarse de "una interpretación distinta" por parte de Iglesias, o bien "lo ha comprendido de una manera diferenciada".
Durante una visita a Melilla y al vallado fronterizo de la ciudad, ha insistido en que las Fuerzas de Seguridad siempre trabajan "dentro de la legalidad", es decir, "respetando la normativa de derechos humanos y con una serie de principios claros en el tema de inmigración", entre los que incluye la implicación de la UE en este ámbito y el trabajo con los países de origen. Es decir, ha defendido que los rechazos en frontera que se vienen haciendo respetan los derechos humanos.